Una vez que lo conseguimos, de tanta fuerza, nos nuestras manos se sueltan y de un raro movimiento, quedo pegada a la pared y él enfrente mía.
Cerca, muy cerca.
Jesus.
Noto su respiración chocar con la mía, y me estoy poniendo nervioso.
¿Jesus Oviedo nervioso por una chica? ¿Desde cuándo?
Megan pasa sus manos por mi nuca y la rodea.
Pongo mis manos cuidadosamente sobre su cintura y la pego más a mí.
Suelta un pequeño gemido y me acerco a su cuello.
Poso un pequeño beso sobre este, haciendo que la piel se le ponga de gallina.
Voy dejando un camino de besos hasta llegar a la comisura de sus labios.
Megan.
Una vez que ha llegado a la comisura de mis labios, Jesús se separa y me mira a los ojos.
¿Cómo puedo estar apunto de besar a mi secuestrador? ¿El hombre que me quería matar?
Acerca su cara a la mía tanto como antes, y por fin junta nuestros labios.
Muevo los labios lentamente, al compás con los suyos.
Baja sus manos hasta mis muslos y me impulsa hacia arriba para que mis piernas queden alrededor de su cintura.
Baja de mis labios hasta el valle de mis pechos y posa un beso sobre estos.
Subo mis manos y le tiro suavemente del pelo.
- ¡Mierda, Oviedo! ¡¿Qué te dije?! -grita alguien muy enfadado detrás de Jesús, a lo que este para de besarme y su respiración se acelera.
Conozco a este Jesús.
Está enfadado, mucho.
---
+10comentarios.