3. En marcha con la venganza.

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Conseguí suplicar a las madres para quedarme a dormir, más bien lo hizo Sum.

Mi tía me había traído una bolsa con pijama y lo necesario, la dejé encima de la cama de mi amiga y me senté en la silla del escritorio.

- Si te querías quedar, será porque tienes una idea, ¿verdad? - me dijo.

- Por supuesto, coje el cuaderno de venganzas, que apuntaremos lo siguiente.

Abrió el cuaderno, le di un boli y vi que apuntó; Venganza número 13.

Si, me gustaría contaros cada una de mis venganzas, pero teniamos muy poco tiempo para hacer muchas cosas.

- Apunta. - levanté el dedo como si fuese una capitana. - Sólo tenemos cinco horas para dormir, después tenemos que entrar en la casa de Mason, parece que la puerta esta abierta así que no tendremos dificultades, luego, tenemos que cambiar los cables de su secador, tu sabes hacerlo, ¿verdad?

- Si, sabes que soy una experta en la tecnología. - chocamos los cinco.

- Perfecto, entonces, en cuanto lo coja, se electrocutará, no muy grave claro, y su perfecto peinado quedará destrozado.

Entonces, nos llamó la madre de Summer diciendo que bajásemos a cenar.

Había la especialidad de Katherine, su madre; pizza de chocolate con un chocolate caliente especial. Su familia son como los fans número uno del chocolate, ya se ve.... Pero estaba buenisimo.

- Os veo raras. - dijo Katherine.

- ¿Por qué? - dijimos al unísono un tanto nerviosas.

- Siempre que habláis así planeáis algo.

Nos miró con una sonrisa pícara y de reojo, y siguió comiendo.

- No. - nos reímos otra vez al unísono. - Ya es tarde, nos vamos a la cama. No tenemos telepatía, ¡no!

Subimos corriendo las escaleras, nos preparamos para dormir, y eché mi saco al suelo.

- No puedo dormir, tengo unas ganas tremendas de ver como ese idiota se horroriza al ver su pelo chamuscado.

Sentí como Summer se giró para mirarme.

- Ya verás como mañana tu venganza triunfará.

Sonreí, miré hacia el techo y me dormí.

- Despierta, que pasa el tiempo muy rápido. - alguien empezó a sacudirme como si quisiera quitarme el polvo, le di una colleja y abrí los ojos, parece que era Summer.

- Perdón. - dije, cuando se me aclaró la vista, observé que ya estaba vestida, con una chaqueta negra que era lo que más destacaba.

- Date prisa, te he dejado otra chaqueta negra encima de mi cama, voy al baño en cuanto vuelva quiero que estés lista.

- Esta bien. - en cuanto la perdí de vista, me tumbé en su cama, y pasados unos segundos me di cuenta de que me había dormido, así que rápidamente me levanté y me puse la chaqueta con los jeans.

Cuando ya estábamos, bajamos a la cocina con muchísimo ciudad de no hacer ruido, además no queríamos despertar a la hermana pequeña de Summer, se despertaba con facilidad, que no se despertara, sería un gran milagro, por suerte lo conseguimos. Cogimos unos chocolates para comer azúcar, nos pusimos unas botas y salimos con el mismo cuidado de antes.

- ¿Tienes lo necesario? - pregunté susurrando.

Ella asintió y levantó una especie de maletín de color púrpura.

Guerra De IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora