Una mirada

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Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer, yo estaba con mi mejor amiga Calis, era nuestro famoso "Día de la Morenita y la Rubita". Yo iba caminando de espaldas hablando con Calis de adonde ir primero y choqué con el idiota que no sabe usar sus ojos. Cuando él y yo nos retamos con la mirada, con ese simple encuentro todo cambió.
Recuerdo que después de eso, un día coincidí con él en el autobús, dios que vergüenza cuando me vió bailar, pero ese día también fue uno de los mejores cuando me sorprendió con ese lindo mensaje:

Que tengas una linda noche, rubita que camina de espaldas.
-Adam (el rubio que no. usa sus ojos).

Desde ese día, comenzamos a conversar, no mucho pero cada mensaje para mi era especial. No le había dicho nada de lo ocurrido a Calis ni siquiera a mi amiga Grecia, ni siquiera sabía  qué estaba haciendo yo.

Hoy era el último día de escuela, al fin algo bueno. Yo estaba saliendo de mi casa, cuando me encontré al idiota, bueno más bien el idiota llamado Adam que no sabe usar sus ojos. Desde el día en que me acompañó a mi casa, era costumbre que me esperara en la entrada de mi casa para irnos juntos a mi escuela. La primera vez fue incómodo, pensé que quería violarme u algo, recuerdo que cuando le comenté eso él rió con esa encantadora risa. Luego me acostumbre y se volvió costumbre.
- Dime, ¿tú no tienes escuela o algo? Siempre estas aquí todas las mañanas y me acompañas a mi escuela.- dije algo nerviosa.
- Creí que ya habíamos arreglado eso, Rebe. No te voy a violar o a secuestrar si piensas eso.
- Eso no, joder. ¿De verdad que no tienes algo más que hacer como ir a la escuela o trabajar?.
- Quizá responda eso después.
- ¡No tienes remedio!- Dije algo molesta porque no me dijera algo de él. Una mano me detuvo agarrándome del brazo.
- Si tanto te interesa te diré. Yo acabé la preparatoria hace dos años, estoy en mi segundo año de mi carrera en la universidad, ahora estoy de vacaciones.- Rayos, ¡¿Por qué me molesté cuando no me dijo de inmediato?! ¿Qué rayos me pasa?.
- Este...- rápido cambia de tema.- mira llegó autobús.- Dije agarrándolo de la mano y llevándolo al autobús. Nos sentamos y cuando iba a decir algo, lo miré y su expresión era de sorpresa junto con ¿felicidad?.
- ¿Qué te pasa?.- pregunté algo asustada.
- No es nada, Rubita.- y sin dejarme decir nada más se volteó.
Llegamos rápidamente a la escuela, al menos sabía que él era día años mayor que yo. Además de estar más bueno que el helado, es mayor que yo. No sabía que decir, estaba algo desconcertada por mis sentimientos, no quise ver a Adam, sabía que me pondría roja. De ahí llegó Eric, lo saludé como siempre. Pero había algo raro con él, estaba ¿nervioso?. Le pregunté que le pasaba y sólo me dijo: “Tengo que arreglar un problema antes de la graduación" y sin más se fue. Llegó otro autobús y de ahí salió mi mejor amiga, Calis. Ella estaba sorprendida de verme y antes de que dijera algo le pedí silencio con la mirada.
-¡Hola Rubita! ¡Hola Adam!.- Calis me vio con cara de "ya me contarás todo". Dios que me trague la tierra, el destino me odia joder.
- ¡Hola morenita!.
- ¡Hola Calista!.- Miré disimuladamente a Adam. Se le veía feliz creo.
- Por favor dime Calis. Eso de llamarme por mi nombre completo, no me va. - Dijo mi amiga sonriendo.
- Ya veo por qué son amigas.- Dijo Adam. Yo sólo me sonrojé. Miré a Calis y ella me pedía explicaciones con la mirada.
- No me preguntes ahora.- Dije queriéndome meter en un hoyo. Adam rió causando sus me sonrojara más. Dios el destino me odia.
- Bueno tengo que irme. ¿Han visto a Eric?.
- Yo sí, dijo que iba a arreglar un problema antes de la graduación.- Dije recordando su extraño comportamiento.
- Él te tiene algo preparado, así que será mejor que no lo busques hasta que él te busque.- Dijo sorprendiéndome una vez más el idiota.
- ¿Algo preparado?.- Dije viéndolo. Aparté la mirada viendo que me veía directo a los ojos con esos hermosos ojos azules. Mi amiga se despidió pero apenas y le presté atención. Miré de nuevo a Adam, él seguía viéndome.
- Rebe, vayamos por nuestros asientos antes de que se acaben.- asentí y nos fuimos. Dios estaba tan nerviosa, ¿pero por qué?. Anunciaron el toque y nos sentamos y comenzó la ceremonia. Todo estaba perfecto hasta que sentí la mano de Adam tomando la mía, miré nuestras manos, se veían perfectas, tenía miedo de verlo a él pero me ganó la curiosidad, recibí una sonrisa seductora. Casi me caigo de no ser por la silla, inconscientemente nos fuimos acercando poco a poco, íbamos a besarnos hasta que miré a mi amiga Calis, estaba pálida a punto de llorar y supe que no había nada bueno cuando ella salió corriendo. Adam vió mi gesto y volteó a ver. Sobraron las palabras, todo lo dijimos con la mirada. Fuimos tras ella. Se dirigió a los club's pero antes de poder llegar, Calis salió corriendo llorando.
- ¡Calista!.- dije al mismo tiempo que Eric. Volteé a verlo y entendí todo. Ese maldito había vuelto con Valeria. Antes de poder hacer o decir algo, Adam se tensó, volteé a verlo, su gesto era de cabreo total, no me di cuenta que seguíamos tomados de las manos hasta que sentí que apretó con fuerza mi mano, casi lastimándome.

Adam y Eric se vieron, y sin más Adam lo golpeó haciendo que Valeria gritara.

- ¡Tu maldito! Lastimaste a una mujer importante y especial. Eres un idiota, tu dijiste que ella era especial.- gritó Adam dejándome sorprendida. Salí de mi shock cuando Eric se quejó del golpe.

- Tu hijo de puta, lastimaste a mi amiga, yo te voy a lastimar a tí.- Dije dispuesta a darle una buena golpiza pero Adam me detuvo. Su mirada la comprendí.- Tienes razón, él solito la paga, en primera rebajándose con una zorra que lo engañó.- Recibí las miradas de Eric y Valeria. Me importó una mierda. Adam me tomó de la mano y nos fuimos dejando a la escoria en el piso. Fui en busca de Calis, Adam me acompañó en todo momento. Mi amiga necesitaba algo de tiempo antes de poder hablar, respeté eso y me quedé esperando con Adam. Mi amiga estaba sufriendo, ese maldito pagaría.

- ¿Sabes?.- Dijo Adam.- Ese maldito había cambiado por ella, ella es especial, por eso de alguna forma la aprecio. Sin embargo él la ha lastimado y sinceramente yo... - me miró de nuevo y yo finalicé.
- ...Harás que pague por eso.- Dije recargada en la puerta de un salón escuchando como mi amiga lloraba desconsoladamente. Con una sola mirada, Adam y yo nos habíamos entendido. Con una sola mirada.

Un simple encuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora