Mi teléfono comenzó a vibrar.
Miré la pantalla y sonreí al ver el nombre de Adam.- Hola, amor.- Mi sonrisa se amplió al escuchar su voz.
- Hola, guapo.
- ¿Tienes tiempo?
- Pues mira... Para tí siempre si te incluye en cualquier paquete.- Ambos soltamos una carcajada.
- Estaba pensando que no hemos tenido tiempo para nosotros así que... ¿Qué te parece pasar el fin de semana juntos?
- Sigue hablando, Hall. Convénceme.
Había llegado el fin de semana después de esperar con ansias.
Me sentía tan bien, mis exámenes habían acabado al igual que los de Adam por lo cual podíamos relajarnos un poco.
Desde el viernes en la noche no habíamos abandonado nuestra habitación por lo cual estaba agotada.
Una sonrisa pícara se me escapó al pensar en mi noche y las que me esperaban.Comencé a reír de manera nerviosa debido a que estaba toda apenada por mi mente toda depravada.
- ¿De qué te ríes, tú?
Levanté las sábanas que me cubrían mi rostro y lo vi parado en medio del cuarto con una toalla en la cadera y otra en su cabeza.
Lo examiné de pies a cabeza sin perder ningún detalle. No me molesté en disimular a lo cual él sonrió.-¿Te gusta lo que ves?
- Pues sí... Pero estaría mucho mejor sin las toallas. Así que le doy un siete al paisaje que tengo enfrente.
Adam se abalanzó sobre mi riendo. Comenzó a hacerme cosquillas haciendo que las sábanas dejaran al descubierto mi desnudez.
- ¿Cómo que un siete? Al menos merezco un 7.5
Ambos reímos más hasta que él se detuvo y comenzó a escanear mi cuerpo.- ¿Te gusta lo que ves?
- Sí, mucho. Tal y como me gusta... Sin nada que me estorbe. Te doy un 9.5
- ¿Ah, sí?- Él asintió.- Pues prepárate para subirme las otras cinco décimas porque te voy a comer entero.
Después de dos horas, decidimos levantarnos.
Adam fue a servirnos dos platos de cereal mientras que yo terminaba de vestirme después de haber tomado una ducha rápida.
Decido dirigirme hacia la cocina al ver que Adam tarda un poco. No vaya a ser que se le quema el cereal. Me rio de mi propia estupidez y me dirijo hacia la cocina.- Adam... No me digas que ya quemaste la coci...
A te mí está mi novio y Jeff.
Inmediatamente veo sus semblantes y me preocupo. Ambos están serios pero Jeff tiene unas ojeras terribles.- Perdona por la molestia, Rebe... Yo sólo quise venir un rato.
- No es molestia alguna, Jeff. Pero quisiera saber qué está pasando para que tengas esa expresión.
- Eric besó a Calista cuando se desmayó. Ella estaba consciente cuando sucedió.
- ¡¿Cómo?! Pero... Entonces ella ¿te engañó?
- Quise verlo de esa manera, todo sería más fácil, sin embargo no.
Le tuvieron que inyectar medicina para que se recuperara y ella estaba bajo el efecto de las medicinas. O al menos eso me estaba explicando el Doctor cuando vi a Eric meterse en su habitación y después de ver cómo la besaba.- Pero... Es que... ¡Eso no es justo! Joder que ella es una estúpida. No creí que fuera tan estúpida como para caer en el mismo hoyo.
- Rebecca... Por favor.- Adam quiso calmarme con la mirada pero no quise hacerle caso.
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Un simple encuentro
RomanceEn el momento en que Rebecca Miller chocó con Adam Hall o, como ella lo llamaba, "el idiota que no sabe usar sus ojos", ambos supieron que sus vidas cambiarían para siempre con tan solo ese simple encuentro. Esta historia, es un intermedio de "Del o...