Departamentos

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Todo a sido perfecto. Hoy es nuestro primer día en la universidad, mi amiga y yo estamos emocionadas.
Hace unas semanas fuimos a ver los departamentos cerca de la universidad. Debo admitir que, Calis se ve mejor. Sé que ella es fuerte pero también sé que está dolida por dentro.
Con Adam las cosas van súper bien, a pesar de que las cosas se dieron algo rápidas, me alegra.
Han sido los meses más felices que he tenido. Tomando en cuenta cómo nos conocimos. Solté una risita.

- ¿Qué te parece este, risitas?.

- Es grande, y nos queda cerca de la universidad.- Dije sonriendo ante el apelativo que me había puesto Calis.

- Cada vez que lo veo me gusta más.- Asentí. A mi también me había gustado el departamento y sobre todo, no era caro.
Su celular comenzó a vibrar. Vi cómo ella sonreía al leer aquel mensaje.

- ¿Y esa sonrisita?.- Calis se sobresaltó y fingió que no era importante.

- ¿Cuál sonrisita?.- Me miró inocentemente.

- Anda ya deja de fingir que ni te sale.- Ella resopló.

- Sólo es un mensaje de Jeff.- Sonreí. Las cosas entre ellos dos iban súper bien. Sabía que no faltaría mucho para que mi amiga y ese buenazo fueran novios.- Me ha invitado a tomar un café.

- Vaya, vaya. Se ve que son muy buenos amigos.- Dije en tono burlón. Ella puso los ojos en blanco.

- Mira quién lo dice.- Ella sonrió volteando hacia atrás de mi y lo último que sentí antes de perderme, fueron unos labios tibios juntándose con los míos.
Noté como mi amiga se iba de la habitación en la que estábamos.

- Lindo departamento el que han escogido.- Dijo Adam a pocos milímetros de mi boca. Tuve que normalizar mi respiración. Este tipo siempre me deja sin aliento...

- Lo sé...- dije aún intentando recuperar mi calma. Adam rió ante mi cara.

- ¿Estás bien, rubita?.

- Me preguntas eso después de que me dejaras sin aliento. Aparte de idiota, dejas sin aliento.- Ambos reímos.

- Solo vine a ver qué tal iban, Rubita.

- Parece ser que este es el indicado, Rubito.

- Me parece perfecto.- Dijo abrazándome. Lo miré a los ojos y sonreí.
Adoraba cuando tenía en mis manos a mi Adam. Estaba tan concentrada en no quitarle la ropa ahí mismo cuando escuché que se aclaraban la garganta. Ambos volteamos a ver, ahí estaba Jeff junto con Calis. Ambos con una sonrisa en los labios.

- Lamento interrumpir. Soy Jeff, mucho gusto.- Dijo aquél chico de cabello negro y ojos azules. Me separé sonrojada de Adam y le tendí la mano.

- ¿Eres Jeff? Mucho gusto.- Dije sonriendo hacia Calis.

- ¿ Ya me conocían?.- Preguntó él extrañado.

- No mucho, esa morenita de ahí habla mucho de tí.- Vi cómo los colores subieron a la cara de mi amiga. Me dio una mirada de reproche y sonreí más. Jeff se puso un poco rojo o quizá fue mi imaginación e intentó no sonreír. Luego saludó a Adam.

- Mucho gusto, soy Jeff.

- Igualmente, soy Adam.

- Vaya, te llamas igual que el mismo que se graduó con estas hermosas chicas...

- Por desgracia, sí.- Ambos rieron y yo no podía estar más feliz, se entendían bien.

- ¿Les molestaría si me llevo a Calis?.- Preguntó Jeff.

- No, llevátela todo el tiempo que quieras, te la regalo.- Dije con picardía.

- ¡Rebecca!.- Calis estaba rojísima.

- Llévatela, Jeff, yo estaré aquí con mi bella novia.- Dijo Adam haciéndome sonreír.
Ambos se fueron y yo estaba radiante.

- Eres una Rubita muy traviesa con tu amiga, ¿no crees?.

- Ella puede y le da ventaja.

- Vayamos a comer, yo invito.

- Vamos, cariño.

Adoraba comer con Adam, hablábamos de cualquier cosa, me hacía sonrojar hasta mi límite, no faltaban las risas y sobre todo, no faltaba el amor.
Íbamos caminando por las calles riendo y abrazados cuando comenzó a llover. Nos fuimos a un edificio que nos cubriera.

- Supongo que no traes una sombrilla, ¿cierto?.

- Tu tampoco, ¿cierto?

- Supones bien, rubito.- Adam soltó una carcajada.

- ¿Todo bien?.

- Sí, es solo lluvia.- Dije abrazándome a él. Adoraba que fuera más alto que yo, tenía que voltear hacia arriba para poder verlo. Sonreí y le di un corto beso.

- Calis, te pusiste roja.

- Maldita sea, cállate.- Ambos nos separamos al escuchar esas voces. Aquellos dos se encontraban de espaldas a nosotros. Le hice una señal de silencio a Adam.

- Adoro cuando llueve.- Dijo mi amiga tocando la lluvia con su mano.

- A mi me gusta también... Pero me gusta más ver a una morenita admirando la lluvia.- No pude evitar soltar un "Ohhh" algodonoso.
Antes de que ellos voltearan, Adam me dio la vuelta haciendo que su espalda quedara hacia ellos y me besaba. Un muro nos cubría parte de la cabeza así que solo se veían nuestros cuerpos. Apenas escuché por lo desorientada que estaba, cómo ellos dos se alejaban pero mi concentración se esfumó al sentir a Adam apretándome contra él con sus manos en mi cintura.
Tome su cabeza y lo acerqué más a mi. Enredé mis dedos en su corto cabello rubio, jalando de él mientras él hacía lo mismo con mi largo cabello. Ambos estábamos mojados por la lluvia pero nuestras respiraciones parecían locomotoras. Estaba segura de que podríamos hacerlo ahí sin importarnos pero, tuvimos que separarnos. No quería parar, era tiempo de decidir.
Adam y yo nos conocíamos desde hace casi un año, y casi 10 meses saliendo. Estaba sonrojada y nerviosa por lo que diría.

- Lo siento, yo...- Adam estaba rojo y se veía que estaba algo nervioso al igual que yo.

- Adam, ¿podemos ir a tu departamento?.

Un simple encuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora