LIV

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No hundimos,
el barco se hunde,
que tristeza.
Sólo Dante podía describir
el infierno por el que hoy camino.

Veme aquí,
versificando un desastre emocional.
Me siento patético, inofensivo,
ante la forma de tu ser.
Valiente, eso eres.

Te combate con la mismísima calíope,
pero te faltó mucha inspiración.
Intente parar la lluvia con las manos
y se me escaparon todas las gotas.

Juro que sostuvo el timón
me mantuve firme, seguí la ruta;
el tiempo no avisa
y decidió cambiar,
me tomo por sorpresa.

Y es la misma historia en cada una de mis letras.

Serpientes En El EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora