V

237 33 2
                                    

El odio lo guardo en el filo de la navaja, con este recelo, con esta mierda de vida que llevo, con todo lo malo que pasa mantengo mi irá al margen de lo que pasa.

Un te amo cobarde en el te quiero de otra boca. Miedo a ser despreciado por la mujer de la que tanto he hablado.

¿Quién eres tú? Que se te hace tan fácil perderte entre mis frases. Poeta, tu me bautizaste. Adiós amor, adiós. Me voy con la eternidad de los días. Tal vez no nos tocó amarnos en esta vida. Que ironía.

Tu poeta?, de eso ya no queda ni el recuerdo en las velas del pastel de cumpleaños. Me consumo con el paso de las horas. Ya no eres nadie.

El tiempo ya no es nada, y los besos ya no muestran cariño. Que insolente ha sido el destino. Hoy he perdido.
Meum Angelum, dónde quedó tu cielo, dónde quedaste tú. Sigues buscando fortuna en los bares de mala muerte, te han despojado de tu divinidad, estos mortales siempre tan cobardes. Te exiliaron de tu cielo y vagas por las calles, por bares y esquinas.

Continuó guardando mi rencor en el corazón del que unos cuantos pueden ver su verdadero brillo.

Serpientes En El EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora