Hunter

5

La clase de los Jobs me había dado material para pensar. Los términos científicos de cómo funciona el cuerpo de un vampiro. Los inicios de los cazadores. El raro episodio del doctor Jobs. ¿Por qué me llamó Sr. Tanner? ¿Dónde estaba la madre de Nina que no la había conocido hasta el momento? ¿Debería estar en su casa, no? Me quedó el resto del día para ir personalmente a la universidad a llevar mis papeles y realizar el registro. Nina no salía de mi mente, me preocupaba, a la vez recordaba una y otra vez lo que me había expuesto sobre el cuerpo de los vampiros "Es cierto que los vampiros se alimentan principalmente de sangre. Pero también pueden consumir otras cosas, como carne cruda [...]" recordé entonces a Alex, se me revolvió todo por dentro, se me hizo un hueco en el estómago porque la recordé en nuestra primera cita cuando pidió un trozo de carne prácticamente crudo asegurando que tenía gustos raros. Sus ojos suplicantes estaban allí, de que no la lastimara, que la oyera, pero no hice ninguna de las dos.

Comparar lo que sabía de vampiros antes de la muy nutrida clase de los Jobs era ridículo, era darme cuenta que no sabía nada. Zach sólo me enseñó que eran seres malignos que asesinaban personas, o mejor dicho, que asesinaron a mis padres y supongo que eso era lo único que me interesaba saber.

Regresé a casa luego de trotar por más de una hora por el Central Park. Eran más de las 6.30pm. Decidí tomar una ducha larga. Al salir sonó un mensaje en mi celular. Número desconocido

Mañana espero verlo a las 5pm en 124 East 40th Street en el gimnasio. Vaya con ropa cómoda.

Nina L. Jobs

Se me escapó una sonrisa que me forcé a borrar. Guardé su número de teléfono en la agenda de mi celular.

<<¿En un gimnasio?>>

No entendía muy bien de que iba todo aquello la verdad. Todo se volvía cada vez más confuso

Al día siguiente me dirigí puntual como siempre al gimnasio que me había indicado Nina. Era un gimnasio pequeño. Había música en el interior. Me adentré y allí estaba ella, haciendo Tae-box de forma enérgica, sola al ritmo perfecto de la música frente a un espejo. Me quedé como un perfecto idiota observándola. No recuerdo alguna escena tan particularmente sexi en mi vida. Fue cuando se dio cuenta de mi presencia luego de dar una patada en diagonal. Tomó un control remoto y apagó la música

-¡Sr. Morris!_ dijo algo apenada. Se sonrojó_ ¿Cuánto lleva allí?_ ¿le digo la verdad?

-Acabo de llegar_ dije apresuradamente

<<¡Bien Morris! ¡Bien!>>

-Sólo entrenaba un poco

-Ya veo_ dije inexpresivo

<<¡No muestres hambre Morris! ¡Eso no!>>

Reí ante mi pensamiento

-¿Está listo para seguir aprendiendo?_ dijo secándose el sudor con una toalla pequeña

-¿Dónde está el Dr. Jobs? ¿Por qué vernos en un gimnasio?

-Hoy no veremos teoría Sr. Morris

<<¿Eh?>> <<¡Oh!>>

-¿Haremos ejercicios?_ pregunté confuso

-De alguna manera, si_ dijo de forma divertida. Creo que algo perversa

<<¡Simon basta!>>

Debía desviar la naturaleza que estaban tomando mis pensamientos. Decidí dejar mis cosas a un lado. Me quité la chaqueta que llevaba.