Capitulo 7: Impertinente

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Capitulo 7: Impertinente

Sofia:

Estuvimos por varias horas haciendo la tarea sin parar, pero lo que había dicho Gerard por teléfono era cierto, era mucho más fácil y rápido el avance entre los dos que cada uno por su lado.

Mire el reloj de mi mesita de noche y pasaban de las 12am, él ya había comenzado a guardar sus cosas en su mochila cuando de la nada le dije -¿te quieres quedar a dormir?

Él me miro un poco extrañado – ¿y las chicas?

Se refería a mi comentario de antes, de las habladurías –nah, es más probable que te vean salir o te escuchen a estas horas, que mañana temprano.

Se quedo en silencio por un largo momento pero volvió a hablar –no traje ropa de dormir.

Yo reí –pues solo quítate la chamarra y así dormirás más cómodo.

-Es que yo duermo desnudo. –mis ojos se ampliaron por la sorpresa de su confesión y mis mejillas se encendieron al imaginarlo de forma inapropiada digamos, y él solo sonrió ampliamente hasta que llego la carcajada. –tu cara es todo un poema ahora mismo.

-Tonto –le dije y le di una palmadita juguetona en el brazo.

-Está bien, acepto la oferta, pero mañana temprano me voy, para alcanzar a cambiarme de ropa y eso.

-Está bien –sonreí ampliamente y agregue –gracias por quedarte.

No quería que los pensamientos sobre Frank me inundaran, y al descubrir que estando con Gerard no pensaba en el enano mujeriego, pues bueno, se me hizo fácil que él durmiera conmigo por esta noche.

Nos acostamos, yo vestida con mis pantalones de dormir y una holgada blusa, mientras que Gerard solo se había quitado su chaqueta y sus zapatos, cada uno tomamos un lado contrario de la cama dándonos la espalda.

Era reconfortante saber que a mi lado estaba durmiendo Gerard, pero también era algo desesperante, puesto que me venían escenas subidas de tono de él y yo juntos en esta misma cama. En un momento me quede profundamente dormida, cuando Gerard me movió ligeramente despertándome, él estaba casi encima mío -¿Qué pasa?

Pregunte somnolienta –tocan la puerta.

-¿Qué? –voltee a ver el reloj y eran pasadas de las 4am, querido Jesús, quien demonios osaba robarme minutos de sagrado sueño. –seguramente es un borracho que se equivoco de habitación, ahora mismo le informo de su error.

Tocaban fuertemente la puerta –si quieres yo voy.

-No, no, tu no, no te pueden ver aquí ¿recuerdas? Ya regreso.

Fui a abrir y de inmediato la persona que estaba del otro lado de la puerta se tiro a mis brazos, sorprendiéndome; aunque por el olor fácilmente lo reconocí, Frank.

-Pensé en lo que me dijiste. Te amo Sofia, y por ti haré lo que sea, no importa que tan difícil se me pongan las cosas con las tantas mujeres echándose encima mío, las ignorare, lo juro.

Su forma de hablar y su aliento me dijeron que estaba borracho. ¡Genial! Frank borracho afuera de mi dormitorio gritándome su amor y mientras tanto Gerard adentro en mi cama, seguramente escuchando todo.

-Frank, estas muy borracho y pasan de las cuatro de la mañana, necesitas ir a tu dormitorio y descansar, te pueden suspender si te encuentran en este lamentable estado y aquí.

-No me importa, yo necesitaba verte, y decirte que si me voy a arriesgar, solo por ti. Por mi chica.

-No soy tu chica, ya tomaste la decisión, bien por ti. Pero necesito que te vayas, yo si quiero dormir y no me interesa que se hagan chismes sobre nosotros.

-Está bien, como digas mi amor –rodé mis ojos y Frank sonrió –pero antes debo hacer pis.

Los nervios me invadieron, ¿Qué le diría? Si lo dejaba pasar, vería a Gerard y sacaría sus propias conclusiones, y en el estado en el que se encontraba, no sabía que era capaz de hacer, puesto que ni una sola una vez había visto así de borracho a Frank.

-Iero, te puedes aguantar hasta que llegues a tu dormitorio, anda ve ya. –Lo empuje un poquito, pero él no se movió.

-No, Sofia, no llegaría ni a las escaleras de este edificio, es una emergencia.

Vi hacia todas direcciones y entonces vi una planta al final del pasillo –Mira, una planta, ¡puedes hacer en ella!

Tambaleándose me miro y dijo –no soy un perro para mear la planta. Déjame pasar, solo serán 5 segundos y luego me voy.

Con urgencia mire de reojo al interior de mi cuarto y vi a Gerard que para mi sorpresa se encontraba casi al lado mío –está bien, te dejare pasar, pero con los ojos tapados.

Frank me miro confundido -¿Por qué?

-Porque toda mi ropa interior esta regada por el cuarto y no quiero que la veas.

Se rió y dijo –no es necesario, ya te las he visto puestas, sin poner no me interesan. –mis mejillas ardieron y le di un pisotón a Frank en el pie.

-Auch –se quejo

-Pasas con los ojos vendados, o vas hacia la planta a derramar tu pis.

Miro la planta y luego a mi –está bien.

Gerard enseguida me paso una mascada y se la enrede a Frank alrededor de su cabeza tapando sus ojos -me voy a caer.

-No te caerás, yo te guiare.

-¿Entraras conmigo al baño también para guiar mi... ¡auch! Oye deja de hacer eso, me dejaras el pie hinchado.

Mire a Gerard quien se encogió de hombros mientras veía como aguantaba la risa, ¡él lo piso!

-Ya, ya, no seas quejica. -Abrí la puerta del baño y lo guié al interior, mientras lo deje ahí y cerré la puerta con llave. –ya te puedes quitar la mascada, estas solo. –le grite.

Fui hacia Gerard y lo mire compungida – ¡perdón, perdón! No tenía ni idea que Frank se pondría hasta las chanclas y vendría aquí.

-No te preocupes, que no es tu culpa. Sofia, mejor me voy, aprovechando la interrupción. De todas formas en una hora más me iría.

Se escucho la manija de la puerta del baño y mire en su dirección mientras Frank se quejaba –Sofia, ¡déjame salir!

-Está bien, al rato nos vemos.

Se puso su chaqueta y recogió su mochila para colgársela en los hombros –si necesitas ayuda con ese... impertinente me llamas ¿de acuerdo?

Yo asentí y entonces me iba a besar en la mejilla cuando yo me voltee y el beso quedo en mis labios. Los dos nos sonrojamos pero no dijimos ni una palabra, salió de mi dormitorio y mire como sigilosamente caminaba por el pasillo hacia las escaleras.



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