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La noche concluyó más o menos así: En el teléfono estaba el jefe de Harry, que lo tuvo media hora al teléfono mientras que Harry explicaba todo lo que había pasado desde que los forzaron a aterrizar y Selena quedó en el piso viendo los fuegos artificiales hasta que finalmente terminaron. Llamó a su madre, jugó con todas las estrellitas y hasta publicó una foto de los fuegos artificiales antes de que Harry dejara de hablar por teléfono.

–Lo siento tanto –se disculpó, pero Selena ni siquiera lo escuchaba.

–Está bien. Estoy cansada, me voy a dormir. –Se excusó Selena.

No tuvo la cordialidad de tener la discusión sobre quién debería dormir en la cama y quién en el living, directamente se hizo una cama en el sofá, se puso el pijama y se acostó sin decir una palabra.

De alguna forma, Selena se despierta en la cama completamente tapada y con su teléfono cargando –y sonando– en la mesita de luz. Apaga la alarma y mira la hora, son las nueve y media de la mañana.

Algo desconcertada, se obliga a sí misma a levantarse de la cama y se envía hasta la cocina, donde Harry está haciendo el desayuno.

–Buen día –la saluda –, espero que no te moleste que haya puesto la alarma, pero según mis cálculos si salimos en media hora puedo dejarte en tu casa para las cinco de la tarde y podrás pasar lo que reste del veinticinco con tu familia.

Selena se sienta en la barra, dónde un café con dos tostadas la esperan.

–Genial, muchas gracias.

–Y quiero que sepas que de verdad lamento mucho lo que pasó ayer, no era mi intención arruinar la noche. –Harry se apoya del otro lado de la barra, mirándola a los ojos.

Selena, por el otro lado, se llena la boca de comida para no tener que responderle y se limita a hacer señas de asentimiento e intentar no ahogarse.

–El chico que iba a recoger el dinero pasó hace una media hora. –Sigue comentando Harry.

Selena finalmente logra tragar.

–Genial, cuando termino de desayunar te doy el dinero. –Le dice Selena con una sonrisa antes de tomar el café.

–Nada de eso, yo ya pagué.

–No te estoy preguntando Harry, te estoy comentando que cuando termine de desayunar voy a pagarte lo que debo. –Le responde Selena antes de terminar su café. –Me voy a preparar lo que falta del bolso y podemos irnos.

Y así lo deja a Harry solo y sin entender qué es lo que está pasando.

Aproximadamente ocho horas más tarde, Harry estaciona el auto enfrente de la casa de Selena, en Tennessee. Por suerte para ambos, la ruta estuvo tranquila y pudieron ir a la mayor velocidad permitida por un largo rato. No se detuvieron para mucho más que comer, cargar gasolina e ir al baño, haciendo del viaje lo más placentero posible.

Hubiera sido el viaje perfecto de no ser por Selena y su voto del silencio. Apenas le dirigió la palabra a Harry en todo el viaje, se encargó de leer y subrayar y escribir, cualquier cosa menos hablarle.

–Llegamos –dice Harry para que Selena levanta la vista de sus libros.

Efectivamente logra su cometido, y Selena levanta la vista para encontrarse con su casa. No puede evitar sonreír al ver todo decorado para navidad, con los mismos adornos de todos los años, hasta el adorno de la puerta que hizo cuando tenía siete años está orgullosamente colgado.

Baja del auto sin decir una palabra y Harry imita su acción. Van hacia el baúl y Selena va a agarrar su valija, pero Harry es más rápido. Selena va a argumentar, pero sabe que para eso va a tener que hablar más de lo que quiere, por lo que lo deja continuar.

Juntos, se dirigen hasta la puerta con lentitud, Harry llevando la valija y Selena con su bolso.

–Gracias por alcanzarme las cosas –agradece Selena, el no hablar no significa que hay que perder la educación.

–Gracias por aceptarme en el viaje, y por ser una persona tan buena y cool, de verdad no sé qué hubiese hecho si no me hubieras aceptado para viajar contigo. –Selena se queda en un estado de shock al escuchar las palabras de Harry.

–Ya te dije, el viaje yo sola hubiera sido muy aburrido.

–En serio lamento mucho lo que pasó ayer, créeme que hubiera preferido no haber atendido mil millones de veces.

Mientras que Selena baja la vista, Harry la levanta.

– ¿Oye, eso no es muérdago? –Pregunta Harry de repente.

Selena levanta la vista para corroborar e, indudablemente, es muérdago lo que cuelga de la puerta. Va a avalar las palabras de Harry cuando él la toma de la cara y la acerca a sus labios.

El momento no puede ser más perfecto. El muérdago, la nieve, la ambientación. Pero claro que la madre de Selena tiene que venir a arruinarlo.

– ¿Selena, eres tú? Creí haber escuchado tu voz. Oh. –Dice al verlos a los dos.

Se separan velozmente, los dos rojos de la vergüenza.

–Llegué –anuncia a su madre, que tiene la cara roja de aguantarse la risa.

–Lo siento, pensé que habías perdido tus llaves o algo y que estabas hablando para que viniéramos a abrirte. ¿Quién es este hermoso joven? –Pregunta observándolo de arriba abajo.

–Mamá, ¿me dejas terminar de despedir a Harry? Entro en unos minutos. –Le implora Selena, cada vez más avergonzada.

– ¿Ya se va? Pero tenemos mucha comida –comienza su madre.

–Mamá –le advierte ella.

–Y hay algunos postres de ayer.

–Mamá

–Hice una torta con helado de chocolate que está para chuparse los dedos. –Continúa ignorando a su hija.

– ¡Mamá! Harry se está yendo a pasar lo que queda de Navidad con su familia, déjanos despedirnos y ahora voy. –Habla con la mayor tranquilidad que su voz le permite. Se siente con catorce años, todos los recuerdos inundándola otra vez.

–Está bien, nos vemos dentro. Un gusto conocerte Harry.

–Igualmente –responde este, que tuvo la decencia de no decir una palabra mientras tenían toda esa discusión.

La mamá de Selena entra, dejándolos solos otra vez.

–Entonces...

–Entonces yo debería ir entrando, pero no seas un extraño y escribe de vez en cuando, podemos vernos. –Dice Selena con falsa confianza.

–Claro que no, esto no va a morir aquí. –Le responde Harry con su mejor sonrisa.

La agarra por la cintura y vuelve a juntar sus labios en un corto beso antes de comenzar a ir hacia el auto.

–Adiós.

–Adiós –responde ella antes de tocar el timbre de su casa y preparase para todas las preguntas de su madre y tías.




Christmas with a stranger | Harlena | #JustWriteIt #HolidayChaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora