Cap.43 " BAD BOY "

5.6K 389 46
                                    

  Lento, esa era la palabra para describir como había pasado toda esa semana, lenta y desastrosa. Yonghwa no lo había vuelto a ver después de su gran error, y a Hoseok lo veía todos los días en la escuela, pero el mayor no se atrevía a acercarle, aunque Tae ni siquiera quería sentir ese aroma cerca. Quería olvidar todo de él, todo, completamente todo. Y para eso, el tiempo era lo esencial.
Su cumpleaños se estaba acercando y no quería celebrarlo, tal vez era porque no sentía ganas de hacerlo, después de todo no se sentía con ánimos para nada. Por una parte quería que su escuela se terminara rápido, quería salir de allí, y no ver nunca más al chico malo, pero por otro lado, sentía que perdería a grandes amigos, sabía que Jin se olvidaría de él, que Henry se iría a Canadá después de terminar, que Kook se iría a Taiwán, que Jimin se iría a China, y que Tae se quedaría más solo que una lombriz.
-Quiero vivir en Daegu –comentó una vez a la hora de almuerzo un domingo, haciendo que su madre lo mirara con ojos de dulzura y remordimiento, logrando hacer sentir al castaño culpabilidad por su estúpido comentario. –Pero estaré por siempre a tu lado, madre, cuando sea millonario te compraré una casa en donde quieras. –trató de arreglar, sabiendo que el daño ya estaba hecho.
La semana había pasado rápida y tediosa, los últimos exámenes del año escolar se acercaban y podía sentir el estrés recorriéndole todo el cuerpo, junto con su cabeza que daba vueltas a cada momento al ver a un azabache de misteriosa y melancólica mirada por allí. ¿Por qué se sentía tan mal?, después de todo, Tae solo le había devuelto lo que Hoseok le había hecho durante todo ese año. "Mientras sea lo que tu corazón diga"... Esa frase le carcomía lo huesos, ¿por qué su corazón no estaba feliz al sentir que Hoseok se estaba tragando todo su karma? ¿Por qué solo quería tirarse a sus brazos y posar sus labios con los suyos? ¿Por qué quería tener ese aroma impregnado en su cuerpo? ¿Por qué? ¿Qué era lo que de verdad quería su corazón?
"No me permitiré ser dañado por nadie más, no de nuevo. Me cansé de entregar todo a cambio de nada" Se decía el castaño cada vez que se miraba al espejo, tratando de darse así un tipo de ánimos para pensar que el azabache no se lo merecía por ningún motivo, y olvidarlo, sacándolo de su mente lo más pronto posible.
Mil y un preguntas se asomaban en cada examen que daba, alejándolo de las buenas calificaciones y solo obteniendo un "mediocremente bien, me has decepcionado" le dijo una vez su profesor de matemáticas. Taehyung se acordaba que en ese momento solo tenía la mente en Hoseok, mientras que este solo dormía en su asiento, no respondiendo ni una sola pregunta en la hoja de respuestas. Se corría el rumor que el chico malo de la escuela estaba peligrando, pero que de alguna u otra forma pasaría, después de todo, un Jung no iba a fallar en su año escolar.
-¿qué harás en tu cumpleaños? –le preguntó Jimin en el centro de Seúl, mientras compraban cosas para comer en la mansión de Kook.
-Nada –respondió, el moreno quería evadir esas preguntas, ya que no tenía ni ánimos para responderlas.
-Qué tal si vamos a donde estuviste trabajando, lo celebramos con los más cercanos y listo. ¿te parece? –interrogó de nuevo el menor, Tae solo lo miró y pensó un momento, teniendo en cuenta que sería grosero decir que no, el mayor asintió con una sonrisa algo forzada. De verdad no quería celebrar su cumpleaños.
-De acuerdo –pactó el castaño con su mano en la de Jimin.
Al pasar por una heladería, decidieron que era mejor sentarse y platicar más, después de todo, hace un tiempo que no tenían un momento a solas para poder ponerse al tanto de muchas cosas.
-Soy amigo de Suga –le tiró la bola de fuego al moreno, haciendo que este se atragantara con su helado de chocolate. Ya estaban sentados y el castaño podía notar como gente lo miraban con extrañeza por la tos del mayor.
-¿QUÉ? –gritó en confusión, no entiendo cuando había pasado todo esto.
-Eso –respondió con soltura, no importándole la sorpresa de su amigo –Cuando faltaste una semana, Jin y Suga hablaron conmigo, y bueno... Suga se quedó más tiempo hablando, y nos dimos cuenta que teníamos temas en común, y... ahora somos amigos. –habló rápido y con indiferencia.
-Per...pero... pero... ¿Por qué no me dijiste? –Preguntó – ¿ósea que esa vez que Jin llamó a Suga a comer con nosotros, ya lo conocías? ¿Por qué no dijiste nada? –interrogó con algo de incomodidad en su voz, pensando que su mejor amigo ya no tenía ni un tipo de apego al castaño, y no tenía que contarle sus juntas. Aunque, si lo pensaba bien, Taehyung había hecho lo mismo con el .
-Era porque Suga es el mejor amigo de J-hope, y porque sé que estabas mal con ese imbécil, y porque Jung Kook se escandalizaría si supiera que otro de sus amigos se junta con el opuesto de él. –habló con ojos cansados, como si el tema no fuera tan importante. –Aunque debo decir que Suga no es el idiota que es J-hope, ¿no sé por qué se sigue juntando con él? Todos saben que es el rey idiota de los idiotas. –aclaró con una risa algo malévola, haciendo sentir un poco mal al moreno, ya que después de todo, este había caído en las redes del "idiota".
-Tae Tae Tae –habló una voz detrás de ellos, haciendo que paran de comer y miraran a su emisor. Los ojos del castaño se abrieron rápidamente al sentir como su corazón se aceleraba con rapidez y un poco de temor en su cuerpo, notando como sus manos temblaban al solo sentir esa presencia cerca.
-Tta... Taecyeon–tartamudeó con nerviosismo, ¿qué hacía él acá? (por si no lo recuerdan, Taecyeon es el primo malo de J-hope)
-Que bueno verte por aquí, Taehyung –le habló con voz baja y tenue, casi pacífica, pero el moreno sabía bien que era una caratula. –Veo que no estás con Hoseok, ¿algo le pasó a mi primito?
-Tu primito ya no se junta con Taehyung, ahora déjanos tranquilos. –le espetó Jimin, haciendo que el castaño lo mirara con ojos abierto por el miedo y la sorpresa, ¿acaso no sabía con quién estaba hablando?
-Ahh –asintió el otro, mirando a Jimin y con un Tae casi al borde del colapso mental.
-Si –habló el moreno, parándose en frente del menor, tapándole la vista de Taecyeon y Jimin. Era la única forma de hacer que la conversación girara en un pobre aliencito que en un inocente chaparro. –Sí, ya no estamos de amigos ni tampoco quiero ser su amigo nuevamente, así que, por favor, puedes olvidarte de mí, de mi nombre, de mi cara, no soy importante para Hoseok ni tampoco lo seré, así que, solo déjanos tranquilos. –murmuró a sus ojos, si dejar que estos se desviran a otro lugar. No quería parecer débil, ya no lo era.
-Ahm, entiendo –asintió de nuevo –el idiota no supo cuidar a su mascotita –comentó con veneno y una sonrisa malévola –Espero que en Paris aprenda a cuidar de sus juguetes. –soltó de nuevo, haciendo que Tae juntara las cejas en confusión por lo que dijo.
-¿Paris? –preguntó con sorpresa, "parís, ¿qué tenía que ver Paris acá?"
-Ah, es cierto –le dijo Taecyeon –Ya no eres su amigo pero, Hoseok hace tiempo que tiene pensado en irse a Paris, después de todo, allí haría su compañía y se alejaría de la fastidiosa IU. ¿Pensé que por lo menos eso sabías? –habló con una sonrisa confundida.
-No soy su amigo ahora. –recordó, alejándose del musculoso hombre, su corazón estaba latiendo rápido y fuerte, sentía un tipo de dolor en su cuerpo y un malestar en su estomago, ¿acaso Tae no vería nunca más en su vida al mayor? ¿Acaso después del colegio él y Hoseok ya no serían nada más que un recuerdo?, pensaba, pero maldiciéndose internamente, ya que, después de todo, era lo que quería, olvidarse del azabache, no pensar en él nunca más, no tenerlo entre sus brazos, no besarle sus exquisitos labios, no sentir esa aterciopelada voz en su oído, ni tampoco escuchar esos gemidos que lo hacían vibrar desde adentro.
-Bueno, el idiota aun no me quiere pasar ni un poco de la herencia, ya se la quitaré. Ahora solo me queda esperar a que se vaya el pobre imbécil. –comentó con agrio pesar. El castaño solo lo miraba con falsa seriedad, ya que por dentro, estaba en un pánico incontrolable. Hoseok se iría, se iría a otro continente, mientras que el moreno se quedaría en Corea... prácticamente solo... "NO" se gritó Taehyung, no estaría solo, se haría un vida nueva, estaría con amigos nuevos, con un novio nuevo seguramente, alguien que lo quiera, alguien que estaría por siempre con él, alguien que lo amara de verdad, alguien que no le haría daño. Alguien que le prometiera el mundo entero.
La velada donde Kook había pasado rápido y ya habían arreglado todo el cumpleaños de Taehyung para el sábado que llegaría en dos días más. Lo harían en el restaurant donde el moreno había trabajado y serían solo ellos, lo cual el castaño asintió con sinceridad, después de todo, no sería tan malo pasarla con tus amigos.
Al llegar el viernes, Taehyung se sintió un poco mal por no invitar a Jin y a sus amigos, aunque fueran más amigos de Hoseok que de Taehyung, aun así para el moreno habían sido muy importantes, ya sea por todas esas veces que lo ayudaron, o lo hicieron reír, o se quedaron de su lado.
-Jin –llamó el menor cuando vio que este estaba solo en el pasillo, sin tener a un azabache asechando con su mirada. El mayor lo miró con alegría y le devolvió el saludo.
-TaeTae –le habló con cariño. -¿pasa algo? –le preguntó cuando ya estaban cerca. El castaño giró la cabeza de un lado al otro con una sonrisa felina.
-No, es solo que... bueno... -dijo nervioso, ¿qué pasaría si le digiera que no? ... ¿su amistad acabaría así? –Mi cumpleaños será este sábado y bueno... si no tienes nada que hacer, me gustaría que..
-¡Me encantaría! –le gritó Jin antes de que el menor terminara la sentencia. –Estaré allí a la hora que me digas Tae. –declaró con una sonrisa de oreja a oreja.
-De acuerdo –asintió el moreno con la misma sonrisa. –será en el restaurant donde trabajé, ¿te acuerdas? –le preguntó. Lo cual el mayor asintió nuevamente. –a las 6 de la tarde, será algo tranquilo y sin parafernalia, solo para comer el pastel y después irnos, así que no canceles lo que tengas para la noche. –le aseguró, lo cual el mayor solo lo miraba con alegría. –pero... antes que... pienses algo más... -tartamudeo con un poco de alteración en su voz –me gustaría que... bueno.. si te gustaría a ti, claro... si pudieras invitar a los demás chicos –le rogó con un claro nerviosismo, Jin lo miró con sorpresa.
-¿también a Hoseok? –le preguntó con delicadeza, lo cual el moreno aprecio, sabía muy bien que Jin jamás se desubicaba con el moreno y eso era muy agradable para este.
-No –contestó, sin mirar a los ojos del mayor, sintiendo como toda su melancolía se acumulaba en su corazón. –No quiero que él se entere de esto, por favor –suplicó con una tenue voz, y al instante sintió una mano acariciándole el cabello.
-No te preocupes, Tae, de mi boca no saldrá nada, y nos veremos el sábado, estarán allí todos los chicos. –dijo alegre.
El moreno lo miró con una sonrisa y se despidió rápido, ya era momento de la última hora del día y matemáticas era su perdición. Vería al azabache y no podía controlar sus sentimientos. Había estado toda la semana pensando en el rey de los idiotas y no lo podía olvidar, Yonghwa ya hablaba con el castaño y le había dicho que todo estaba bien, que no le importaba que el moreno se había equivocado en el nombre, que después de todo, el fue el que incitó al castaño a estar con él, a pesar que Taehyung había "terminado" todo con el chico malo hace poco tiempo. Todo había pasado en una semana y los resultados de los exámenes se acercaban cada vez más.
¿Qué haría después de la escuela? Esa era una gran pregunta que tenía hace tiempo en su mente, pero que no podía contestar por diferentes razones. Uno era el dinero, y la otra sería la vocación. Había pensado en estudiar algo con pedagogía, le gustaban los niños y le gustaba enseñar. Se acordó de su primera vez hablando con el azabache, fue gracias a que este le dijo que si le podía explicar un ejercicio matemático. Cuando el azabache era un rubio misterioso y rebelde. Alguien inalcanzable para el aliencito recién llegado de Daegu.
La clase había pasado rápido, o tal vez era solo para el moreno. Tenía a Hoseok en frente de él, ya que había llegado tarde y le habían quitado el asiento. Podía notar como su nuca se tensaba con cada movimiento de su cabeza, podía oler ese aroma característico del chico malo, podía sentir esa calidez tan cerca de su cuerpo, aunque sabía que se lo estaba imaginando. Solo quería acercar su mano, pasar sus dedos por el azabache cabello y hundir su nariz dentro de su cuello. Quería besarlo, tocarlo, acariciarlo como nunca antes.
La clase había pasado demasiado rápido para el moreno y no estaba de humor, era primera vez que un minuto en matemáticas era como un segundo, cuando generalmente era al revés. ¿por qué la vida era tan injusta?.
Ya era sábado y estaba lloviendo como nunca antes, el viento estaba loco y unos minutos afuera era asegurarse un resfriado si no traías un paraguas y ropa adecuada. Taehyung llegó al restaurant algo mojado, pero gracias a su paraguas casi todo estaba seco, ya estaban allí Henry con Kook y Minho, decorando una esquina del lugar y Hyoyeon ponía alimentos en la mesa. Jimin estaba a su lado y todo parecía sacado de una revista de felicidad.
-Feliz cumpleaños! –le gritaron los muchachos al unísono. El castaño solo rió y se inclinó en agradecimiento.
-llegaste más temprano –le dijo Jimin con un cono de cumpleaños en su cabeza, una agradable imagen para la mente del moreno, que dio otra carcajada más.
-Es que quería decorar un poco antes que llegaran todos, pero al parecer ya lo tenían planeado. –le comentó el castaño, caminando a paso relajado a la esquina, abrazando a Hyoyeon y a todos sus amigos, mientras que la palabra "felicidades" aparecía en sus bocas.
-Son las 6 –le dijo Hyoyeon – ¿vendrán tus otros amigos? –le preguntó al moreno, mientras todos estaban sentados y preparados para ver la torta, comerla y disfrutarla con el cumpleañero.
-Sí, no creo que Ji...
-¡FELIZ CUMPLEAÑOS! –gritaron jóvenes en la puerta del restaurant con diferentes cajas de regalos en sus manos. Taehyung se paró de su silla y fue directo a Jin, abrazándolo con cariño y una amistad latente en su gesto.
-Feliz cumpleaños, Aliencito. –le dijo Bang al lado, sonriéndole el menor miró a Suga, Rapmon y Zico y los abrazo con un sincero afecto. Era extraño que de verdad se habían convertido en amigos para el castaño.
-Me alegro mucho de verlos acá –le comentó con una sonrisa de oreja a oreja. –Vengan, siéntense y espero que les guste la torta.
-Gracias Aliencito. –habló Zico por todos, los chicos se acercaron a la mesa y las sillas ya estaban puestas para los recién llegados. Tae pudo notar como Suga se sentaba al lado de Jimin.
-Te trajimos varios regalos porque no sabíamos que era lo mejor. Así que, espero que te gusten. –comentó Rapmon al pasarle una de las cajas, mientras que después Bang y Sugale pasaron otros dos regalos, Zico dejó en su mesa el suyo, y Jin solo le pasó una pequeña caja que la dejó en su bolsillo.
-Cuídalo -le comentó en su oído. El castaño lo miró de vuelta y lo miró extrañado. –Sé que lo amarás. –dijo, y le guiñó al segundo después. El moreno no sabía si abrir el regalo de Jin o no, al parecer era un poco más privado que los otros.
Al sentir la campanilla del restaurant, miraron a la puerta y el corazón de Taehyung paró por un momento al ver quién era, esas castañas orbes lo miraban y su ropa estaba algo mojada, pero aun así, tenía un regalo pequeño en sus manos y eso era lo que más le regocijaba el corazón al castaño.
-Hola. –suspiró el moreno, pensaba que el mayor se negaría al momento que el menor le entregó la invitación, pero fue todo lo contrarío. El universitario se acercó al menor y le entregó su regalo.
-Feliz cumpleaños, Tae –le dijo con voz aterciopelada y algo nasal, al parecer estaba un poco enfermo, haciendo más lindo el hecho que saliera de la comodidad de su casa para ir al cumpleaños de su ex novio.
-Muchas gracias Yonghwa! –exclamó con ternura el muchacho, parándose y abrazando al mayor con cariño. El moreno debía admitir que el universitario era un muy buen partido para cualquier persona, ya sea hombre o mujer. Yonghwa era como el hombre perfecto, y Taehyung no había apreciado eso. –Sientate, por favor. –Le pidió el moreno, haciendo un espacio entre él y Jimin. Dejando a Jin y Yonghwa a su lado.
-Hey! –llamó Hyoyeon desde la otra parte del desolado restaurant, tenía un pastel en sus mano y las velas estaban prendidas, bailaban amenazando en apagarse en cualquier momento por la corriente de aire que se hacía dentro de allí, después de todo, la tormenta afuera se hacía cada vez más fuerte. Al llegar a donde estaban todos, la torta fue puesta al frente del aliencito y comenzaron a cantar la canción de cumpleaños, el moreno no podía creer que después todo ese año podía tener a sus amigos juntos, aunque fueran tan diferentes.
-Felicidades! –gritaron todos al unisonó cuando Tae apagó las velas, dejando para él y solo para él su único deseo.
Las luces se estaba prendiendo en las calles y la tormenta se hacía cada vez más fuerte, ya estaban terminando la gran torta que Hyoyeon y su padre le habían regalado Tae y todos estaban a punto de morirse por tanto comer, después de todo, Kook se volvió loco comprando pequeños tipos de comida rápida para el cumpleaños de su querido amigo.
La campanilla del restaurant sonó nuevamente, y algunos miraron a quien estaba entrando, después de todo, era extraño que alguien estuviera en la calle, se estaba haciendo de noche y el frio era insoportable afuera.
-Oh oh –comentó Jin al lado del menor, haciendo que este lo mirara, parando de comer su pedazo de torta y notara hacia donde sus ojos observaban. El pulso de su corazón se disparó a mil por segundo, entrecortando su respiración rápido y haciendo que sus manos temblaran por la sorpresa, la confusión, y el nerviosismo de tener a ese joven mirándolo a sus ojos. Allí estaba el azabache, con su cuerpo y ropas todas mojadas, su bufanda roja en sus manos sosteniéndola como si tuviera un objeto precioso allí. Su chaqueta de estampado escoses iba con sus pantalones negros pegados a sus piernas. "te odio, me odio, te odio, me odio, te dio, me odio" pensaba Tae en su mente diariamente. El moreno miró a Jin y este le devolvió la mirada con una clara confusión, aludiendo a que él no había sido el que soltó lo que era secreto. Al segundo sus ojos se posaron en Bang y notó que este estaba con una sonrisa lastimosa y pidiendo un silencioso perdón.
-Se me escapó –fue lo único que dijo antes que el moreno prestara atención nuevamente a ese azabache mojado y con sus cabellos húmedos y revueltos en su cabeza, dándole un sexy toque a su estilo bandolero. Sus ojos estaban un poco delineados, y sus labios completamente rojos, casi morados, se podía notar que había estado un tiempo afuera en las calles.
-Taeh...
-¿Qué haces acá? –le preguntó de inmediato el menor, parándose y caminando unos pasos hasta llegar a la altura del azabache. Sabiendo muy bien que aun así todos escucharían la conversación de los dos jóvenes.
-Fe... feliz cumpleaños, Taehyung –le dijo el chico malo, mordiéndose un labio en forma de nerviosismo, algo que le hizo un revuelco al estomago del moreno, activando mariposas allí. –Y y... y... toma, espero que te guste. –le habló, con un poco de incomodidad en su voz, sacando de la bufanda una pequeña caja aterciopelada, en forma de triangulo.
-Hop...
-Tómala, por favor –le rogó de nuevo el mayor, con sus cejas alzadas y su labio mordido. Esto fue demasiado para el menor y no pudo negarse a tales perfectas facciones. Tomando la caja y rozando sin querer los delgados y fríos dedos del otro, creando un tipo de conexión en ese momento. Hace mucho que no se tocaban y podía notar como los dos estaban hambrientos por el tacto del uno con el otro. Sus miradas se cruzaron en ese instante y notó como un brillo de deseo y lujuria pasaba por las orbes oscuras del azabache. La respiración del menor se entrecortó nuevamente y su pulso se aceleró de inmediato por el fugaz toque. ¿Tanto lo deseaba?, al parecer, "si" era la respuesta.
-gra... gracias –dijo con un leve tono, desasiendo el tacto en un segundo y esbozando una pequeña sonrisa. "ódialo, ódialo, ódialo, recuerda, ódialo".
-Espero que te guste –comentó también con una sonrisa, pero esta vez, era sincera, y Tae lo sabía muy bien. –Emh... -se aclaró la garganta y caminó unos pasos a la mesa donde estaban todos sentados, mientras que el castaño miraba a donde iba el azabache. –Yonghwa... -llamó el chico malo al universitario, este solo le devolvió la mirada e inclinó su cabeza en un saludo, nunca olvidando sus modales. –Yo... yo... -se aclaró la garganta nuevamente y el moreno no entendía que quería hacer, ¿acaso haría otro escándalo? ¿En su cumpleaños? –Lo siento mucho. –se disculpó, frente a todos, el moreno pudo notar como todos los ojos se agrandaban en sorpresa, mientras que los de Yonghwa solo se relajaban. –Y si te pasó algún inconveniente, yo puedo pagártelo y...
-No te preocupes, Hoseok, gracias de todas formas por tus disculpas –le agradeció el mayor, y eso bastó para que el azabache sonriera también, no tanto como lo hacía con el aliencito, pero si una más tranquila.
-Y Jimin... -le habló al otro chico, estaba sentado al lado de Suga mientras que este solo lo miraba con confusión en su rostro. –Siento mucho haberte pegado hace un tiempo atrás. – se disculpó nuevamente, haciendo que Tae se alterara un poco, la personalidad de Jimin no era la dócil y tierna como la personalidad de Yonghwa, este otro era mucho más fuerte y llevado a su idea.
-De acuerdo. –habló con casi una indiferencia palpable, Taehyung notó como la mandíbula de Hoseok se había tensado. –Mientras no te comportes como un idiota, todo está bien. –Suga le dio un codazo al menor y este solo lo miró con las cejas juntas, pero sin lograr un rostro amenazador para el pacifico Suga. –Está bien –aclaró el muchacho algo frustrado. –Te perdono, fin. –dijo, logrando una sonrisa en su nuevo amigo (Suga) 
-Gracias –dijo Hoseok, dándose la vuelta y quedando frente a frente con Taehyung nuevamente, sus ojos estaban en sincronización al igual que sus latidos. Los dos estaban nerviosos, mientras que Taehyung era más por sus sentimientos encontrados, el azabache solo pensaba en el amor incondicional que le tenía al moreno aliencito. –Y a ti, Tae –susurró en un suspiro cansado. –Perdóname por todo lo malo que te hice, de verdad...yo... yo... perdóname por favor. –le suplicó el mayor con cejas alzadas y haciéndole doler el corazón al castaño, que tenía un revoltijo en su estomago y en su mente, queriendo abalanzarse a ese guapo joven. –me hiciste ver la vida de otra forma, Tae –habló con cada gota de su ser, desde el fondo de su acelerado corazón –Me hiciste creer nuevamente en el amor, me hiciste pensar en los demás, me hiciste darme cuenta que el paraíso de la noche no era más que una carátula, me hiciste darme cuenta que la felicidad no estaba en las drogas ni el alcohol, me hiciste darme cuenta que la felicidad plena era en tus brazos, en tu boca, en escucharte todos los días esos "te amo" –hablaba con un tipo de melancolía en su voz, mientras que el moreno solo lo veía con ojos iluminados por la emoción, sus mejillas completamente rojas, su estomago revuelto por mariposas y su mente solo en esas bellas palabras –puedo decir que has curado a un chico malo, y que por siempre seré tuyo... que por siempre seré tú chico malo, Taehyung. –Una lágrima apareció en los ojos del mayor mientras que en la de su aliencito ya estaban recorriendo sus mejillas. ¿Por qué todo era tan difícil? ¿Por qué en estos momentos? Cuando el moreno ya se había decidido a olvidarlo.
-Yo... -empezó el castaño, pero su voz se quebró al instante, esas palabras le habían llegado al fondo de su corazón latiente y acelerado por las abrumadoras sensaciones de amor. –Yo... te perdono. –declaró, notando una sonrisa en el rostro del azabache, pero no era una completa, era como si algo le faltara. –Ahora... puedes irte. –declaró el moreno, notando como la vista del mayor se ensombrecía rápidamente, derrumbando por completo la felicidad del azabache, y sintiéndose culpable de inmediato, con su corazón en sus manos sangrando y desgarrado. –Adiós, Hoseok. –se despidió, pasando por el inmóvil cuerpo del chico malo y llegando a su mesa, sentándose a la vista de los espectadores, no notando como ellos también estaban con confusión en sus ojos. Solo salió de su trance cuando escuchó la campañilla del restaurant sonar con fuerza y rapidez.
-Tae –susurró Jin a su lado, viendo como este tenía pequeñas lágrimas en sus mejillas. –Yo...
-Es lo mejor. –le respondió el menor, mirando a los ojos de su amigo y viendo como este estaba lleno de preocupación. –Es lo me...
-Taehyung. –habló Yonghwa a su lado, cortando lo que diría el menor. Este miró al universitario y vio una sonrisa en su rostro. –No te mientas por favor. –le suplicó, posando una mano en su mejilla e inclinándose para dejar un beso allí. –Si tu corazón te dice algo, síguelo, que no te detenga el orgullo, eso es lo primero que destruye la felicidad. –murmuró, haciendo que el pulso de Tae se acelerar por las palabras.
-Pero Yong...
-No. –Lo cortó el mayor –Lo de nosotros jamás hubiera funcionado, porque tu estas enamorado de él. Y si esa es la persona que tu corazón eligió, entonces que así sea. Pelea por él, mira que puede que no haya otra oportunidad. –Le comentó con una sonrisa. Tomando la bufanda roja de Hoseok que estaba en la mesa y entregándosela al menor en sus manos, mirándolo siempre a los ojos. –Ve, devuélvesela, y dile la verdad de tus sentimientos. –le susurró, siempre con una delicadeza impresionante en su voz. El moreno sintió como otra lágrima caía de su rostro y se paró de inmediato, sintiendo todas las miradas en él. Inclinándose en 90 grados, agradeciendo y saliendo con nada más que una bufanda roja en la mano.
Su corazón palpitaba rápido y el frío se impregnaba en su cuerpo. La lluvia no había parado ni un poco, mientras que el viento se había encargado de romper su paraguas. El castaño salió en busca del azabache, con el corazón en sus manos y tratando de tener de una vez por todas, respuestas a sus preguntas.
-¡Hoseok! –gritó el moreno al aire, sabiendo que la lluvia opacaba su voz. Se estaba haciendo de noche y ya no se podía ver bien, las luces de los faroles se prendían y eso le ayudaba un poco al menor a observar mejor. –¡Ho.... –paró en seco al ver una silueta sentada en un columpio en medio de un parque pequeño, aunque la luz podía iluminar con facilidad. –Hoseok –susurró al notar ese chaquetón rojo de estampado escoses. Su corazón comenzó a palpitar más rápido y sintió como el nerviosismo le hacia un nudo en el estomago, ahí estaba el chico malo, sentado y mirando el suelo ya lleno de lodo. Era el momento exacto para dejar todo en claro, pero algo le impedía caminar al castaño, tal vez era el miedo, el miedo a sentir que todo se acabaría en ese mismo instante. –Hoseok –llamó en voz alta al azabache, este al segundo miró hacia arriba, encontrándose con unas cafés orbes que lo observaban de pie a cabeza.
-Tae –susurró el mayor, parándose rápidamente y caminando a grandes zancadas para llegar a la altura del moreno. -¿Qué haces acá? Te puedes resfriar –le comentó con preocupación al menor –Mírate, ya estas todo mojado. –habló mirando sus ropas, mientras que el castaño solo veía esos oscuros ojos inyectados en sangre. Había estado llorando al igual que él. ¿Acaso... de verdad le importaba el aliencito?
-Hoseok –dijo el moreno, haciendo que el azabache dejara de mirar sus ropas y se topara con sus ojos. El corazón de Tae se paralizó en ese momento, extrañaba con locura esas miradas fugaces y potentes del mayor. -¿Es... es cierto todo lo que me dijiste? –le preguntó tartamudeando con nerviosismo, notando como el azabache lo miraba con sorpresa para después terminar con una sonrisa cálida.
-Cada una de mis palabras, TaeTae –le dijo. La lluvia caía en sus cuerpos, mientras que sus pulsos latían al unísono. Las ropas ya estaban completamente mojadas y el agua que bajaba de sus cabezas se mimetizaban con las lágrimas que rodaban por sus mejillas. –Jamás he sabido cómo comportarme en estas situaciones porque nunca he estado en una como esta. –se sinceró, acercándose cada vez más donde el castaño y posando su mano en la barbilla de este, dándole una electricidad en todo el cuerpo del menor. –Es por eso que hice lo que hice, como una forma de protegerme de tus "te amos" que tenían un efecto en mi inimaginable, que me hacían vibrar de pies a cabeza, que me hacían ver un mundo mucho más hermoso con solo esas dos palabras, que me hacían... amarte más cada vez que tú me iluminabas con tu radiante sonrisa. –comentó, ya susurrando entre las gotas de lluvia que caían entre los dos jóvenes, mientras que el moreno solo lo observaba con devoción. –Y me di cuenta, demasiado tarde, que todos esos sentimientos que tenía cuando te veía con Yonghwa, todos esos celos que me daban, todas esas protecciones que solamente a ti te otorgaba, todas esas peleas que solo por ti daba, todas esas "excepciones a la regla" que por ti me permitía hacer. Fueron una señal que me decían que estaba sintiendo cosas mucho más románticas, que en realidad, siempre has sido tú el que me tiene en la palma de su mano, no al revés.
-Hos... -antes que el menor pudiera decir algo más, el azabache posó su pulgar en la húmeda boca del otro.
-No he terminado –dijo con una sonrisa pequeña en su rostro. –Solo decirte que... -comentó el muchacho, aclarándose la garganta y posando su mojada frente en la del otro, mirándose a los ojos lo más cercanos posibles, mezclando sus alientos y respirando agitadamente por su pulso acelerado. –Solo decirte que te amo con todo mi corazón, Taehyung –terminó, mordiéndose el labio por anticipación de lo que podía pasar. Eran dos alternativas, o un "no", o un "si".
El estomago del moreno estaba un revoltijo, entre nerviosismo y emoción por esa hermosa declaración, mientras que sentía como sus mejillas se sonrojaban a pesar del frio. Podía notar como el azabache también estaba algo alterado, sabía que esta era la última oportunidad para él y para el moreno. "Sigue a tu corazón" recordó las palabras de Yonghwa, y en ese impulso de valentía tomó la nuca de su ex amante y acarició el cabello negro del chico malo. Se acercó más a los labios de este y susurró con una delicada voz, que no pudo ser silenciada por la fuerte lluvia que recorría sus cuerpos.
-Yo también te amo, Hoseok –habló, mirando como este se sorprendía por las palabras pero no pudiendo hacer más, los labios estaban juntos en una escena romántica bajo la lluvia. Era un beso totalmente húmedo y desesperado por más, la pasión se desató en un segundo y todos esos días que habían pasado sin el otro, fueron explotados justo allí en ese momento. Sus lenguas comenzaron a jugar y excavar en la boca del otro, mientras que el agua entraba en ese lugar, teniendo que saborear la salada lluvia que corría fuerte ese día. Sus alientos entrecortados estaban mezclados y sus manos se mimetizaron en las mojadas ropas del otro. Hoseok empujó suavemente a Taehyung contra el árbol más cercano y lo plasmó allí, juntando sus cuerpos para dar calor en más de una forma y permitiéndoles besarse sin lluvia molestándole en sus rostros, ya que las copas de las hojas del árbol no dejaban que el agua cayera en ese lugar. Una mano del azabache estaba en todo el cuerpo del moreno, recorriendo desde el cuello hasta su ingle, no dejando escapatoria para ningún gemido que este hacía por el cálido tacto, mientras que otra mano estaba apoyada en el árbol, encerrando al castaño entre sus brazos, sin dejarlo ir nunca más en su vida.
-Te deseo demasiado –susurró con lujuria, el azabache había estado soñando con este momento, siempre teniendo una pequeña esperanza que alguna vez iba a volver a besar esos finos labios que lo habían hecho fantasear más de una vez. –Soy tuyo con mi mayor convicción, TaeTae –espetó contra su boca, ganando un estremecimiento de parte del castaño joven, que solo se dejaba llevar por el momento y la bellas palabras de amor de su amante. ¿Cómo sería Hoseok en una relación de pareja? Se preguntaba el moreno mientras lo besaba, fantaseando mil y un imágenes de su vida después de este día.
-Sabes perfectamente bien que yo también lo soy. –soltó el aliencito, dejando de besar por un momento al azabache joven y observando su mirada, la cual estaba oscura y brillante, con esbozos de deseo, lujuria y amor. Al moreno le dio un poco de gracia ver ese lado totalmente dócil del chico malo, y sonriendo tiró sus dos brazos al cuello del mayor, abrazándolo con fuerza y posando sus húmedos labios juntos nuevamente, en una exquisita y prolongada caricia. Era un beso más tierno y menos ardiente, pero aun así igual de apasionado. Sus lenguas ahora jugaban lentamente una con la otra y podían notar sus sonrisas con el tacto de sus labios, sus cabezas se movían de un lado a otro, dando espacio a más penetración por parte de los dos, sabiendo muy bien la sincronización de sus besos.
-Ven a mi casa –susurró el mayor entre sus bocas húmedas, mientras que el moreno sonrío felinamente con más felicidad y se mordió el labio en anticipación, mirando a su amante, asintió lentamente con deseo en su mente y cuerpo.
El ascensor era un horno en comparación a las afueras, haciendo que los dos jóvenes pegaran sus cuerpos a la pared de espejos y se besara descontroladamente, notando como Hoseok hacía ademán de sacarle el sweater al menor.
-Hope... -trató de hablar el moreno, pero paró en seco al sentir esos labios rellenos y rosados en su sensible cuello, dándole un estremecimiento en toda su espina dorsal. –Ahh –gimió mientras que azabache le creaba un chupón en su alterable piel. Las manos del mayor estaban en todo el estomago de Tae y no dejaba un espacio para la cordura en la mente del muchacho, olvidándose por completo donde estaban.
Las puertas se abrieron en lo que el azabache pensó en una eternidad, y tomó al menor de la mano, tirándolo rápidamente hacia a fuera y entrándolo a su departamento con lujuria en sus acciones. Cuando Taehyung ya estaba dentro, el mayor cerró la puerta y se dio vuelta, notando como el menor se quitaba el sweater y quedaba en una ligera camiseta. Las mejillas de este estaban totalmente rojas, mientras que las de Hoseok tenían un toque rosado, pero aun así, el frio estaba impregnado en su cuerpo. Fueron minutos o tal vez segundos que se miraron, lejos de cada uno, pero como si estuvieran completamente mimetizados con el otro, "una mirada vale más que mil palabras" pensaba el azabache, notando como sus ojos compartían el mismo destello, casi sabiendo lo que Tae pensaba en ese momento. Era un momento de cordura pero que aun así, se perdían en sus propios seres.
-Te resfriaras –murmuró el mayor, acercándose a paso lento y delicado a la altura del moreno, queriendo vivir ese momento al máximo. El castaño sonrió por el comentario y solo se encogió de hombros.
-No me resfriaré si me quitas las ropas en este instante, Hoseok –comentó con dulzura, no notando el deseo adultero que pasó en un destello por la mirada del mayor, que recorrió todo el cuerpo del moreno y que no podía dejar de pensar.
-No me pidas cosas que puedas arrepentirte, aliencito –susurró con lujuria en su voz, más ronca que nunca y deseosa de algo más con su querido amante. El castaño sonrió nuevamente y posó una mano en el hombro del otro.
-Jamás me arrepentiría de tu tacto sobre mi piel, Hoseoki –espetó, al azabache le llegó la frustración contenida por todo ese tiempo en un segundo y besó los labios húmedos del moreno con ardor y pasión, recorriendo con sus manos toda la espalda fuete del menor.
-Te amo –le susurró entre besos, mientras sentía una sonrisa del castaño y posando sus dientes en los labios de él.
-Yo también –contestó Taehyung.
Los dos muchachos se besaban con deseo y lujuria recorriéndole los cuerpos. El azabache empujó lentamente, mientras se besaban, al moreno, llegando a la cama desecha del mayor y posándose arriba del cuerpo de su aliencito.
-Mi pieza está un asco –murmuró con una sonrisa, mirando a Tae y separándose un poco para darle espacio a este. El castaño miró a su alrededor y se encogió de hombros.
-Se parece a como mi pieza está siempre, Hobi –confesó el castaño con una sonrisa algo confusa.
-Per... pero, ¿cómo puedes tener tu pieza así? –preguntó con alteración en su voz, haciendo reír al moreno –Esta todo en el suelo y la cama desordenada y nada organizado y... -el azabache paró de hablar gracias a dos dedos del aliencito en su boca.
-No quiero hablar de cómo ordenar mi pieza en estos momentos, Hopie – habló con una voz dulce y alegre. Al azabache le encantaban esas diferentes formas que lo podía llamar al castaño, pensó que él jamás dejaría a alguien llamarlo así, pero Tae era un caso especial, era su aiencito, su querido amor, su chico bueno.
-Te deseo. –le dijo serio al moreno, mirándolo con intensidad y con amor, su vida ya no iba a ser la misma nunca más, era imposible pensar que volvería a su antigua vida con Taehyung a su lado, con un moreno espantándole las pesadillas con esa sonrisa radiante e infantil. –Te amo con todo mi corazón –le habló nuevamente al castaño, con una mirada seria, sin dejar un esbozo de confusión en su comentario. El menor dejó de sonreír y lo observaba con ojos iluminados y pupilas dilatas, su sonrojo no lo podía esconder y por más que tratara de controlar su corazón, su pulso estaba acelerado en demasía por todas esas palabras románticas de su chico malo.
-¿Es todo esto un sueño, Hoseok? –le preguntó con cejas alzadas, mientras que el azabache podía notar unas pequeñas lágrimas salir de sus ojos, pasando por sus sienes hasta llegar a su almohada.
-Tal vez –le confesó el mayor, posando su pulgar en una mejilla de Tae y acariciándolo con dulzura y delicadeza. –Tal vez todo esto sea un sueño, ya que, después de todo, he soñado con este momento desde el día en que te separaste de mi, desde el día que me sacaste la venda de mis ojos, desde el día en que me di cuenta lo importante que era para mí en vida diaria, lo importante que sigues siendo para mí en mi futuro. Tal vez sea un sueño, ya que este momento es demasiado perfecto. –susurró con desde el fondo de su corazón, notando la sonrisa del menor y acercándose lentamente, sus alientos se mezclaron y sus labios se encontraron. El beso era tierno y lento, con amor el mayor pasó una mano en el estomago del moreno, levantándole la camisa y haciendo que este entendiera la indirecta. Se separaron un momento para quitarle la ropa respectivamente, pero sin dejar de mirarse. El mayor se acostó en la cama, sin ropa en su cuerpo, y Taehyung quedó arriba de él ahora, completamente desnudo.
-Déjame recorrer tu cuerpo –le susurró con deseo el moreno, mirando con lujuria al otro. Un destello de avidez pasó por los ojos del azabache. –Cuando estuvimos juntos, tú no me dejabas hacer muchas cosas, Hobi –se quejó el castaño, haciendo un puchero. El mayor se levantó un poco, contractando sus abdominales y le dio un fugaz beso a los labios del menor.
-Era porque sabía que te daría demasiado poder sobre mí, y no me gusta sentirme así, TaeTae –le confesó el mayor. Mirándolo con amor.
-Pero ahora eres mío, y te deseo con todo mí ser, Hoseok –le habló el castaño, en voz baja y ronca, llena de lujuria, y traspasándole esa pasión al azabache.
El menor besó el cuello de Hoseok. Este no era tan sensible como lo era el moreno en ese lugar, así que siguió bajando, tratando de encontrar el punto débil del azabache, para así darle el mayor placer. Su boca llegó a los pezones ya erectos del su amante, la lengua humedecía y endurecía más ese lugar, escuchando gemidos desesperados del chico malo. Lo estaba excitando, y podía sentirlo en su pelvis, el pene de Hope se estaba erectando cada vez más, y Tae podía notar como su propio deseo lo estaba dejando con la respiración entrecortada. Unos minutos pasaron de un exquisito juego de frustrar a su rebelde joven, hasta que el mayor tomó el cabello del castaño y lo tiró hacia arriba, haciendo que este lo mirara en confusión. Observando como el mayor tenía unos labios rojos y humedecidos por la fuerza que hacía al morderlos.
-Te necesito, ahora –le habló con un ronco deseo en su voz. Tomando con más fuerza el cabello del moreno y atrayéndolo a su boca, robándole un beso apasionado y necesitado. Hoseok pasó por arriba del menor y lo dejó entre la cama y su cuerpo. –No sabes cuántas veces me toqué por excitarme con tu maldito recuerdo, Taehyung. –le confesó en medio sonrisa, mientras que sus ojos lo miraban con intensidad y sus pupilas se dilataban con cada segundo que pasara. El mayor se inclinó un poco para abrir su mesita de noche y buscar el lubricante, pero tuvo que parar en ese instante ya que sintió unos labios succionar su pezón fuerte y apasionadamente.
-AHH! –gimió el azabache, no pudiendo controlar sus manos y tomando temblorosas el lubricante.
-Te odio –le susurró el mayor en el oído del moreno –Descubriste mi punto –le confesó con frustración, notando la dulce sonrisa de los labios húmedos e hinchados del castaño.
-Y no sabes cuánto voy a torturarte con este nuevo descubrimiento. –le dijo, mordiéndose el labio, mientras que al azabache le pasó un estremecimiento por toda su desnuda espina dorsal.
-Estaré esperando esos momentos con ansias, TaeTae –declaró en juego. Mientras que habría el lubricante y posaba un dedo por el hoyo de su aliencito, haciendo que este respirara hondo y cerrara los ojos, para sentir mayor intensidad en el tacto.
-Quiero que grites todo lo que quieras, mi amor –le susurró el azabache, haciendo que Tae abriera sus ojos rápidamente y lo mirara con una sonrisa en su rostro, posando sus dos brazos por alrededor de su cuello y acercándolo más a su rostro. Mientras que sus alientos se mezclaban y sus corazones se aceleraban al mismo tempo.
-Jamás me había dicho así –le confesó con dulzura el menor, notando como un dedo del azabache entraba con delicadeza en su ser. Cerrando los ojos y respirando profundo.
-Es porque ahora puedo confesártelo, pero antes esas palabras se querían escapar de mi boca. –declaró, mirando los cerrados ojos del moreno, y dejando que este disfrutara el momento. –Porque ahora puedo decir que te amo a los cuatro vientos y siete mares. –susurró, cerca de su cuello y besándolo con delicadeza, mientras que entraba el segundo dedo en el estrecho hoyo de su aliencito. -¿no lo hiciste con Yonghwa? –le preguntó, mordiéndose la lengua al instante al crear la pregunta, en ese momento no estaba pensando nada, solo dejaba salir, sin filtro.
-¿Disculpa? –preguntó el moreno, mientras que el azabache seguía escondido en el cuello del menor.
-Lo digo porque estas estrecho, Tae –le habló con dulzura, esperando que así la tensión en el cuerpo del moreno se fuera. –Y porque también quiero saber –comentó mas bajo, dando pequeños y fugaces besos en la sensible piel del moreno. Este suspiró con cansancio y habló con su característico acento de Daegu.
-Hubo un momento en que pudo haber pasado algo más, pero no fue así porque dije tu nombre mientras él me tocaba, ahora sigue con ese toque o si no todo esto llegará acá. –dijo en frustración, no notando la gran y radiante sonrisa del azabache, casi queriendo reírse por lo que había dicho el castaño. El mayor siguió con un tercer dedo al notar que ya estaba dilatado el castaño.
-Entonces mi aliencito sigue siendo solo mío. –murmuró contra su barbilla, succionando al segundo la yugular del castaño, este gimió al sentir ese placer recorriéndole su cuerpo.
-Siempre he sido tuyo de alguna forma. –trató de decir en un respiro. Su voz estaba algo temblorosa y su cuerpo ya no daba más. –Hobi, por favor, hazme el amor –le suplicó el menor, mientras el azabache dejaba de chupar y lo miraba con intensidad.
-No quiero que termine este sueño –le confesó el mayor, aun con esos dedos dilatando al moreno lo que más se pudiera. –Te amo –le susurró, tomando sus labios con los suyos y cerrando esa palabra en un beso, jugando con sus lenguas y notando como sus erecciones ya estaban preparadas para más placer.
El mayor se colocó entre las piernas del menor y las abrió con facilitad, notando las rojas mejillas del menor.
-Estoy seguro que lo hemos hecho mil veces y aun así te me sonrojas mi TaeTae –le comentó con diversión, haciendo sonrojar con más fervor al moreno joven, que se tapó su rostro rápidamente con sus manos. El azabache se acercó más y le quitó las manos de su cara. –Pero me encanta que hagas eso –le susurró con dulzura, dándole un beso y notando como sus corazones se aceleraban. –No quites tu vista de la mía –le ordenó. El azabache tomó su pene y lo guió al dilatado hoyo del menor, acariciando un poco su alrededor para después entrar con delicadeza. Nunca quitando sus ojos del otro. El moreno respiró profundamente mientras se acomodaba a su invasor. No tenía idea como necesitaba a Hoseok dentro de él, no tenía idea que su cuerpo se dilatara tan fácil con el tacto de su chico malo.
-Ahaaa! –gimió en placer al sentir como el azabache se movía dentro de él, tocándole las paredes de ese lugar, excitándolo más. Unos minutos, que parecieron segundos para los dos, pasaron rápido, y aun el mayor no tocaba el delicado punto del menor.
-Cambiemos a la posición que te gusta, TaeTae –le susurró en su oído, notando como un destello de deseo pasaba por la sombría dilatadas pupilas del castaño.
Hoseok quedó en la cama, totalmente dócil a cualquier movimiento del moreno, mientras que este se posicionaba arriba de él, montándolo con avidez. Posó una mano en los abdominales del chico malo y con la otra guió el erecto pene a su placer.
-Cabálgame –le habló ronco y con lujuria el mayor. Mientras que el moreno le sonreía con las cejas alzadas y un labio mordido al dejar entrar a Hoseok dentro de él. Gritos de placer recorrían las cuatro paredes de la habitación del azabache, el mayor estaba cerca, su cuerpo gritaba por irse dentro del menor, y no podía dejar que su corazón se tranquilizara ni siquiera un poco.
-AHHH!! –gimió el menor en un orgasmo anticipado al sentir como el azabache llegaba al punto sensible dentro de él. –Ahh! Hoseok, más fuerte! –le rogó arriba de él, moviéndose casi nada y haciendo que el mayor hiciera el trabajo de tocar su próstata. –Ahí, justo ahí, más rápido. –imploró, cayendo en los brazos del mayor y dejando su rostro a centímetros del azabache. Las embestidas del mayor se volvieron cada vez más fuertes y rápidas, excitando el punto del moreno con facilidad y logrando que Tae llegara a su orgasmo con todo el placer que jamás alguien le daría. Solo el chico malo. –AHHAH! –gritó, dejando salir su semen por los abdominales de su amante y recorriéndole un estremecimiento por todo el cuerpo, mirando con intensidad en todo momento al azabache. Mientras que el mayor se fue en unos tres empujes más dentro de su aliencito, llenando de semen el orificio del moreno y haciendo sentir a este una sensación placenteramente diferente a todas las otras veces que lo habían hecho. Algo había sido diferente, algo, y no sabía qué.
-AHHMS! HMP! –gimió con sus cejas alzadas, mientras se dejaba llevar por su orgasmo, no pudiendo contener ese deseo desplazado por su cuerpo. Estremeciéndolo hasta la punta de los pies.
Ya estaban más calmados, sus corazones latiendo al mismo tiempo, y sus pulsos completamente unidos.
-Te amo –susurró el azabache, mientras que el moreno tenía su cabeza en el pecho de su querido amante.
-Yo también te amo, Hoseoki –confesó con dulzura, con aun una confusión en su mente. –Pero sentí que fue diferente hoy... Tal vez porque...
-Lo hicimos sin condón, Tae –le comentó el mayor, con un poco de sueño en su voz, el menor abrió sus ojos y alzo su mirada, observando al azabache.
-¡Eso era! –le comentó el castaño con una sonrisa, notando que el mayor sonreia con los ojos cerrados. 


BAD BOY [VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora