Cap.44 " Amour, Amour "

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La mañana estaba fría, el aguacero había dejado de bajar por las ventanas pero aun así las gotas de lluvia permanecían allí. Aunque a Taehyung no le importaba nada más que el cuerpo que tenía debajo de él. Ahí estaba el azabache, con ojos cerrados y una mandíbula totalmente relajada, el moreno lo veía con su cabeza incrustada en el pecho de su amante. Notaba con aprecio y devoción como la respiración de Hoseok subía y bajaba, en un ritmo lento y suave, mientras que su piel de porcelana brillaba con la luz blanca que traspasaba los ventanales. Aun había nubes por todos lados pero dentro de esa habitación, no cabía ni un viento frío, todo era cálido, todo era perfecto.
-Te amo -susurró el castaño, no pudiendo controlar su sonrisa al decirlo. Estaba completamente enamorado, si Hoseok le decía que se tirara de un quinto piso, lo haría, no cabía duda para eso.
Pasando sus dedos suavemente por la tersa piel del azabache, vio que los músculos de sus abdominales se estrecharon un poco por el delicado tacto de moreno.
-Me da cosquillas. -murmuró el mayor con una voz completamente ronca y carraspeada. El menor miró hacia arriba y se topo con el perfecto rostro de su amante, que aun tenía los ojos cerrados. No pudiendo resistirse más, le dio un beso a esa fuerte y marcada mandíbula. Vio que Hope sonrió.
-Despierta. -le dijo el moreno con un puchero, quería ver esos ojos oscuros solo para él. El azabache suspiró cansado y abrió sus ojos lentamente, acomodándose a la luz de su blanca habitación.
-Lo único que veo es a un aliencito.... -y antes de poder decir algo, Tae se acercó a él rápidamente y en un tierno y delicado beso lo calló. Hope pasó su mano por los cabellos del infantil castaño y lo acercó más, empezando a llevar el beso a algo más apasionado y caliente. Sus lenguas empezaron a jugar y a los dos les recorrió un cosquilleo cuando sus erecciones matutinas se rozaron gracias a que el moreno se puso encima del azabache. -¿Te duele algo? -le preguntó el azabache mientras tomaban aire de su acalorado beso. El castaño negó con la cabeza y en una sonrisa besó fugazmente a su amante. El azabache sonrió por igual y pasó sus brazos por el cuello del menor, no dejándole escapatoria más que solo besos apasionados.
La cosas se estaban calentando más de lo que Hoseok quisiera en una mañana, pero se dio cuenta que este no era el sexo matutino que siempre se negaba con sus parejas de cama, si no que era hacer el amor con su aliencito, sin importar la hora, el lugar, ni el cómo.
Taehyung comenzó a bajar por el cuello del azabache y comenzó a morderle su pezón. Escapándole un gemido necesitado al mayor.
-Te odio porque descubriste eso -murmuró entre dientes, no pudiendo controlar sus espasmos cada vez que el moreno le mordía ese lugar. La lengua del menor jugaban con un pezón, mientras que su mano iba explorando el tonificado cuerpo de su amante, llegando a su erecto pene, tomándolo entre sus dedos y empezando a excitarlo, escuchando con una satisfacción esos exquisitos gemidos de suplica del mayor.
-AHH! TAE! -gimió, mordiéndose el labio fuerte para no parecer tan frustrado por la situación. El castaño seguía masturbando la hinchada verga del mayor. -UNFF! TAEHYU...! -no podía terminar la frase ya que su cuerpo temblaba en la anticipación de su orgasmo. Y antes de irse, el mayor paró rápidamente la mano de su amante. El moreno lo miró casi con preocupación de haber hecho algo mal. -Te quiero dentro de mí. -susurró el azabache, no notando como las pupilas del menor se agrandaban por el deseo que le recorrió el cuerpo por esa corta frase.
-¿es....estás seguro? -tartamudeo, no sabiendo si era por la lujuria que se estaba acrecentando cada vez más en su organismo o era por el nerviosismo de saber que Jung Hoseok quería ser domado por el castaño. El azabache asintió lentamente y tomó el lubricante que antes habían utilizado en la noche.
-Ya sabes lo que tienes que hacer -le aseguró el mayor, pasándole el lubricante al aliencito, quien no podía dejar de mirarlo. Este sonrió a más no poder y llegó a la altura de su amante, besando esos hinchados labios rojos, jugando con su lengua y mordiendo de vez en cuando su boca. -Te amo -susurró el mayor, con una voz ronca y febril.
Al tener sus dedos ya llenos del lubricante, trato de crear círculos en el orificio de mayor, sensibilizándolo y esperando que se relajara antes de entrar. Cuando penetró con un dedo, miró los ojos de su querido amante, este los tenía cerrados, mordiéndose el labio, cejas alzadas y con sus mejillas totalmente sonrojadas, algo que le recorrió en todo el cuerpo del castaño, notando que este era una nueva faceta del azabache, posiblemente una faceta que nadie ha tenido el placer de ver con sus propios ojos, solo fantasear. Jamás lo había tenido tan dócil, tan entregado a él, y le hizo pensar que de verdad lo amaba, que de verdad quería pasar el resto de sus vidas con él, que de verdad pasaba de ser un amor pasajero, que pasaba de ser un amor juvenil, pasaba de eso y llegaba a ser un amor eterno y completo. Sin arrepentimientos del pasado ni del futuro. Lo quería solo para él y para nadie más, quería que esos labios fueran por siempre de él, por siempre suyos, porque aunque el azabache no fuera el más perfecto y fácil hombre, era el más indicado para hacerlo feliz.
-Te amo -habló el menor con toda a sinceridad que podía tener dentro de él. El mayor ya acomodado a ese dedo, abrió los ojos y notó a su querido TaeTae.
-Yo también. -dijo con una sonrisa.
El menor entró con dos dedos, abriendo cada vez más ese orificio, esperando que Hoseok pudiera sentir más placer y menos dolor, cuando notó que las paredes de su amante ya estaban más dóciles, entró los tres dedos, notando como a este le salía una pequeña lágrima por su ojo izquierdo. El moreno se inclinó y la limpió con su boca, lamiendo la sien de su chico malo.
-¿ya? -preguntó el castaño, algo nervioso por lo que tenía que hacer, después de todo, era su primera vez arriba. El mayor asintió lentamente, aun con sus ojos cerrados, y Tae no quería obligarlo a que los abriera tampoco, ya que podía sentir como su nerviosismo crecía y sus mejillas se sonrojaban.
Al tocar su erección, el menor se sorprendió al saber que estaba completamente duro, como si lo hubieran masturbado antes. Llenándolo de lubricante lo tomó entre sus manos y lo guió al excitado orificio del joven.
-AHHH! -gimió en un exquisito y erótico sonido el azabache al sentir como el moreno entraba lenta y tortuosamente. Cuando ya estaba completamente dentro, el castaño espero con sus ojos cerrados fuerte en un placer totalmente disfrutable, respirando hondo para no hacerle daño a su querido amante.
-Es...estas muy estrecho -le habló el moreno, con una voz igual de temblorosa que sus piernas.
-Muévete -le ordenó el azabache, y rápidamente en moreno le hizo caso.
Sus cuerpos estaban sudorosos, mientras que les recorrían espasmos por todo su cuerpo, los movimientos de Tae eran fuertes y duros, mientras que Hoseok solo estaba mordiéndose el labio, con sus ojos cerrados y disfrutando el placer que hace mucho había dejado de ser un dolor. El sexo del azabache estaba siendo tocado por el moreno con cada embestida y su cabeza ya no podía dar más vueltas, comenzó a masturbarse para llegar a ese orgasmo que lo había atormentado toda la mañana.
-Mírame, Tae -susurró ronco, notando como el aliencito tenía las mejillas rojas al igual que él. El mayor ya no podía más con todo lo que estaba pasando y sintiendo, corriéndose en ese mismo instante, entre el estomago de su amante y el de él. Mientras que sentía en un segundo orgasmo el semen de Taehyung llenarlo dentro de él, haciéndolo marearse por todo el placer que estaba presentándose por todo su cuerpo, notando como sus dedos ya no podía sentirlos debido a como su organismo le recorrían todos esos cosquilleos.
El azabache mandó a que Taehyung se fuera a bañar sin él, sabiendo que no se podría controlar estando en una ducha al mismo tiempo, "pero, ahorraremos agua" le respondió el moreno, a lo que el mayor solo negó con dificultad.
-Tú y tu trastorno obsesivo-compulsivo -suspiró cansado el castaño al salir de la ducha y ver que toda la habitación del mayor estaba limpia y ordenada. Hoseok se fue a bañar y el menor lo espero como un cachorrito esperando a su amo. No sabiendo si moverse o no en ese lugar, a pesar de estar juntos, aun era un poco raro pertenecer completamente a la vida del chico malo, empezando por estar un tiempo separados y perder tiempo juntos.
Habían decidido que lo mejor era comer afuera, Hoseok vistió a Tae con un sweater de color azul marino y lo envolvió en una bufanda gigante. Dándole un beso en la nariz y sonrojándose al instante.
-Me he vuelto un cotón de azúcar por tu culpa. -gruñó el mayor, dándose la vuelta rápidamente escondiendo sus mejillas. El menor pasó sus brazos por detrás de la pequeña cintura del azabache y lo abrazo con fuerzas, sonriendo infantilmente y dándole besos en el cuello mientras salían del departamento y entraban al ascensor.
-creo que no puedo más -respiró cansado el mayor, tocándose el estomago con satisfacción, mientras que el menor solo lo miraba con preocupación.
-Hope, te comiste tres platos, ¡TRES! -apuntó con sus dedos, como si el mayor no supiera lo que era comer tres malditos platos de Japchae, ¡llenos! -No puedo creer como no has explotado. -siguió el moreno, terminando justo en ese instante su primer plato de un suave Sundubu-jjigae y el último.
-Tenemos que ir donde Jin-le dijo el mayor con un claro enojo en su voz. -Agh!, está loco por darte tu regalo. -habló en un gruñido, mientras que al moreno se le abrieron los ojos de par en par.
-CIERTO!, los regalos!, la fiesta!, los invitados! -gritó el castaño, recordando que había dejado a la gente allí, sin decir nada........ Yonghwa, pensó.
-Ah, ellos saben lo que pasó -aseguró el mayor desinteresado, sobándose el estomago por el dolor de la gula.
-Vamos a donde Jin. -habló el menor, bastante interesado en verlo y contarle todo lo que había pasado.
-Pero yo quie....
-Vamos. -esa fue la última palabra.
Ya dentro de la casa de Jin, y un Hoseok completamente frustrado por los gritos del mayor y sus amenazas de no hacer daño al moreno, pasaron a su habitación, notando como estaban todos los regalos del menor apilados en la esquina.
-Ni siquiera Hoseok tiene tan buenos regalos como tú, ya los revisé todos. -sonrió el mayor, pasándole las cajas al divertido moreno.
El castaño notó como todos le habían regalado ropa, mientras que Bang le dio un gran peluche de un Leon. J-hope se lo quitó de sus manos rápidamente.
-Este idiota no sabe que yo soy el único que puede darte peluches. -dijo casi con un puchero, algo frustrado por la atención que tenía el moreno a todos sus regalos menos al del azabache.
-YAH! Hoseok-ahh! No tienes derecho a eso, si quiero yo le puedo regalar hasta un ramo de flores y tú no me lo vas a prohibir. -le gritó Jin, mirando ferozmente al azabache. -Mira el mío, te encantará! -le dijo el mayor cuando terminó el castaño de ver todos los regalos, faltando Jin y Hoseok.
Tomó la pequeña cajita y la abrió, notando que eran dos tickets, tenían un color dorado. Y tenían un idioma que no entendía para nada, solo una palabra que le revolvió el estomago.
-Paris -leyó, entrecerrando las cejas, tratando de encontrarle lógica a las otras palabras y recordando una pequeña conversación con el primo de su amante.
-No entenderás nada, está en francés. -le dijo Jin, el moreno alzó la mirada en busca de una explicación a su presente -Son dos tickets para ir a Francia, todo pagado, por un mes, cuando quieras en el hotel Hilton de Paris. -dijo con una sonrisa de oreja a oreja, a lo cual el castaño solo pudo pasarle los tickets a Jin y tratar de devolvérselo.
-No puedo, es demasiado dinero y...
-Bueno, tal vez es un poco más que un regalo normal pero... Es para el aliencito más lindo del mundo. -le guiñó, tomando sus manos y cerrando sus puños en los tickets. El azabache miraba todo de muy cerca, calzando diferentes cosas.
-¿Le regalaste al Hilton en Paris porque sabías que estaría yo ahí? -preguntó el joven de oscuros ojos, analizando la situación. Jin y Tae lo miraron al mismo tiempo. Mientras que el mayor de todos se mordía el labio en culpabilidad.
-Bueno, sabía que si no estabas con Tae te ibas allá, y... Tae... y... Ah, de todas formas, deberían agradecerme que están juntos, yo fui el pilar de su rara relación. -habló rápido y deslenguadamente. Lo que hiso reír al moreno.
-Es cierto. Muchas gracias, Jin-ssi -agradeció el menor y lo abrazó. Una acción que devolvió al instante el mayor de los tres.
-Y este es el mío. -Interrumpió el azabache, tomando las manos de Tae y alejándolo de Jin. Posando una caja triangular de terciopelo en sus manos. -Espero que te guste. -le dijo con una sonrisa.
Al abrir la caja, el moreno jadeó al quedar sin respiración.
-Es de oro -comentó su amante. El castaño solo miraba una cadena muy fina y delgada. -¿Puedo ponértelo? -le preguntó, a lo cual el otro solo asintió, no pudiendo creer que posiblemente tenía uno de los regalos más costosos que alguien le podía dar a otra persona.
Hoseok tomó la cadena entre sus dedos y quedó detrás del moreno, pasando sus brazos para adelante y colocándole el collar a su aliencito. Dándole un beso final en la nuca de este.
-¿Qué hubieras hecho si hubieras abierto el regalo antes de ir a buscarme? -le preguntó detrás de su oreja, dándole unos pequeños cosquilleos en toda su espina dorsal.
-Posiblemente tíratelo por la cabeza -le respondió el castaño. Se dio la vuelta rápidamente y pasó los brazos por el cuello del azabache, besándolo lentamente.
-Qué bueno saberlo -rió entre besos y abrazos.
-Ejem! -tosió Jin detrás de ellos. Con una clara incomodidad en su voz.
-No puedo creer que seas tan cursi Hoseok... Tae es el que lleva las riendas de la relación al parecer. -comentó en broma.
El moreno tuvo que sostener al azabache para que no fuera detrás de su amigo.
Ya era lunes, y sus vidas debían volver a la normalidad. La rutina, la inconsciencia.
Cuando Tae estaba afuera de su departamento, vio la moto de Hoseok y a su chico malo esperándolo con un casco en sus manos. Sonrió. "te amo"
-Quiero que almuerces conmigo en el casino. -le ordenó el mayor al caminar entre los pasillos de la escuela, no notando como la gente los miraba raro. No porque supieran que eran amantes, sino que era extraño que Jung Hoseok hablara nuevamente con el aliencito de Daegu.
-Tengo que almorzar con mis amigos también y...
-Tráelos, no me importa, quiero que estés conmigo a esa hora. -lo interrumpió. Era como si Hoseok volviera a su antiguo ser, algo mandón y posesivo. Y Tae notó que esto pasaba solamente cuando estaban con más gente, ya que solos, como había dicho Jin, el castaño era el que mandaba al azabache.
-Aish, Hope, es solo un momento que no estaremos juntos, además, sabes que Jung Kook...
-Taehyung. -le habló fuerte y cortado, tomando el hombro del menor y empujándolo a los casilleros de la escuela, notando como la mandíbula del azabache se tensaba rápidamente. El mayor posó sus dos manos a cada lado de la cabeza del aliencito y lo miró de cerca, mezclando sus alientos a menta dental. Un estremecimiento pasó por toda la espina dorsal de menor, era como esos primeros momentos al hablarle al mayor. Los alumnos estaban expectantes, al parecer, pensaban que empezaría una pelea.-Me importa una mierda lo que Kook piense de mi.
-Pero es mi amigo, y debes respetarlo -le espetó el castaño, no entendiendo porque se enojaba tanto al hablar de él.
-Lo sé, y lo respetaré, pero si se pone cariñoso contigo, te daré un beso en frente de él y quemaré su biblia cantando canciones satánicas para que se asuste de mí y sepa quién es el que manda acá. xD ¿Entendido? -una carcajada quería pasar por la garganta del moreno, pero notó que oseok estaba siendo malditamente serio.
-De acuerdo. Pero tú también debes entender que si te pones enojón con uno de mis amigos no volveré a comer contigo en la mesa del casino. Debes aprender a controlarte.
Y así fue, los amigos de Taehyung estaban con los amigos de J-hope, era una mezcla tan extraña y no podía dejar de pensar en todas las miradas que se dirigían a esa mesa. Y al parecer todos lo sentían, menos un sonriente Henry que no paraba de comer la comida que le había hecho su novia Amber xD
-Así que... ¿son novios? -preguntó Jimin a Tae, haciendo que casi todos se atragantar con la comida y un Taehyung solo mirara hacia abajo. De hecho aun no, no eran novios, Hoseok no se lo había preguntado y el castaño tampoco había tomado la iniciativa.
-No -respondió el moreno, comiendo su comida con cabeza gacha, no mirando a ninguna parte.
-Wow, dices que lo amas, que no puedes olvidarlo, te da una segunda oportunidad, y ¿tú no haces nada? -claramente eran palabras con veneno solo para Hoseok, y nadie más. La tensión se creó en el ambiente.
-¿disculpa? -preguntó el mayor, no entiendo qué mierda pasaba por a cabeza de ese niño, ¿Cómo podía hacer ese tipo de comentario a J-hope? -¿sabes a quién le estás hablando, Jimin?
-Sé perfectamente a quien le estoy hablando. -Palpable, así estaba a tensión del ambiente. El moreno miró a los dos muchachos y después notó como la mano de Suga se colocaba en el brazo de Jimin. Hizo exactamente lo mismo con Hoseok.
-Jimin, por favor, estamos recién juntos, primeros resolveremos las cosas del pasado y después oficializaremos. Bueno, si es que... -
-Si es que el imbécil no se manda otra cagada nuevamente. -terminó Jimin, al instante Hoseok se paró de su asiento a punto de pegarle al joven.
-Hoseok! -le gritó Tae, parándose al mismo tiempo y tomándole el brazo, tratando de que entrara en sí y parara de comportarse así. Sabía que su amigo estaba siendo duro con su amante, pero aun así, el azabache le prometió comportarse.
-¿qué quieres que haga cuando este idiota me habla así? -le preguntó el mayor, mirándolo a los ojos, y notando como estos estaban dolidos, como si de verdad le hubieran pegado las palabras de Jimin.
-No le digas idiota -le habló al azabache, después miró a su amigo -Ni tampoco le digas imbécil a Hoseok. Por favor, ¿no podemos tener solo un momento de paz? -preguntó, algo cansado por esta rutina de estar siempre en estado de alerta. Ya sea con sus amigos o con Hoseok.
Antes de poder sentarse y arrastras a Hoseok con él, este lo paró, dejándolo estático entre sus dedos impregnados en sus brazos.
-Estoy cansado de esto. -le susurró, mientras que el castaño no entendía nada. Y pasó algo que no lo vio venir en ninguna de sus más salvajes fantasías, en un rápido movimiento, el azabache se inclinó y mezclaron sus alientos, para besarse enfrente de toda la escuela. Su estomago se revolvió al instante al sentir esa lengua pasar por fuera de su boca, mientras que sus labios se sellaban en un exquisito y algo erótico beso.
-Ahora todos saben que eres mío y que yo soy tuyo. -susurró nuevamente el azabache, sentándose despreocupadamente, como si no fuera importante su reputación, como si orgullo no fuera a apastarse por besar a un "campesino". El moreno sintió sus mejillas completamente rojas y se sentó al instante, no queriendo ver ningún rostro de asco, o desprecio, u odio, o repulsión, nada. Escondiendo su cara en el brazo de su amante y no sacándola más hasta que era necesario para respirar aire puro.
-Creo que es primera vez en años que no sentía el casino tan silencioso. -dijo Jin, y justo en ese instante empezaron a hablar todos, llenándose de murmullos en todos los lugares. El moreno aun estaba sorprendido y algo preocupado por todo.
-Me importa una mierda lo que piensen los demás, yo solo quiero que sepan que Taehyung no es tocable para nadie. Espero que GD haya visto esto. -habló con algo de desprecio ese nombre. Aun así, el castaño sentía que quería morirse, aunque después de unos minutos, aun no sacando su rostro del confortable brazo de su amante, sonrió. Sonrió por el hecho de saber que J-hope, el chico malo, el rebelde de la escuela, el inalcanzable, el corazón de piedra, el heredero de la corporación Jung, no le importaba su reputación solo por Taehyung, y eso, lo hacía muy feliz.
Ya había pasado una semana después de ese incidente, y ahora el mayor tomaba la mano del menor en los pasillos, a pesar que este tratara de liberarse de su agarre a veces, el azabache alcanzaba la forma de que Tae no se escapara de su vista.
-Hoseok, basta -le suplicó el moreno al sentir un abrazo de él desde atrás. Notando como unas chicas más allá se sonrojaban y los miraban con pequeños grititos contenidos.
-¿Por qué? -preguntó en su nuca, dándole pequeños besos allí -Nos comportamos como muchas parejas se comportan, ¿tiene algo de malo? -
-Somos hombres. -respondió el castaño. Notando el cansado suspiro del mayor.
-No voy a prohibirme tocarte por esa estupidez de argumento de "somos hombres", igual gritas como nena cada vez que te toco más abajo. -susurró muy cerca de su oído, notando como este pasaba su lengua por allí, dándole un estremecimiento por todo su cuerpo. Las mejillas del moreno se incendiaron rápidamente.
Estaban en pleno campus de futbol, disfrutando el poco de recreo que tenían.
-¿ahora qué tienes? -preguntó Hoseok, cuando Tae se liberó de ese asfixiado y candente abrazo.
-Biología. -le respondió. Mientras que el azabache ya iba por él, caminando a paso firme, no queriendo que se escapara. Pero Tae seguía caminando hacia atrás, casi escapándose del mayor.
-Yo tengo inglés. -continuó. -Podríamos ir a la oficina del profesor de matemática y... tú sabes -intentó el mayor, después de todo, el moreno lo tenía sin relaciones por toda esa semana, ya que lo único que habían hecho era estudiar, y "TaeTae tiene sueño de madrugada".
-Aish, Hoseok, no puedes esperar hasta que pasen los exámenes, quiero ver si todo nuestro esfuerzo fue en vano, es la próxima semana. -le dijo, mientras que el mayor alcanzó a su presa, encerrándolo entre sus brazos y devorándole el cuello. Haciendo que al moreno se le escapara un gemido.
-Tú también lo deseas. -le aseguró el azabache.
Ya una hora después, el azabache y el castaño estaban en la oficina de su profesor de matemática, el escritorio estaba completamente desordenado, con hojas en el suelo, lápices por todas partes, y un TaeTae inclinado en la mesa, con su rostro pegado allí, sintiendo como detrás de él, su amante, le daba fuerte y rápido contra su sexo.
-AHH! -gritó el moreno al sentir como su semen se disparaba, gracias al trabajo de una mano de su amante, entre la mesa de caoba y su estomago. Mientras que el azabache se fue segundos después dentro del estrecho orificio de su castaño.
-tenemos una media hora más para ordenar -le susurró el mayor en el odio, besando ese lugar eróticamente.
La noche estaba totalmente estrellada, ya había pasado la semana de exámenes y los dos jóvenes pasaron. Un Taehyung mucho mucho mejor que el "mediocremente mal" Hoseok.
-Me encanta que podamos pasear sin pensar en la escuela -comentó el menor de la mano del otro joven.
-Tengo suerte que te tenía a ti para enseñarme, y la llave de la oficina de profesor de matemáticas. -habló despreocupado, a lo cual el castaño solo rodó sus ojos.
-Estoy seguro que sabe que cambias las notas, solo que te deja porque sabe lo que le puedes hacer -murmuró, algo frustrado por no poder enseñarle esa materia al mayor, este se negaba, ya que decía que aun así, cambiaría la nota.
-Lo sé, pero ya eso terminó. -le dijo.
Llegaron al parque Namsan, un lugar al sur de Seúl y que tenía una vista completamente extraordinario de toda la ciudad completa. Pasaron por distintas partes del gran parque, notando como las calles se iluminaban con románticas luces y las parejas paseaban despreocupadas de la rutina y el cruel mundo que había afuera de ese mágico lugar. Sus dedos entrelazados y sus sonrisas brillantes. Tae no podía creer la felicidad que sentía, los besos que se daban y las caricias que se otorgaban, no perdían su toque, mientras que sus corazones no dejaban de palpitar al unisonó cuando se decían te amo.
-Tae -le habló el mayor, parando justo en donde estaba la vista de Seúl por completo. Notando que sacaba algo de su chaqueta negra. Era un tipo de caja. Pequeña. Como de joyería.
-Hope... ¿qué haces? -le preguntó, con su corazón acelerado. ¿acaso... - qué...
-Tae -le susurró en el oído, pasándole la pequeña caja en sus manos. A lo cual el menor solo podía tiritar. Su estomago era un revoltijo de sentimientos. Cuando miró lo que tenía la pequeña caja, se dio cuenta que era un candado, de color dorado.
-¿Quieres ser mi novio? -le preguntó el mayor, a su lado, con su frente pegada a la del moreno, mezclando sus alientos. EL castaño aun miraba el candando y ahora entendió todo. Sonriendo con sinceridad miró los oscuros ojos de su amante.
-Me encantaría -le respondió, abrazándolo de inmediato y besándose lentamente, sus lenguas jugaban en una lánguida caricia, mordiéndose los labios de vez en cuando y sonriendo por cada beso.
El mayor tomó el candado de las manos de su ahora novio, y se lo mostró mejor.
-Tiene una T y una H -le explicó el azabache. Mientras caminaban y Taehyung no dejaba el cuello del mayor. Este lo llevó a donde estaba la máxima atracción para los enamorados en el parque Namsan. -Quiero poner el candado acá. -Dijo, mostrándole al menor una calle gigante llena de candados jurándose amor eternos, casi sin espacio para otros y llenando de colores ese lugar. Las luces de la noche eran tenues y románticas. Apenas pudiendo notar los rasgos de las personas. Pero aun así, el mayor notó la brillante y cálida sonrisa que el castaño le dio en ese momento.
-Creo que tú eres el más cursi de la relación. -comentó el menor con diversión. EL azabache lo miró casi formando un puchero y se iba a dar la vuelta, pero fue parado al segundo. -Debo tener más imaginación para la próxima. -le dijo al oído.
-Más te vale. -le respondió.
Al encontrar un lugar, el moreno y el azabache tomaron el candado y cerraron el sello, jurándose amor eterno y más allá. Con un último beso, finalizaron los momentos tormentosos.
Los meses pasaron rápido, Hoseok y Taehyung recién se habían graduado, y después de besarse frente a todos los alumnos, apoderados, y profesores en la mitad de la celebración de la graduación, el azabache llevó al moreno a una cena, junto con su madre.
-No puedo creer que casi no te gradúas, Hoseok -le dijo la madre del castaño mirando el menú del restaurant.
-Fue un momento de debilidad -respondió el mayor con una sonrisa, Tae no pudo contenerse y le dio un pequeño beso en la comisura de sus labios. Amaba que ahora el azabache riera más, mostrando con deleite esas encías arriba de sus perlados dientes.
Después de comer los primeros platos, el postre estaba listo en la mesa.
-Tu padre debe estar muy orgulloso -le comentó su madre al castaño, a lo cual el moreno solo sonrió cabizbajo, recordando las alegrías que le hubiera dado, sacar un primer lugar en inglés no era malo, además de tener una medalla por jugar un partido por su escuela, y obtener un "felicitaciones" del director por su logro en ser el mejor ayudante en las salidas nocturnas, cuando ayudaban a los ancianos de la calle a llegar a sus respectivos lugares.
-Lo sé. -le respondió el castaño, aun con su mirada en sus manos. Y al segundo las manos frías y delgadas de su querido chico malo estaban acariciando las de él. Desde el momento que Taehyung le había dicho sobre la muerte de su padre a Hoseok, hace unos meses atrás, este se comportaba con demasiado cuidado cuando nombraba el tema, no preguntaba nada, solo dejaba que el moreno le digiera todo, era como si el mayor quisiera que fuera un tema tabú, hasta que un día el menor le preguntó el por qué, y supo que era porque se sentía demasiado culpable, pensar él como lo había tratado anteriormente y solo había pasado un corto tiempo desde el fallecimiento de su padre, la culpabilidad de los primeros días de ellos juntos le carcomía los huesos por dentro. Y no dejaba que el moreno recordara esos días, días para los cuales el castaño jamás dejaría olvidarse, gracias a esos primeros días, primeras miradas, primeros toqueteos, primeros besos, gracias a todas esas primeras veces con Hoseok, ahora ellos estaban juntos, y totalmente enamorados.
-¿Y qué te gustaría hacer ahora? -Le preguntó su suegra. Mirándolo con unos ojos firmes, algo que le dio escalofríos al mayor, era como si fuera la única persona que pudiera hacerlo sentir tan pequeño.
-Me... me -¿Estaba tartamudeando? ¿Estaba nervioso? ¿Estaba preocupado por lo que alguien -que no fuera Taehyung- pensara mal de él? ¿Se sentía intimidado? Se aclaró la garganta y sintió la mirada confusa de su castaño -Me gustaría crear una academia de baile. -respondió finalmente, notando la mirada algo desconfiada de la madre.
-Y... ¿cómo piensas hacer eso? -preguntó con recelo, y antes que el el mayor pudiera responder, el menor saltó.
-Madre, deja a Hoseok tranquilo, él sabe qué hacer. -Le comentó algo entretenido, mirando a su novio con una sonrisa, era tan extraño ver al mayor en ese estado, como si tuviera a un rival muy fuerte en frente de él.
-Y tu Taehyung, espero que no me falles para la universidad -le advirtió su madre, el moreno sabía que era conservadora y sabía que quería que su hijo fuera a ligas mayores con respecto a los estudios, era por eso que no aceptada demasiado la idea de Hoseok y su escuela de baile.
-Yo tengo claro lo que haré. -le respondió con una sonrisa, tomando la mano de su novio y jugando debajo de la mesa con sus dedos. -Seré profesor de inglés de niños. -respondió con diversión. Mientras veía sonreír a su madre y aceptar con gratitud el beso del azabache en su cabello.
-¿te vas a nuestro departamento? -le preguntó la madre cuando ya terminaban la comida. El mayor solo negó con la cabeza.
-Tengo que ir a donde mi padre, algo de "saldar deudas" -comentó, el castaño le dio un beso fugaz y algo tímido por estar en frente de su madre, y se despidieron.
Hoseok se fue por la otra esquina del local, mientras que Tae y su madre por el otro extremo.
Ya había pasado todo un día y el teléfono de Taehyung no recibía ni una llamada de vuelta de su novio. Sabía que era un poco extremo llamarlo unas 17 veces por hora, pero necesitaba saber donde estaba, después de todo, el azabache ya lo había dejado de ver 24 horas y se sentía como si fuera una eternidad.
-Relájate, es solo un día que no sabes de él. -le dijo su madre preparando la cena.
-Si es solo un día... -murmuró mirando su celular preocupado.
Ya habían pasado tres días completos, y Tae estaba llorando atacado, no sabiendo que hacer ni a quién acudir.
-Dime que tú sabes -le suplicó el menor a Jin, mientras que este estaba a su lado sobándole la espalda, en forma de tranquilizar un poco al castaño.
-Solo me dijo que estaba bien, pero no me dijo nada más. -le respondió su amigo, con su celular en mano y sintiéndose horrible por el pobre Tae.
-¿Por qué no me ha llamado? ¿por qué no me contesta a mi? -le preguntó el menor, no entendiendo que era lo que le pasaba a su novio, sus cejas estaban alzadas en el dolor y la pena le recorría todo su cuerpo, con revoltijos en el estomago y la lágrimas no paraban de salir de sus ojos inyectados en sangre.
-Yo... yo no lo sé tampoco, Tae -le comentó el mayor, casi entre dientes al sentir el enojo incrustándosele en su ánimo. ¿Acaso todo esto había terminado?
-¿Qué hice mal? -se preguntó el menor para sí mismo, su rostro clavado en sus manos.
¿Acaso todas las llamadas? ¿Sería que el mayor no quería sentirse tan amado? ¿Sería que el menor lo estaba apretando demasiado? ¿Acaso eran los celos que Hope aun sentía con Yonghwa hablándole a Tae? ¿Acaso era que el menor no era el indicado?
-Nada, Taehyung, no hiciste nada mal, es solo que Hoseok está... está con su padre, y... algo debe haber pasado, es todo. -le respondió el mayor, tratando de tranquilizar al castaño, pero aun así, no pudiendo inhibir su propio odio a su mejor amigo.
-Pero... ¿por qué no me lo dice a mí? -le respondió el moreno, mirando por primera vez a Jin y este pudo notar el mal estado en el que se encontraba. -Acaso... ¿ya no quiere ser mi novio? ¿Quiere terminar conmigo? -le preguntó.
El mayor ya no pudiendo soportar más, tomó la mano de Taehyung y lo paró del sillón en el cual estaban sentados, le pasó un abrigo que tenía cerca y lo empujó lentamente a la puerta.
-Vamos a ir a su casa, y te demostraré que él no quiere dejarte, es solo un mal entendido.
Al llegar a la mansión de los Jung, Jin y Taehyung notaron que estaba lleno de autos lujosos, definitivamente había una fiesta dentro del gran hogar, la música y el ambiente estaba totalmente alegre, todos celebrando, tomando y bailando.
Los invitados hombres estaban con esmoquin y bastante formales, mientras que las mujeres llegaban con vestidos largos y perfectamente diseñados para cada una.
-¿qué es esto? -murmuró el mayor, mientras él y el moreno entraban a la gran mansión. Gracias a que los guardias que conocían a Jin, no tuvieron problemas para ingresar.
Media hora había pasado y muchos miraba a los dos jóvenes que solo estaban con diferentes sweater y jeans negros, nada en especial para estar en la gran fiesta de la corporación Jung.
Los muchachos seguía buscado a Hoseok por toda la mansión, y Jin notó que cada uno de los invitados era gente de reputación alta y con empresas alrededor del mudo, al igual que la compañía del padre de su amigo.
-Atención. -llamó una persona. Se encontraba en el segundo piso de la mansión, al lado de la escalera, dándole la comodidad que todo pudieran ver a tal persona. Un micrófono sostenía, mientras que esa voz retumbaba por toda la habitación.
-Él es el primo mayor de toda la familia Jung -murmuró Jin al castaño, el cual solo lo seguía perdido como un cachorro, solo esperando el momento de ver a su azabache, abrazarlo y besarlo, solo quería eso, lo deseaba, lo anhelaba, nada más ni nada menos.
-Llamo a pasar a adelante a nuestro gran empresario y tío,Jung SooJae -un estruendoso aplauso llenó la sala, y el moreno se mordió el labio, era primera vez que podía ver a padre de Hoseok, el hombre que le había hecho la vida imposible al azabache, el que seguía atormentándolo algunas veces en las pesadillas de su novio, y solo el castaño sabía, ya que el mayor hablaba en sus sueños.
-Muy buenas noches -habló el señor al llegar al segundo piso por la gran escalera de madera fina -Espero que la estén pasando muy bien. -siguió, revelando el vaso de champagne en su mano, mientras que todos sonreían con admiración a tal pequeño hombre. -Hoy es un día muy importante -declaró, era notorio el poder de liderazgo que tenía con cada palabra, acentuando cada letra, y mostrando la entonación de todo un dirigente. -Este es el día donde la corporación Jung, hará un gran pacto de amistad con la agencia de viajes Jung, otra perteneciente al mismo apellido, pero de diferentes líderes y familias, algo que ya no más será así. -Todos comenzaron a aplaudir, como sabiendo que era lo que se venía, y el castaño solo sintió retumbar su corazón, algo estaba mal en todo esto, algo estaba sintiendo que no le gustaba, una sensación de intranquilidad, al mirar a Jin, notó que este tenía su boca abierta en un horrenda sorpresa, antes que el castaño le preguntara, el padre de su novio prosiguió con su gran discurso. -Llamo a acá a mi hijo -habló, el moreno buscó en todas partes y observó con una sonrisa como su azabache se encontraba en perfectas condiciones y subía la escalera con un esmoquin y su cabello hacia atrás, dándole un toque demasiado sexy para un enamoradizo aliencito. -Es por eso que, mi hijo, Jung Hoseok -continuó, posando un forzado abrazo por los hombros del chico malo, y todos mirando como este sonreía, aunque los dos jóvenes sabían muy bien que era una de esas falsas, una de las que hacía cuando hablaba irónicamente. -Mi único varón, Jung Hoseok -habló con orgullo -Se ah comprometido con Ji Eun, mejor conocida como la mejor amiga de mi hijo y su amor de pequeños, IU -Los aplausos se escuchaban por toda la habitación, las mujeres sonreían y los hombres gritaban en euforia, el hijo menor de su jefe se casaría con una de las dulzuras de la alta sociedad. -Y se casarán en Paris, están todos cordialmente invitados.
Todo pasó en un segundo, Hoseok arriba con su padre, sonriendo como si fuera con sinceridad, tomando la mano de su prometida que subía la escalera, posando una mano por su cintura, atrayéndola a su cuerpo, el azabache mirándola con devoción, dándole esa sonrisa de encías, y cerrando el pacto en un beso fugaz e inocente, pero que dejó a todo el público en emoción felicitándolos.
Todo pasó en un segundo, mientras Taehyung no llegaba a calzar toda la información que le habían espetado, Hoseok, SU novio, miraba con amor y dulzura a otra persona, a una mujer, a una mujer de la alta sociedad, a una mujer que valía mil millones más que Taehyung, a una mujer que seguramente era mejor amante que el menor, a una mujer que sería la esposa de su amor verdadero, a un mujer que tendría los hijos de su azabache joven, a un mujer que era mil y un veces más mejor que el pobre y lento aliencito.
Su corazón latía rápido, sus ojos se llenaron de lágrimas en un instante, mientras que sus piernas se debilitaban cada vez más, su estomago se revolvía como loco y su mente ya no podía soportar más, no podía ver más a su novio, besar a otra, a su novio, comprometerse con otra, a su novio dejar que tenga otro futuro, un futuro sin el castaño en él.
-¡Taehyung, Taehyung, Taehyung! -Lo sacudió Jin a su lado, mientras que el moreno solo estaba en estado de una horrible sorpresa, mirando fijamente a su... novio.
-Hoseok -susurró fuera de si el castaño, no notando como su cuerpo se debilitaba cada vez más y sus piernas ya no lo podían sostener, todas sus extremidades empezaron a temblar fuerte y puntos morados lo alejaban de la visión de su hombre, en el segundo piso, saludando junto a su... prometida.
-Taehyung, estás pálido, vamos. -le habló a lo lejos Jin, retumbando aun los aplausos en su cabeza y no pudiendo ni siquiera cohesionar bien las palabras de su amigo.
Jin tomó a Taehyung de la cintura y lo obligó a moverse, pero antes de poder hacer algo, el moreno no pudo más, y ni la pena ni el dolor soportó su corazón, dejándolo en el suelo, desmayado.
Taehyung abrió un ojo, tratando de acostumbrarse a la luz del sol que salía por el gran ventanal. El aroma de la habitación era diferente al que estaba acostumbrado, mientras que su visión se habituaba más a la luminosidad, notó que no estaba en su habitación o la de su novio, era otra, era más grande, mucho más grande, pero extrañamente podía recordar algunos lugares. Este era la pieza de Jin.
-Despertaste -habló el mayor, mientras que el moreno se acomodaba en la cama y se sentaba, tomándose la cabeza por el dolor y no recordando mucho, solo que había tenido una horrible pesadilla. -Tae yo...
-¿qué pasó? -preguntó el menor, ronco y con el ceño fruncido, la cabeza palpitaba con cada palabra que escuchaba. Se sentía horrible, con ganas de vomitar, como si algo malo hubiera pasado.
-¿no... no te acuerdas? -preguntó el mayor, mirándolo extrañado, a lo cual el castaño solo negó, mientras sentía como una angustia por su garganta, ¿por qué? ¿qué acaba de pasar? -Hope... Hoseok -tartamudeó, ni siquiera mirando a su receptor, no podía, su culpa le carcomía los huesos, y él no había hecho nada malo. -Hoseok se... se comprometió, con IU, ¿no... no te acuerdas? -espetó, mordiéndose el labio y mirando al minuto a su amigo.
El castaño recordó todo ahora, como llegó, lo extraño que era la celebración, el padre de Hope, su novio subiendo, comprometiéndose, tomar la mano de esa mujer, besarla y sonreírle con esa sonrisa que solo a él le daba. Las lágrimas salían de sus ojos rápidas mientras que su corazón palpitaba tan rápido que dolía, la angustia se acumuló completamente en ese minuto y lo dejó salir, llorando desamparado por todo el dolor que sentía por todo su cuerpo y en sus sentimientos, su corazón estaba roto como nunca antes, mientras que ya no podía más y se paró rápidamente, llegando al baño personal de Jin, vomitando en el inodoro. Su garganta le dolía mientras le salía la poca comida que había ingerido el día anterior, sus lágrimas se combinaban con su mucosidad y sus gritos desesperados de desconsuelo resonaban por toda la habitación.
-¡Hoseok! -gritó con su garganta dañada, ni siquiera notando la mano de Jin en su espalda, dándole el ánimo y el consuelo que el moreno no podía ni sentir. Sus sentimientos estaban solo en un azabache que miraba a todo el mundo con una sonrisa y su prometida a su lado. Solo eso, y nada más que eso. -¿cómo...cómo mierda ocurrió esto? -habló ronco y con dolor, su voz temblaba con cada palabra y su fuerza se debilitaba cada vez más, no sosteniendo bien su peso y dejando su rostro pegado en el brillante suelo de azulejos. Ya no podía vomitar más, mientras que temblaba de frio, su vida se había destruido en solo una noche.
Era un cachorrito sin dueño, un animal pequeño en la fría lluvia, así se sentía. Su cuerpo se entumeció rápidamente y su mente no podía pensar demasiado, solo sintió que Jin lo tomaba en sus brazos y lo llevaba nuevamente a su cama.
Las lágrimas no paraban de salir de sus rojos ojos, mientras que le costaba respirar debido a los repetidos sollozos. Su corazón se sentía totalmente roto, era tan extraño sentir que una parte de tu cuerpo, la más vital de todas, era la que más dolía. El desconsuelo era gigante y ni una sopa de caldo de Jin o unas palabras de "debe tener una explicación" lo podía tranquilizar.
-¿Me puedo quedar acá? -habló por primera vez el moreno después del incidente del baño, ya era de noche y el castaño no había comido nada, pero Jin siempre estuvo ahí, acompañándolo y dándole todo el apoyo. Estaban acostados en la gran cama, con un Tae mirando el gran ventanal de la noche estrellada y su amigo detrás de él, acariciándolo el cabello de vez en cuando, tranquilizándolo un poco y dejándolo que se desahogara cuando lo necesitaba.
-Por supuesto. -le respondió el mayor. Aun no entendía porque su mejor amigo había decidido tal cosa, ¿comprometerse con IU? Cuando todos sabían que este estaba loco por el aliencito. ¿qué mierda era lo que en realidad estaba pasando?
-Yo... -murmuró el menor, tragando lento y tratando de quitar el nudo de la garganta, era tan difícil, pero aun así, necesitaba salir de ese shock metal y comportarse al frente de Jin -yo... no sé qué hacer ahora. -comentó, alzando sus cejas en un dolor incontrolable y sollozando nuevamente.
La angustia era tormentosamente palpable en cada palabra del castaño.
-Alguna explicación debe haber. -murmuró el mayor detrás del muchacho.
-Yo solo quiero escapar de acá, siento que mi vida se acaba después de esto, mi... mi novio... al parecer ya no lo es más -comentó con una pena significante en todo su lamento. Una sonrisa apareció en el rostro del castaño, aun con las lágrimas pasando por sus sienes. -De verdad pensé que él y yo seriamos felices por siempre. -suspiró, el mayor no pudo controlarse más y también lloró un poco, tratando de esconder sus sollozos. El dolor del castaño estaba inundando todo su organismo. A pesar de que Hoseok era su mejor amigo, se prometió a nunca perdonarlo por esto. Jamás. -nunca más, será mi chico malo. -hablo con un hilo de voz, destruyéndose en nuevas y renovabadas lágrimas, mientras que su cuerpo ya no podía más con el dolor de su acelerado corazón, ya no podía más con toda esa angustia, no podía más con nada de eso.
Cuando Taehyung finalmente había conciliado el sueño, el mayor salió de la habitación lenta y silenciosamente. Buscando la información de todo por el maldito Hoseok, lo llamó por última vez en su vida, solo para saber cuál era la verdad y si había por lo menos un puto mal entendido.
-¿Qué mierda te pasa? -preguntó con una furia en su voz, pero hablando bajo solo para no despertar al moreno. El azabache apenas había dicho un "hola" y Jin lo estaba insultando.
-¿qué di...
-¿por qué MIERDA te comprometiste con IU? -le interrogó, acentuando cada palabra entre dientes, tratando de mantener la compostura, ya que en cualquier momento iría a la casa del azabache y lo mataría ahí mismo. La otra línea estaba completamente en silencio, como si el menor no estuviera al teléfono, pero Jin escuchaba muy bien la agitada respiración de su "amigo"
-¿cómo te enteraste? -preguntó en seco y ronco.
-Porque fui para allá -respondió, omitiendo una pequeña parte, ya que sabía que el mayor no respondería si digiera el nombre del pequeño e inocente castaño, después de todo, se comprometió a sus espaldas, significaba de alguna forma que no le tenía el mínimo de respeto.
-Aish, Jin -se quejó el menor -Es solo una fachada, bueno, no sé, me metí en un lio gigante con mi padre, y necesitaba hacer eso para quitármelo de encima, pero no me casaré... es solo que... IU está un poco loca por mí, y yo, no podía decirle que no a mi padre cuando me dijo lo de unir las empresas... no sé cómo decirle a Taehyung que no estaré con él por unos meses. -habló, tan despreocupado como si estuviera hablando de regalar dulces.
-¿Qué tienes en la cabeza, maldito imbécil? -le preguntó con todo el dolor en su voz, no entendiendo como podía ser así, comprometerse y tener a Tae en la oscuridad.
-Jin, tu no entiendes nada, así que puedes calla...
-Taehyung te vio, estaba conmigo, se desmayó al verte con esa mujer, y ahora, está en mi pieza, recién pudiendo tranquilizarse, eres una mierda. -Y con eso fue lo último que dijo, unos cinco minutos pasaron de un silencio en las dos líneas, Hoseok no hablaba, pero se escuchaba con facilidad la respiración, estaba más que agitada, era como si... le estuviera dando un pequeño ataque de pánico.
-¿q...q...qué? -tartamudeo, y Jin notó rápidamente el cambio de voz, Hoseok estaba llorando.
-Taehyung fue conmigo a la casa de tu padre, después de todo, te desapareciste tres días completos. Y, ahí estabas tú, comprometiéndote con IU. Tae ya se rindió a ti, y yo también.
-No es cierto -respondió el azabache, no entendiendo que mierda estaba pasando, su novio, su aliencito lo había visto, sabía, sabía lo que jamás debía hacer sabido. Esto iba a ser por un tiempo, hasta que pudiera resolver todo lo que había pasado con su padre, pero ahora... el castaño sabía. Pero solo una parte, tal vez si le explicaba, tal vez si... tal vez.
El nudo estaba en su garganta, mientras que su cabeza daba vueltas. Las lágrimas aparecieron en sus ojos, y la respiración se le entrecortó de inmediato... Su corazón palpitaba tan fuerte que le dolían las costillas, sentía un miedo indomable, un miedo fatídico mientras pensaba en qué hacer. Tomó las llaves de su moto temblorosamente y se fue directamente a donde Jin, necesitaba explicar, razonar, necesitaba ver a su castaño, abrazarlo, besarlo, ver su sonrisa, oler su exquisito aroma, derretirse en sus brazos, necesitaba eso ahora mismo, después de todo, esos tres días se le habían hecho eternos.
Cuando llegó a su destino, se bajó rápidamente de la moto, dejándola casi tirada en el suelo, pasando la reja fácilmente de su amigo, y tocando la gran puerta, una, dos, tres veces, cada vez más fuerte y con insistencia. Su corazón era un caos.
-¡Jin! -gritó el azabache, mientras que le abrían la puerta lentamente, dejando ver a su amigo, con el ceño fruncido y juzgándolo de pies a cabeza.
-¿cómo te atreves a venir acá después de lo que hiciste? -le preguntó el mayor, con el rostro asqueado, sentía demasiada rabia dentro de él, después de todo, el azabache no era el que había visto en el peor estado al pobre aliencito.
-Lo sé! -dijó el menor, tratando de mirar hacia dentro de la casa, como si fuera un ademán de entrar, pero Jin se quedó firme y quieto, no dándole la pasada a su amigo. -Por eso necesito explicárselo a Tae, déjame verlo. -le suplicó el joven, mirando con sus cejas alzadas y con un dolor palpable en su voz. El mayor lo miró nueva mente y respiró hondo, tratando de controlar su rabia.
-Solo unos minutos, no tienes idea de como ha llorado por tu estupidez. -decidió, aunque el joven rebelde no había escuchado casi nada ya estaba dentro, corriendo a la pieza de su mejor amigo, sabiendo que ahí estaría su amor, su chico bueno, su aliencito, lo necesitaba en sus brazos, tres días se habían hecho una eternidad.

BAD BOY [VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora