Cap. 26 "DESEO"

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  Al despertar, el menor miró a su lado, y vio unos cabellos rubios desparramarse por toda la almohada blanca, que hacia contraste con las sabanas de un color azul. Y como si no fuera predecible, tae se acercó más a su amante, que dándole la espalda, roncaba un poco más fuerte de lo que el menor recordaba. El moreno pasó una mano por su torso, y la acercó a la dorada cabellera de Hope, al llegar sus yemas donde quería, pasó sus dedos dulce y delicadamente por los mechones revoltosos del mayor, tratando de no llegar a tocar su cabeza por completo, ya que en cualquier momento podía despertarlo. Tae sentía como su mano se mimetizaba con las rubias hebras de Hope, y con una sonrisa en su rostro, se acercó un poco más, tratando de oler el aroma de su amante, que hacia al menor perderse en el deseo de poder tocarlo libremente, darle besos en su nuca, y llegar a su boca desesperadamente, para quitarle a besos eso labios tan, malditamente, adictivos. Pero no... Taehyung sabía que tenía que comportarse con J-hope, o si no, hasta ahí llegaría su "relación".
Pero era extraño, Tae estaba acostado detrás de J-hope, y pensaba en todo lo que ha experimentado con el rubio, y como su relación se fue forjando lentamente, como esa relación pasó de ser algo completamente físico, por parte del menor, a algo completamente sentimental y emocional, nuevamente por parte del menor. Tae quería saber que era lo que en realidad pensaba el rubio del moreno, pero como siempre, el castaño no podía tener una respuesta concreta con todo lo que respectaba a su impredecible caballo.
Pasando sus dedos por los mechones del mayor, y mirando como la nuca de este se tensaba poco a poco, no se dio cuenta que en realidad su amante había dejado de roncar, estaba tan ensimismado en sus pensamientos y sus sentimientos que no se dio cuenta cuando un enojado y somnoliento rubio se dio la vuelta rápidamente, para mirarlo irritado.
-No hagas eso, quiero dormir –le dijo roncamente el mayor, devolviéndose nuevamente a su posición original.
Tae pudo solo abrir sus ojos, y mirar con un poco de tristeza hacia donde se encontraba el rubio. Estaba un poco herido por no poder hacer eso que hacían las parejas después de tener una buena noche de pasión. Quería poder pasar sus brazos por donde estaba el rubio, tomarlo, abrazarlo, besarlo, y acurrucarse con todo su amor contra el fuerte pecho del mayor. Oh si, como le gustaría que algún día pasara eso.
Después de un tiempo de un menor mirando al horizonte sin poder pensar en nada más que las frías palabras de l rubio, decidió que lo mejor ahora, era arreglarse para poder irse, ya que le había dicho a su madre de su pequeña fiesta, pero no que se quedaría en la casa del chico malo.
Se paró lentamente y recogió sus ropas con torpeza, por el hecho de que sentía un pequeño dolor en cerca de su coxis y espalda.
Al tener toda esa ropa, la dobló y la dejó arriba de una silla, y ahora se decidió a ir a buscar su ropa original, viendo el desastre de tenida que había escogido para una salida con J-hope. Tae suspiró cansadamente por su idiotez constante, y se puso sus ropas rápidamente, sintiendo como todo su cuerpo se calentaba. Hacía un poco de frío, y el cuerpo de un irritado Hope no le había dejado acercarse tanto al mayor.
Al ponerse toda su tenida, fue a buscar sus cosas, llaves, billetera, y celular. Devolviéndose a la habitación de un dormilón Hope, se acercó un poco, y le susurró.
-Me voy, J-hope. –y escuchando un "mmh" como afirmación, Tae sonrió un poco triste, y se dirigió a la puerta del amplio y acomodador departamento.
Mirando por la ventana del autobús que lo levaba a su casa, Tae pensaba y re-pensaba en todo lo que había vivido ese día, primero llegar al hogar de Hope, pensando que este lo regañaría, pero viendo lo contrarío, y con un rubio muy cariñoso con el moreno, haciendo que este se sintiera en el séptimo cielo, y después... Ver por primera vez a Jiwoo, la hermana de su amante, la hermana del chico malo, el chico malo que tenía barreras de confianza con todo el mundo, pero que Tae estaba quebrando lentamente. Y después, el padre del rubio, Tae se dio cuenta que no tenía el encanto de su hijo, pero que si tenía unos ojos parecidos, aun así, Tae no le gustó mucho ese señor, por el simple hecho de que hizo la infancia de su Hobbie algo irritable, creando a un frío rebelde muchacho. Y finalmente, al enemigo por excelencia de J-hope-ah, su primo, ese imbécil que también hizo la infancia difícil para su amante, y que incluso le preguntó si podía traicionar a su amante. Y finalmente, la noche y madrugada que eran solo para esos dos cuerpos, sudorosos y erráticos por ese deseo y lujuria, junto con ese sentimiento de amor que emanaba de un sonrojado menor.
-Tae, finalmente llegas- Le dijo su madre.
-Si, ¿cómo te ha ido en el trabajo? –le preguntó su hijo, dejando caer su cuerpo en un pequeño sillón, cerca de donde su madre estaba viendo la televisión.
-Bien, pero... bueno, quería hablarte de algo esta mañana, pero no estabas –le respondió ella.
-¿A sí? Pues dímelo ahora. –le balbuceó su hijo, mirando desinteresadamente a su celular, pasando por los mensajes de textos de J-hope, Jimin y viendo la diferencia entre estos dos.
-Bueno... quería saber si... ¿quieres conocer a mi nuevo novio?
Una bomba de agua fría, así se sintió. Sin ninguna explicación, la madre de Tae le dijo eso, sin ninguna sutileza. Para Taehyung era un tema muy difícil de hablar, un tema que trataba de hacerlo tabú, no porque quería, sino porque sabía que si sacaban ese tema, se quebraría culparía al mundo con respecto a la muerte de su padre, y a su madre por no hacerle un apropiado luto, ya que después de un año, ella ya estaba con otra persona.
-No puedo creer que me estés preguntando esto –le dijo firmemente el castaño, saliendo de esa incomoda posición, y levantándose para ir a su cuarto rápidamente.
-Taehyung, quiero que lo conozcas, ya estamos hace harto tiempo juntos y...
-No me importa. –
-Tae, hijo, por favor, escúchame... Yo no...
-No quiero escuchar como superaste a mi padre después de un año, madre. ¡No me interesa saber la mierda de persona con la que estás! –
¡Slap!
Una cachetada dejó a un sorprendido moreno mirando a su lado, su madre esta con la mano alzada aun por el fuerte azote, y el castaño solo sostuvo su mejilla, con unas lagrimas brillando en sus ojos, no sabiendo si era por el golpe, o por como su madre reaccionó contra él.
-No te atrevas a decirme eso, Taehyung! –le amenazó su madre, con la voz quebrada y su cuerpo temblando. –Tu padre por siempre será mi primer y único amor, pero ahora, tu madre está sintiendo nuevamente algo que pensó que nunca iba a sentir nuevamente, y ahora tu... tu me vienes a decir que está mal –razonó –tu padre fue un buen hombre, y lo amaré por siempre, pero no puedes dejar que una persona tenga tu vida en sus manos, no puedes dejarte llevar por esas emociones, porque más que amor, sería una obsesión, tienes que tener tu propia personalidad, tu propia vida, y hacer con la otra una complementación, no una mezcla homogénea, sin dejar rastro de tu vida personal, ¿me entiendes? Es por eso que yo estoy siguiendo adelante, es porque te tengo a ti, porque tengo algo más en la vida que mi esposo, eres tú mi otra parte de vida que mi esposo, ni nadie, podrá arrebatarme. –llorando fuertemente, y con gruesas lágrimas, su madre se tiró al suelo, con sollozos dramáticos pero que Tae no podía dejar pasar. Jamás le gustó ver a su madre llorar, a ninguna mujer en realidad, así que tomó a su madre por los hombros y la abrazó, como nunca antes, después de la muerte de su padre, lo había hecho, le dio un beso en su blanco pelo, y siguió esos besos con lágrimas en su rostro, hasta llegar a su mejilla. Haciendo que su madre lo mirara, y pudiera ver esos rojos y brillantes ojos mirarlo.
-Discúlpame, Omma. – dijo un culpable moreno, mirando como la escena de su madre derrumbándose en sus brazos lo atacaba nuevamente, y seguramente lo perseguiría en sus sueños, creándose una imagen horrible de como este podía ser llegar a ser un mal hijo.
Despertó con el timbre del colegio, mirando con sus ojos entrecerrados para ajustarse a la repentina luz, como todos los estudiantes de la sala se paraban de sus asientos en la sala, arreglando sus cosas para irse de allí.
Su ánimo estaba un poco decaído por lo que había pasado con su madre, y también algo por lo que había pasado con J-hope, pero se dio cuenta de algo, su madre tenía razón. No tenía que depender de una persona, tenía que dejar esa obsesión que tenía por su amante, y empezar a vivir nuevamente su antigua vida, volver con sus amigos, arreglar las cosas con Jimin, y... ver como todo eso resultaba, pero siempre tratando de tener esa cercanía que no quería perder con el mayor.
Como todo día lunes, tenía que ir a su clase de educación física, se sentía cansado por la noche anterior, sin poder dormir mucho por todo lo que había pensando, con respecto a su madre, J-hope y finalmente con su padre ¿qué pensaría con todo lo que Tae estaba viviendo?.
Después de estar casi ausente en toda la clase, Leeteuk mirándolo a veces con preocupación, haciendo que el moreno corriera unas vueltas más que lo otros, para que despejara su mente de todo lo que le atormentaba.
-¡¡Piensa rápido!! –gritó un joven, pegándole al moreno con una pelota de fútbol fuerte contra su cabeza, dejándolo en el suelo, bastante más aturdido de lo que ya había estado toda su vida.
Finalmente, a la termino de su clase, Tae tenía una bolsa de hielo en contra su mejilla, se demoró un poco en llegar a los camarines, gracias a un preocupado Leeteuk preguntándole de su vida, y si necesitaba algo. A lo que un, muy culpable, menor le decía que no, que en realidad solo tenía un poco de sueño.
Cuando llegó a los camarines, unos muy enojados estudiantes lo miraban, ya que gracias a él, uno de los mejores jugadores de fútbol no iba a jugar en un partido, por el hecho de que este había sido el culpable de la herida del moreno, haciendo que Leeteuk se enojara y tomara esa "extrema" decisión, como lo llamaban ellos.
Pero el menor no se dio cuenta, hasta el momento que se sacó la parte de arriba de su ropa, ya que al quitársela, vio a su lado para ver que nadie lo estuviera mirando para pegarle, y observó una mirada de furia contra él, era GD, que lentamente se acercó al moreno.
-¿qué mierda estabas pensando, alien? –le escupió el muchacho -¿sabes que es el mejor de la selección? –le inquirió, haciendo que Tae se ganar unos escalofríos por su cuerpo, no sabiendo si era por su falta de ropa, o por la atemorizante mirada del enfurecido joven.
-No fue mi culpa, Leeteuk lo hizo, y además, no tiene por qué andar pegando como si fuera un saco de papas, ya que no lo soy. –le respondió el castaño, ya casi intolerante a toda la mierda constante que le tiraba el susodicho muchacho, ya no soportaba más mierda de nadie, quería solo estar e su habitación, terminar el día y acomodarse en su cama, junto con una buena película para desaparecer de su realidad.
-No me contestes de esa manera –le amenazó el muchacho.
-¿o si no, qué? –devolvió desafiante el moreno. Ya no soportaba más, quería pegarle a ese rostro egocéntrico.
-¿Las juntas con J-hope te han hecho pensar que eres de su grupo? –le preguntó GD. Tae frunció el ceño, tratando de encontrarle alguna relación a su pregunta con lo que estaba ocurriendo, ¿Qué tenía que ver él acá?
-¿Discul...
-J-hope no te salvará tu lindo traserito esta vez, Taehyung. –le murmuró el joven, algo más cerca de su oreja. –Ya que te tenemos una sorpresa con mis amigos, pero no sabía cuando dártela. –Le confesó el muchacho.
GD miró hacia atrás e hizo ademán de irse, y junto con él, se fueron casi todos, dejando aun intrigado y algo tembloroso TaeTae.
Taehyung ya estaba en la ducha de su escuela, quitándose todo ese sudor, y relajando un poco más su cuerpo después de todo lo que había pasado con los estudiantes. Se sentía cansado y atareado, quería llegar a su casa, o con J-hope, y estar por siempre en ese cuello, con ese aroma, y esas manos pasando por su cuerpo, ardiendo con cada tacto que le daba y haciéndolo temblar con cada caricia que le proporcionaba.
Al escuchar como la puerta se cerraba un poco más fuerte, lo sacó de sus pensamientos, y apagando el agua caliente que corría por su cuerpo, relajándolo delicadamente, fue a donde sus cosas se encontraban, con solo una talla por su torso, su rostro se calló al llegar a su puesto.
No había nadie en el camarín, ni nada... Sus cosas, su bolso que estaba con su ropa de cambio no se encontraba, ni tampoco había alguien a quien acudir. ¿Cómo no haberlo predicho? "estúpido Taehyung!!" se gritó en sus pensamientos, no sabiendo que hacer, no sabiendo que pensar, no sabiendo a quién acudir. ¿Acaso tendría que ir a su casa en toalla?, ni siquiera tenía su ropa interior, nada, se acercó a la puerta y vio algo que no dejaba que esta se abriera, haciendo ademán de que iba a estar allí encerrado. Miró a todas partes con lágrimas en sus ojos, ¿acaso nunca iba terminar esto?
Cuando se miró al espejo, pudo ver como sus ojos de enrojecían por las lágrimas que aun no salían.
Miró nuevamente donde estaba sus cosas, y observó algo debajo de su puesto, al agacharse y tomar la bolsa plástica de color negro, pudo entender cual era el regalo que le tenía G-dragón.
-Mierda –murmuró el muchacho, ya totalmente enojado.
Tenía en sus manos un disfraz, o si se podía llamar así, eran orejas de felpa, de un animal felino, posiblemente un gato, de un color negro, y en su interior eran más rosadas. A lo que Tae no podía pensar bien... ¿acaso GD quería ver a Tae en ese disfraz? No, su vida sería una burla por siempre, y ¿adonde quedaba su dignidad?
-No...no... no! –gritó Tae, mirando más adentro, encontrándose con un vestido de color negro también, algo más corto de lo que usaban sus compañeras de clase, junto con una cola de gato, muy bien pegada, a lo que era esa prenda, haciendo aun sonrojado TaeTae inferir que era lo que quería GD y sus amigos.
-¡Eso es Taehyung, ¿acaso ya encontraste el disfraz?! –le gritó el mismo muchacho que tanto odiaba el castaño, afuera de los camarines –Ahora, póntelo, y cuando entre, y te vea así, me tendrás que decir amo, y después, se haces todo lo que te pido... te pasaré tus prendas y podrás irte de acá. –le amenazó el muchacho, "¿qué hacer?"
tae estaba en una encrucijada, o era perder su dignidad frente a GD y sus amigos, o era humillarse públicamente, saliendo a su escuela con solo una toalla en su cintura. "¿qué hago?"
-Per...pero, esto es... -tartamudeaba tAEHYUNG, con el corazón en su mano, este palpitaba rápido por lo que tenía que hace, además de toda esa rabia que tenía en su interior.
-Lo sé! –Gritó un poco irritado el otro –Ahora, entraré y quiero ver tu actuación aliencito.
Después de que un vacilante tae se encontraba al frente de la puerta, escuchando algunos murmullos y sonidos detrás de esta. Pudo, finalmente, oír la cerradura abriéndose. Con su cara totalmente sonrojada, se tiró al suelo y se inclinó al frente de su enemigo. No mirándolo nunca a la cara.
-tae –murmuró este, con una voz ronca, algo diferente a la que el menor estaba acostumbrado.
-A... amo, yo... -no podía cohesionar ninguna frase, su mente estaba en blanco, se sentía casi desnudo, aunque, técnicamente, lo estaba, sino fuera por esa falda corta que tenía una cola de gato, estaría completamente desnudo, sintiendo como unos pequeños temblores pasaban por su espalda.
Aunque sabía que el que estaba al frente era GD, no podía no sentirse avergonzado, y también muy humillado. En su vida se imagino que iba a tener que ocupar un traje como ese. Aunque Tae fuera gay, a él le gustaba usar la ropa de hombre, y sentirse masculino.
-Mírame –le dijo nuevamente esa voz totalmente ronca y excitada, escuchándolo mucho más cerca, posiblemente estaba al frente del menor, pero este no se atrevía a mirar hacia arriba aun.
-¿de...deseas eso? –le preguntó un triste moreno, aun mirando el suelo, con sus ojos llenos de lágrimas que caían y pegaban en la baldosa de color blanco.
-Si –respondió nuevamente.
Tae miró hacia arriba lentamente, mostrando esos ojos chocolates inocentes que estaban inyectados en sangre, con un puchero formado en su boca y una temblorosa pera.
Pero, al alcanzar a su enemigo, se dio cuenta que no era ese muchacho menudo y con el pelo liso castaño, si no que era otra persona, otro hombre,.... Ese hombre.
-Hobie –susurró en un suspiro el menor, con su corazón totalmente acelerado, no pudiendo más con el suplicio y tirándose a sus hombros, abrazándolo con toda sus fuerzas. Sin darse cuenta como un rubio lo miraba preocupado al encontrarse con esos vidriosos ojos.
-Tae –jadeó el otro cuando el moreno encontró el cuello del mayor, no saliendo de ahí, besándolo con mucha euforia.
-No...no sabía que... eras tú –dijo entre unos hipos de llanto, mirando nuevamente a los oscuros ojos del mayor, queriendo besar esos labios y agradecerle por el resto de su vida de haberlo salvado en una situación así. -¿co... cómo? –preguntó el moreno, tomando el cuello del otro sin dejarlo.
-Estaba pasando por acá, y me encontré con un feliz GD –comentó con una mirada irritada-Y tu sabes que me encanta que él no sea feliz.-agregó- así que me acerqué y me contó todo, pero lo que me motivó a "salvarte"-el rubio hizo hincapié en esa palabra- fue el hecho de que GD tenía tu ropa, y el único... -susurró el chico malo, acercándose al lóbulo de la oreja del pasivo moreno, dándole escalofríos al momento que hablo – el único que puede verte de esa manera soy yo, Tae –dijo con confianza el mayor, lamiendo con entusiasmo el oído del otro, haciendo que el moreno inclinara un poco más su cabeza hacia al lado, entregándole su cuello por completo al otro hombre.
-es... espera Hope –balbuceo un poco drogado el moreno, poniendo sus mano en el hombro del mayor, para que este parara con su juego de placer –es... es vergonzoso... -murmuró Tae, con su cabeza gacha. Aunque Hope lo hubiera visto mil y un veces desnudo, no podía no sentirse apenado por su "felina" tenida.
Los ojos del rubio estaban cada vez más brillantes, a medida que el moreno se sonrojaba cada vez más. Le encantaba esa inocencia que tenía el menor, y lo hacía sentir mucho más excitado el hecho de que el mayor era el único que podía hacerlo gritar de placer.
Hoseok tomo las orejas de gato que estaba por encima de la cabeza del moreno y comenzó a jugar con estas, mientras el menor aun se sentía un poco avergonzado, pero mirando hacia arriba, para ver las pálidas manos del mayor moviéndose entre sus cabello y ese felpudo accesorio.
Se sentía como un gato de casa, con un amo acariciando sus puntos débiles, y creando un placer inigualable. Con un poco más de confianza por parte del menor, este movió un poco su cabeza a los largos dedo del otro, creando casi un ronroneo al sentir esa mano acariciando delicadamente su coronilla.
-Mhmm –ronroneó placenteramente el moreno. Sorprendiendo un rubio que inmediatamente se dedicó a ir a su boca.
-Haces eso una vez más y no me controlaré, Taehyung – roncó entre su labios, jugando con sus lenguas y dando estremecimientos por los dos cuerpos. Tomando al menor de la cintura, Hope se levanto, y puso Tae contra el espejo de los camarines. –Tal vez solo con mirarte no puedo controlarme –dijo entre besos y aliento mezclado.
Tomó a Tae entre sus mejillas, y mirándolo por última vez, lo dio vuelta, haciendo que este mirara su reflejo en el gran espejo de la habitación.
Cerrando los ojos rápidamente al sentir unas manos heladas pasar por su pierna, levantando el vestido que tenía una cola de gato.
-Bebé, eres incluso más sexy cuando te vistes así, maldición, quiero follarte tan fuerte en estos momentos! –le gruñó el rubio en el oído del otro, creando un temblor por toda la espina dorsal del moreno, haciendo que sus piernas se sintieran un poco débil por la forma en como habló, tan excitadamente, el mayor.
"bebé", nuevamente lo había llamado así, no era que Tae se quejara, pero... Para el esa palabra era un poco más intima que una simple relación de "amistad".
¡slap!
-AhhAAhh!! –gimió el castaño, mordiéndose el labio inferior, al sentir una palmada fuerte en su trasero, de parte de su chico malo.
-Quiero morderte por todas partes –rugió nuevamente el mayor, pasando sus manos por todo el, casi, mojado cuerpo del moreno, y lamiendo algunas partes donde el menor no pudo secarse por completo. –recuérdame darle las gracias a GD –murmuró este entre besos en la espalda del castaño, con unos juguetones dedos, llegando al estrecho orificio del menor.
-Hyobiie –jadeó el joven, con sus mejillas aun sonrojadas y con sus piernas temblorosas por el placer prominente en su pelvis.
Antes de que el Hope hiciera algo, este miró a Tae por el reflejo del espejo.
-lame –le dictó el mayor, mostrándole su mano, con tres dedos hacia arriba.
-Ho...
-Lame, gatito –le ronroneó en su oído, mirando cada vez más excitado al moreno, creando que este gimiera con solo el aliento del mayor pegándole en su oído.
Este asintió y tomó la mano de su amante, acercándola a su boca, pasó su lengua por esos tres dedos, lubricándolos y succionándolos, tratando de que tuvieran suficiente saliva para su próxima entrada.
-Mírame –le ordenó el chico malo, haciendo que la visión del castaño pasar a el espejo, encontrándose con una mirada totalmente oscura y llena de placer, viendo las pupilas dilatas de su amante, junto con las del mismo Tae. Pasando esa rosada lengua por todas partes y sintiéndose mucho más confiado cada lamida, ya que podía notar como el rubio estaba más que drogado con la placentera observación. –Basta –dijo el mayor entre dientes, quitando su mano de la boca de este, y quitándose la camisa de su colegio de inmediato.
Lamiendo un poco esos dedos, los mismo por los que habían pasado por los labios del moreno. Paso esos dedos en el orificio del menor, tratando de bordear un poco ese estrecho hoyo, antes de entrar un dedo completo.
-Mmmh –gimió el menor, con sus ojos cerrados y apretados, y unas piernas temblorosas. Era un poco difícil que entrara, ya que al no tener un lubricante de verdad, le dolía un poco más.
-Relaja tu cuerpo, sino no podré entrar –le mencionó el rubio, poniendo su mentón en el hombro del moreno, y mirando con mucha atención todos los rostros que creaba el menor. Plantando de vez en cuando unos besos por el cuello del otro, haciendo que se calmara y se excitara más el menor.
Entrando lentamente un dedo, y después otro, haciendo que Tae abriera de vez en cuando sus ojos por el dolor, viendo el rubio como a este se le caían una que otra lágrima por esos chocolates ojos.
-Hobie –gimió el menor al sentir el tercer dedo dentro, pero no soportando mucho allí.
-Eres tan sexy, Tae –le ronroneó el mayor, mirando a el moreno por el espejo, haciendo que este también lo mirara, sonrojándose al instante por la confirmada sentencia. –No puedo creer que eras virgen –siguió el rubio, moviendo sus dedos dentro y fuera del chico, pero este sintiendo ahora un poco más de placer que un dolor intenso como antes. –Tienes el cuerpo de un pecador. –bramó nuevamente el mayor. Sintiendo como ahora el castaño estaba un poco más preparado que antes.
Tae solo podía sonrojarse a los comentarios de su amante. Todo su cuerpo temblaba por la excitación y su lívido estaba por los aires, aunque aun le dolía un poco, sabía que en unos minutos más, Tae estaría gritando de puro placer.
-Espera –murmuró el rubio, sacando los dedos de la entrada del menor, creando un puchero, Tae lo miró por el espejo y vio que este había sacado algo de su pantalón, era su billetera, abriéndola el chico malo sacó un condón. Tae dejó de mirar para allá y se dedicó a respirar hondo, no quería perder todo el trabajo de Hope por tener un poco de miedo.
Si, estaba un poco atacado de tener a J-hope dentro de él, no era porque no quería, si no que era porque pensaba que no era lo suficientemente bueno en el sexo como lo es el rubio, y no quería desilusionarlo.
-puedes gritar todo lo que quieras, mande a GD y a sus amigos muy lejos de acá. –le recomendó el mayor, pasando nuevamente, y ahora más fácil, los dedos por la entrada del moreno. Moviendo cada vez más rápido esa mano, haciendo gemir con más fuerza al excitado menor, al cual le pasaban diferentes temblores por su cuerpo, y tenía la piel de gallina por esos orgasmos que resbalaban por su boca.
-Ahora respira, bebe –demandó el chico malo, mordiendo el hombro del moreno, pero este, perdido mucho más en el placer de escuchar a un J-hope hablarle de esa forma, tan... íntimo.
Tae respiró profundamente, y sintió como entraba el miembro del rubio, con un poco más de dolor que siempre, pero sintiendo ese lubricante que tenía el preservativo.
-AAAH! –jadeó el moreno, al sentir como el rubio pasó de tener un miembro casi entrante, a un pene completamente duro dentro de él, rápido y fuerte, esa eran las palabras que describían al invasor. –HOSEOK! –gimió de nuevo, sintiendo como este comenzaba a moverse, en direcciones diferentes pero con estampidas veloces y duras contra el trasero del menor.
Tae se veía por el espejo, sin poder pensar en sus pupilas ya muy dilatas, sino que su cabeza estaba gritando de placer. Se había ido todo el dolor y podía sentir como la satisfacción llegaba a su cerebro.
Ya pasando un tiempo de unas duras y fuertes estampidas de un rubio, este se dirigió con Taehyung aun contra su pelvis, a la banca más cerca, sentándose y haciendo que el menor se diera vuelta, pasando las piernas morenas de este castaño por entre las, aun con ropa, piernas del otro.
-Cabálgame –le gimió el rubio, creando un estremecimiento por todo el cuerpo del moreno. Este asintió, mirándolo hacia abajo, y sintiéndose en el séptimo cielo por el requerimiento del mayor.
THae sentía que tenía el control, algo que jamás sintió con el rubio, pero ahora, él era el que hacia gritar al chico malo de la escuela, era él quien veía la cara de placer del otro, era él por el cual el mayor se sentía tan excitado.
-Tae! –gimió descontroladamente el rubio al sentir como bajaba el menor por el erecto y duro pene. –MMMhmm –jadeó nuevamente, con sus ojos entrecerrados por la excitación y con esos labios rojos de succión, a lo que Tae no pudo contener que su pulso se acelerara cada vez más. Los ojos dilatados del mayor estaban entrecerrados y podía notar como esa lengua pasaba por esos labios, remojándolos sensualmente.
-AH! Hope! –gimió también el moreno, sintiendo como esa nueva posición le daba un placer demasiado grande, ya que a la primera estampida, Hope llegó a la próstata del muchacho, haciendo saltar a este del placer.
El menor saltaba rápidamente contra el regazo del otro, con ambos gimiendo y gritando al unísono, compartiendo el mismo sudor, junco con unas lenguas que competían por el dominio, siguiendo con los mismos pulsos acelerados, entre mordiscos, besos, salivas, y estremecimientos.
-HOSEOK! –gritó el moreno, sintiendo como todo ese semen acumulado caía en sus abdominales, al igual que en los del rubio. Con sus dedos de los pies totalmente recogidos y encogidos. Con su aliento jadeante y con un orgasmo que le nublo la vista del placer.
-TAEHYUNG! –bramó J-hope con una última estampida que llegó a lo más adentro, creando aun más placer en el orgasmo del menor.
Con sus cuerpos sudorosos, se quedaron ahí, jadeando y respirando pesadamente, con Tae aun arriba del mayor, y este aun adentro del menor. Sin separarse, sin apartarse, los brazos del moreno estaba en los hombros del rubio, y este tenía sus manos en la espalda del otro.
Para Tae esta era una escena digna de película, se sentía como un protagonista de una, había tenido el mejor sexo de su corta vida, y estaba abrazando a su amor, a su querido amante, y lo mejor de esto, es que él lo estaba devolviendo, no como antes. Ahora todo era mucho más brillante, mucho más hermoso que esa otra vez, en la que Tae quería abrazar a Hope después de esa noche de pasión, y no pudiendo, por el simple hecho de que el rubio no sentía lo mismo que el moreno hacía él.
Tae tenía bastante claro eso, sabía muy bien que posiblemente el rubio jamás le devolvería sus sentimientos, que era un caso perdido, que era una persona fría, que era un hombre independiente, que era un animal salvaje y sin dueño. Ese era J-hope, el chico malo de la escuela. Pero... Era difícil pensar así cuando este había sido el que lo había salvado de tantas, y de muchas, era difícil pensar así cunado la sonrisa del mayor era tan, malditamente, cálida y perfecta, era difícil pensar así cuando el que estaba dentro de él en ese momento, era el amor de la vida de un tonto alien de Daegu .  




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