Cap.8 "IMPREDECIBLE"

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  Después de haber bebido como un litro de agua por la jaqueca, su cabeza aun le dolía. Tenía flashbacks de los que había pasado la noche anterior, y como J-hope lo había hecho correrse, pero no podía recordar nada más después de eso. Y odiaba ese sentimiento de vacío.

Su mente pasaba de tema en tema, primero J-hope, después como este le hizo sentir, a continuación el sabor del Vodka seguía en su boca, y el mareo que seguía, después Jin y sus piropos, su ego estaba arriba gracias a eso. Y finalmente pero no menos importante, su madre, ¿Por qué aun no llegaba? Ya era bastante tarde para que estuviera un día sábado en la oficina. Eran las 10 de la mañana.
-Aló –Dijo la madre de Tae al contestar la llamada preocupada de su hijo.
-Omma –Dijo el castaño -¿Dónde estás?
-Ah... Eh... Taehyung –Dijo –¿Pasó algo?
-Omma –Tae frunció el ceño –Contéstame, ¿Dónde estas? – y Después de esa pregunta escuchó un ronquido... De hombre.
-¿Con quién estás? –Gritó Tae en el teléfono
-Taehyung, disculpa mi amor, tengo que colgar. –Dijo –Y no estoy con nadie, solo fue mi silla que rechinó, eso es todo.
Y así de rápido colgó.
Tae no sabía que hacer, sus ojos comenzaron a arder por las lágrimas, quería ir a su trabajo y traer a su madre enseguida, no quería que estuviera con nadie más que él. La necesitaba tanto a veces.
Sintió algo en su garganta y empezó a salivar fuertemente, hasta que sintió como todo los recuerdos de ayer se iban a ir de su estomago, corrió al baño y plantó su cabeza en el inodoro, vomitando lo poco y nada que había comido ayer.
Al terminar de vomitar todo, su cabeza aun daba vueltas, pero ya no tanto como antes, se sentía extrañamente aliviado.
Tenía que prepararse para ir a su trabajo y con resaca y todo, se ducho y se preparó.
Al mirarse al espejo se dio cuenta de algo, algo que no había visto, y que lo iba a ser recordar al hombre que lo dejaba fuera de sí. J-hope había dejado su rastro en el cuello de Tae, un rastro demasiado grande para poder taparlo con simple maquillaje.
-Hobiie –Dijo Tae, recordando todos los sentimientos que el rubio le había hecho sentir la noche pasada.
Vio su celular y ya era bastante tarde, se amarró una bufanda, percatándose que no se viera la sensual marca y se marchó de ahí, con demasiado sentimientos, J-hope, su madre y su aventura, su escuela, sus abusadores, su padre que ya no estaba, su tedioso trabajo y nuevamente... J-hope.
El lunes llegó lento, al revisar que todo su uniforme estuviera en su lugar, se dio cuenta que estaba ligeramente sonrojado, por todos los pensamientos que pensaban por su cabeza, y que todos tenían relación con el perfecto rubio. Al amarrarse nuevamente otra bufanda para tapar su cuello, se dio cuenta que no era tan frio afuera "perfecto, justo cuando necesito que haga frio, no hay" "esa es mi suerte" Y maldiciendo el clima, Tae se despidió de su adormecida madre y se fue.
-Tae! –Le gritó Jimin -¿Cómo estas? –Le preguntó acercándose.
-Bien Jimin –Dijo Tae abrazando a su amigo –Y ¿tu?, como te fue en la olimpiadas de matemáticas.
-Muy bien Tae. –Le dijo –Aunque no gané el primer lugar –Murmuró desanimado, Tae palmoteó su espalda y estaba a punto de abrazarlo pero Jimin lo paro y le mostró una medalla con una sonrisa de lado a lado de su rostro –Pero gané el segundo! –Dijo.
-Wow! –Dijo el castaño sorprendido por la hermosa medalla –Felicitaciones Jimin! –Dijo el alien y abrazó con todas sus fuerzas a su amigo. Al parecer Tae necesitaba cariño ahora.
El sábado con eso de su madre, su mundo dio vueltas por mucho tiempo, no podía entender como ella estaba con otro siendo que su padre había muerto hace tan poco, como es que se desenamoró tan rápido, como es que le había ocultado eso a su hijo. Cuando su madre llegó al departamento, tuvieron una charla de 4 horas, sin parar, y Tae, lo único que podía hacer ahí era escucharla. Aunque después no podía dejar de llorar en su cuarto. El domingo había amanecido con sus ojos hinchados por todo el llanto, y el lunes no era la excepción. Pero nadie lo notaría, ya que se puso una crema antes de llegar al colegio.
Al llegar a los camarines para cambiarse y hacer deportes, trató de calmar su respiración, ya que sabía que se dirigía a un infierno.
-Taehyung –Dijo Leeteuk. Ya estaba dentro, y Taeyang con GD estaban conversando normalmente. –Toma –El profesor le pasó un papel –Es una hoja de inscripción –Taeyang y GD miraron fugazmente donde Tae se encontraba –Es para que puedas venir a Futbol, estoy seguro de que tu eres la pieza que falta para poder tene...-
-Profesor, yo no puedo –Dijo Tae firmemente, no podía, aunque... Si quería. GD y Taeyang lo siguieron fulminando con la mirada. Tae los miro de reojo y trató de controlar su nerviosismo –Yo... -
-Pero Tae... -Dijo Leeteuk –Eres el mejor futbolista de esta escuela. –Y con eso Taeyang y GD perdieron toda su paciencia. Dejaron sus cosas y se fueron rápidamente al campo a correr las vueltas de calentamiento.
-Lo siento mucho profesor, de verdad me encantaría pero.... –"di algo" –Yo... -"¿qué digo?" –Yo trabajo, trabajo toda la semana –Bueno no era completamente una mentira, pero Tae tenía bastante cosas que hacer, aunque el futbol jamás hubiera sido un problema. –Es por eso que no puedo.
-Ow –Dijo Leeteuk, un tanto confundido y herido por el rechazo –Bueno Tae, si cambias de opinión, puedes inscribirte cuando quiera, ¿De acuerdo? –Y con esto le tiró una sonrisa demasiado brillosa para los ojos de Tae y se fue.
El moreno se quedó solo en el camerín, temiendo lo que podía venir, el profesor había herido el ego de los dos abusadores de Tae y lo peor de todo, es que subió el ego del castaño para poder bajar el de los otros dos.
Sentía demasiado temor ahora.
Al casi terminar la clase, Leeteuk dio una charla motivadora para que este año los futbolistas puedan llegar lejos y así fue como terminó la clase.
Al volver Taehyung trató de irse rápido, lo más rápido posible.
Todos sus compañeros entraban mientras que Tae ya se había duchado y se estaba cambiando.
-Taeyang –Dijo GD.
-Dime.
-¿Qué piensas si comemos alien al almuerzo? –Con eso Tae se paralizo, sus palmas sudaban frio, termino de ocupar todo su bolso con su ropa de cambio y se fue casi corriendo de los camarines.
Al llegar la hora de almuerzo, se fue directamente a la cafetería, quería sentarse con gente, para que ningún daño físico le pasara. Cuando fue a la barra de comida, comenzó a sacar lo menos posible, ya que su apetito estaba en cero por el nudo que sentía en su estomago.
-Hola TaeTae –Esa voz no era de Jin, jamás una voz tan fría podía ser de alguien como el mejor amigo de J-hope.
-Hola –Tae ni siquiera miró arriba, ya que sabía quien era el que le hablaba, era Taeyang.
-Así que... -Dijo Taeyang agarrando a Tae por el codo y atrayéndolo a la mesa donde GD, TOP y otros 2 estaban. Eran todos futbolistas -¿Por qué no te unes al equipo de futbol?
El castaño miró hacia arriba y se encontró con todas las miradas sobre él, palideció, ya que sabía que todo esto era un tono completamente sarcástico.
-Yo...
-Eres el mejor futbolista de la escuela aliencito, únete –Dijo GD, sarcásticamente nuevamente.
-Yo no soy bueno –Dijo inteligentemente Tae, tenía que subirle el ego a los otros –Ustedes son los mejores y...
-Oh Taehyung –Dijo Taeyang, tomando el brazo de Tae demasiado fuerte que hizo que el moreno se mordiera el labio por el dolor. –No peques de falsa modestia... Y únetenos.
-Yo... -Tae miró más allá de donde estaban sentados, quería a J-hope, quería que lo viniera a buscar y que lo salvara, como siempre lo hacía, quería que lo besara, que lo tocara, que le hablara, que le mirara, quería estar con él, solo con él. –No gracias –Y con se paró y divisó que un poco más allá, había un rubio que estaba mirando toda esta conversación, con la típica mirada que hacía temblar a Tae, y también noto como J-hope tenía el brazo de Jin, restringiéndolo que se moviera, y pudo notar los preocupados ojos de este último.
Pero antes de poder moverse de su puesto, Taeyang también se paró, junto con los otros cuatro, y tomó la muñeca de Tae y con una sonrisa en su rostro, como si nada estuviera pasando, se lo llevaron fuera de la cafetería.
-Suéltame –Dijo Tae atrevidamente a Taeyang.
-Ocupa tus habilidades futbolísticas entonces. –Dijo como broma, los cuatro se rieron, pero Tae no lo encontró para nada chistoso.
Se dio cuenta que estaban llegando a la terraza. Al abrir la puerta vieron a una pareja besándose.
-Lárguense! –Dijo GD, haciendo que saltaran de miedo y corriendo hacia la salida, dándole al castaño una mirada lastimosa.
-Te crees genial porque Jin te defendió el otro día –Empezó Top –Sabes que lo único que esos imbéciles hacen es jugar con la gente. No te engañes, aliencillo, ellos solo van a hacerte daño. –terminó, extrañamente dándole un consejo a Tae, que era el consejo universal de cualquier persona que supiera que te juntas con la pandilla de J-hope.
-Pero no te harán tanto daño... –Dijo GD acercándose –Como el que nosotros te haremos a ti.
Y con eso le pegó en el estomago a Tae, haciendo que el otro tosiera por la falta de aire.
-Jajaja... Amo este sentimiento –Dijo GD levantando su puño en forma de victoria. –Ya quisiera terminar mi clase de artes marciales para partirle la cara a ese caballo de mierda -¿Qué?... Ese caballo era... -Odio a J-hope –A Tae le hirvió la sangre. Nadie podía tocar a su rubio amante. No, no iba a permitir que un idiota le diera, aunque sea, un moretón a su Hope, no con esa perfecta piel, tan blanca y tersa como la seda.
Tae hizo un puño y temblaba de lo enojado que se encontraba y lo llevó a la cara de GD tan fuerte, que hizo que el otro se diera vuelta y callera al suelo, casi noqueándolo.
Todos lo miraron con la boca abierta, GD estaba en el suelo con la nariz y su boca sangrando, mientras que el puño de Tae también sangraba, aunque no sabía si era por su propia sangre, o por la sangre del otro. No tenía ni la menor idea que pegarle a alguien podía dolerle tanto.
Su mente terminó de pensar cuando sintió un golpe en su cabeza, tirándolo nuevamente al suelo, comenzaron a patearlo fuertemente en todas partes, su cabeza daba vuelta.
-No le peguen en los huesos –Dijo TOP –No queremos que quede huella.
Y con eso le pegaron en las piernas, en su pecho, y también en la cara, pero jamás tan fuerte como GD, ya que, inteligentemente, sabía que si le pegaban demasiado en la cara, quedaría totalmente morada, creando rumores, rumores que no podían someterse en su estado actual en la escuela.
Top tomó a Tae por el cuello y lo arrastró a un lugar donde dejaban las cosas que ya no servían.
-Esto es para que comiences a pensar –Dijo y con esto cerró la puerta, dejándola con llave, y tirando su celular al suelo, pisándolo violentamente. GD no tomó parte en ninguna ocasión, solo se quedó mirando con los ojos bien abiertos, con su mano en su nariz y boca.
Tae comenzó a llorar fuerte, sentía demasiado dolor en su cuerpo.
Se quitó la camisa del colegio y pudo ver que se formaban los moretones en su estomago y seguramente pasaba lo mismo e su espalda y sus piernas. Su sangre corría levemente por su boca, por el golpe que le había dado Taeyang con su pie. Pero se sentía bien por alguna razón, tal vez era por que vio como GD se derrumbaba debajo de su puño.
Ya había pasado un tiempo y nadie llegaba, había faltado a la última clase, se dio cuenta por el timbre que sonó dos veces, una para entrar a clases, y otra para despedir a los alumnos hasta el próximo día.
Estaba sentado en una caja, aferrado a sus rodillas, con sus ojos llenos de lágrimas aun, su cuerpo le dolía mucho y sentía el sabor de la sangre en su boca. ¿Que podía hacer? ¿Su madre llegaría a la casa preguntando por su hijo? O ¿se dirigiría como todos los días a su habitación, sin percatarse de que su hijo estuviera ahí o no? O tal vez, ¿estaría en la casa de ese nuevo imbécil que ocupaba el corazón de su mamá?
Y se dio cuenta, que cualquier cosa era mejor que estar en su casa. Su madre ya no lo quería como antes, y Tae lo sabía muy bien. Al momento de la muerte de su padre, la madre del moreno cambio demasiado, y cambio aun más en el comportamiento que le daba a Tae. Él ya no era su hijito, su aliencito, su cariño, su Taecito, no... Ya no era nadie para ella. Ella estaba completamente perdida en la depresión, dejando al moreno de lado por el alcohol.
Nuevas lágrimas salieron de los ojos de Tae, y la respiración se volvió inestable por los sorpresivos suspiros que el llanto le hacía hacer.
-Taehyung –Dijo alguien, pero Tae no quería salir, quería quedarse en ese lugar, sombrío y frio, quería estar ahí, su vida ya no era como la de antes. –Tae... -Dijo suavemente la voz. Movió el fierro que Top había puesto en la puerta y la abrió, dejando entrar el viento y la luz del crepúsculo.
-Tae... -Dijo, el moreno tenía la cabeza incrustada en sus rodillas, no quería ver a nadie, quería estar solo... Pero. Al sentir ese olor, al sentir esa presencia abrasándolo con fuerza, su cuerpo se derrumbo contra ese cuerpo, y lo abrazó fuertemente. Aspirando ese olor que lo dejaba noqueado, y tomando la camisa de su rubio con fuerza, penetrando su rostro contra su pecho, y no dejándolo ir, comenzó a llorar, sin levantar la mirada, no quería que J-hope lo viera así de destruido, pero, no podía hacer nada al respecto.
Sintió como el rubio, después de un tiempo, aceptó el abrazo, y acarició la espalda del moreno, algo que hiso temblar al ultimo, pensando en lo que había pasado ese viernes por la noche.
-Le diste una buena paliza a GD – Dijo J-hope, haciendo sonreír al castaño – Te defendiste bien. –Terminó y con esto le dio un beso en la coronilla de su cabeza.
Tae por primera vez lo miró a los ojos, y vio como J-hope se enojó al instante, ya que su mandíbula había pasado de relajada, a demasiado tensa.
-Esos estúpidos la pagaran, Tae –Dijo Hope, tomando el rostro del castaño en sus manos y con un pulgar, quitándole la sangre que aun se encontraba en su labio. –No tienen idea con quien se meten. –Y con esto Hope se inclinó y beso fugazmente a Tae. Fue corto, demasiado corto para el placer del moreno, pero antes de darle tiempo de reclamar, Hope lo tomó por su muñeca, gentilmente y lo paro de donde estaba sentado.
-Te llevaré a tu casa.
Tae no lo miraba, no podía, no quería. Sabía muy bien que sus ojos estaban rojos, y también sabía que si lo miraba, se iba a abalanzar sobre el y besarlo hasta desfallecer.
Asintió y se fue con Hope hacia el estacionamiento.
Pensó que el rubio iba a tener un auto gigante, o un auto deportivo de último modelo, pero en realidad no era nada de eso, si no que era una moto, pero una demasiado bella, esas motos de catálogos, donde los hombres más varoniles la conducen.
-Toma. –Dijo J-hope sosteniendo un casco de color rojo.
-Y el tuyo? –Dijo Tae, aun sin mirar a los ojos al rubio.
- El mío esta en un casillero, si me esperas un momento, nos iremos de aquí rápido. –Dijo, Tae asintió nuevamente. Al minuto Hope llegó con un casco negro, pero de la misma marca que el rojo de Tae.
Se subió y miró al moreno
-¿Te subirás o no? –Así Tae pasó una pierna por encima de la moto de color negro y tomo las caderas del rubio. –Te caerás si no te agarras fuerte.
El castaño agarró la cintura de Hope, pasando sus brazos y casi cruzándolos, ya que, el rubio era bastante delgado. Enterró su cara en la deliciosa espalda del joven y el último comenzó a conducir.
Sentía como el viendo jugaba con su ropa, y su pelo no se movió ni un centímetro, debido al casco.
El olor del otro joven se estaba incrustando en las fosas nasales del menor, sentía como su sonrisa comenzaba a aparecer, después de un largo tiempo, olvidando todo, su dolor en su cuerpo, su dolor por su madre, su dolor por su padre, su dolor por todo lo que estaba pasando ese año.
Agarró más fuerte a J-hope y sonrió al máximo, no sabía que era lo que le hacía el mayor, pero tenía algo, definitivamente tenía algo que hacía enloquecer a Tae.
Al llegar a la dirección de su casa, el castaño se sorprendió al saber que este sabía donde vivía.
Se sacó el casco y se bajo de la moto.
-¿Cómo sabes que vivo acá? –Preguntó Tae.
-¿Qué? –Dijo Hope –Acaso... ¿no lo recuerdas?. –Tae comenzó a sentirse nervioso, ¿Qué era lo que tenía que recordar? Movió su cabeza de lado a lado. –Ahg. –Dijo J-hope en un suspiro cansado –El viernes en la noche, después de lo que hicimos en la pista de baile... - Tae empezó a sentir como la sangre hervía en sus mejillas y la vergüenza llegaba a su cabeza. No podía creer que J-hope lo digiera tan a la ligera, como si fuera que todos los días lo hiciera. –Tu comenzaste a hablar cosas raras, y me di cuenta que ya estabas demasiado ebrio, y yo y Jin te trajimos a tu casa, aunque estuvieras bastante fuera de si, nos diste la dirección correcta. –Ahh... así era como había llegado a su departamento.
Taehyung se sentía demasiado agradecido con el rubio, el de verdad era como su ángel guardián, aunque la gente decía que era un chico malo, Tae sabía muy bien que J-hope tenía un corazón.
-Gra...gracias –Dijo el castaño, por primera vez mirándolo a los ojos, desde la escuela. J-hope no dijo nada y se estaba preparando para irse de nuevo pero Tae agarró su brazo. –J-hope... -Este lo miro intensamente, se podía saborear la tensión sexual que existía entre esto dos. –Yo... este... - "¿cómo se lo digo?" –¿Qui...quisieras co...comer algo en mi departamento? –Finalmente dijo.
J-hope miró al frente por un segundo y después devolvió su vista a Tae, con su casco aun puesto, Taehyung no sabía lo que esta pensando el rubio.
-De acuerdo –Dijo, y se saco el casco y estacionó la moto al frente de el edificio.
Al pasar la puerta principal, el castaño se dio cuenta de lo que había hecho, estaba invitando al chico malo de la escuela a su casa, a su vida, y por alguna razón, no se arrepentía en lo más mínimo.
Al entrar al ascensor, Tae sentía la presencia de J-hope detrás de él, podía saborear esos labios que le quitaron el sueño varias noches. Lo quería, lo deseaba, lo anhelaba.
-Aquí es. –Sacando las llaves de su bolsillo entró a su departamento, dejando que J-hope entrara primero, por supuesto.
Prendió las luces ya que se estaba volviendo de noche y su madre no llegaba, seguramente no vendría hoy, por el hecho de que su "amante" estaba de cumpleaños. Asqueroso.
J-hope admiraba el pequeño departamento, cuando Tae lo sacó de sus pensamientos.
-Quieres... erm... ¿Ramen? –Dijo el moreno, con un asentimiento del rubio, Tae se dirigió a la cocina. Que estaba separada de todas las habitaciones.
-Lindo depto. –Dijo J-hope, DYaehyung lo miró y se preguntó si alguien podía ser tan perfecto como Hope, él estaba inclinado en el marco de la puerta, con sus manos en los bolsillos del pantalón, y estaba mordiéndose el labio, mirando a Tae con una visión de rayos x, que hacían que el menor temblara por los escalofríos que le corrían de pies a cabeza.
-Gra..gracias J-hope. –Dijo Tae. Y con esto trato de seguir en su tarea de hacer el ramen. Hasta sentir las manos de otra persona en sus caderas. El rubio comenzó a besar el cuello de Tae lenta y tortuosamente.
-Todavía no se te va la marca –Dijo Hope roncamente contra la oreja de Tae.
Y besó nuevamente la parte donde Hope había puesto sus labios el viernes en la noche.
-J-ho... -Gimió Tae. Ya no podía retomar la tarea que estaba haciendo, sus hormonas estaban por todo su cuerpo. Hope lamía con su caliente lengua el cuello del castaño, dejando al último en el séptimo cielo.
-Lo siento, puedes seguir –Y diciendo esto, Hope se fue a la sala principal del departamento, dejando a un caliente y sonrojado TaeTae.
-Ya esta listo –Dijo el moreno, dejando los dos platos en una mesita. No quería dejarlo en la mesa grande, ya que, esa era para momentos donde había más gente, pero ahora, eran solamente Taehyung y J-hope, algo que tenía muy nervioso al alien.
-Mhmmm –Degustó Hope –Está muy bueno Taehyung. –Dijo, mirándolo con una sonrisa, esa sonrisa que Tae no olvidaría nunca, no dejaría que alguien se la extrajera de su cerebro por nada del mundo, esa sonrisa que hacía solo para Taehyung. Con sus relucientes dientes, mostrando un poco sus rosadas encías y en sus ojos un pequeño rasgo de arruga al entrecerrar los ojos por sonreír. Era completamente e irrevocablemente perfecto.
Tae sonrió también al ver al contento chico malo.
-Gracias... En realidad es lo único que se hacer. –Dijo Tae, y era la pura realidad, su padre le enseñó a hacer el ramen, el "mejor ramen de Daegu" decía, pero, nunca más aprendió algo de comida. Menos ahora que su padre no estaba, lo extrañaba demasiado.
-Tal vez es el mejor ramen que he probado –Al decir eso, para Hope eran palabras sin importancias, al aire, superficiales, pero para Taehyung, esas palabras eran el paraíso, al saber que Hope lo reconocía en algo era verdaderamente estimulante.
Siguieron comiendo, y después de eso J-hope quería ver la pieza de Taehyung.
-Esta es –Dijo, abriendo su puerta, y el rubio entrando ahí, estaba visualizando todo, como si quisiera recordarlo por siempre.
-No está muy ordenada –Dijo Tae con sus mejillas un poco coloradas, estirando la cama, que era lo que más desordenado estaba, lo demás eran libros, o CDs tirados, unas prendas en el suelo al lado del closet, pero nada más, no había suciedad ahí o algún mal olor. Siempre Tae trataba de ventilar la pieza al salir a su colegio, era algo que hacía desde pequeño.
-Esta bien –Dijo J-hope, tomando un libro del suelo. –¿Te gusta Harry Potter? –Dijo J-hope sorprendido, pero divertido por el sonrojo del moreno.
-Yo... Este... Cuando pequeño... Yo.... –Escuchó la risa de Hope, se estaba riendo, verdaderamente se estaba riendo, no había falsedad en su voz.
- Está bien si te gusta Taehyung. –Dijo este, con esa sonrisa que hacia que Tae dejara de respirar. –No sabía que te gustaba leer, eso es todo. –Dijo, dejando el libro en la mesa de estudio del castaño –Generalmente los chicos de nuestra edad no leen mucho, y se la pasan jugando video juegos.
-Ahh... Bueno –Dijo Tae rascándose la nuca vergonzosamente, en realidad le gustaba leer, era una buena forma de escapar de la realidad. Y los video juegos, nunca fue bueno para eso, sus primos en Daegu siempre le ganaban. –No soy muy bueno para los video juegos. –Dijo con una tímida sonrisa.
-Ya veo
El rubio siguió viendo por toda su pieza, haciendo un poco incomodo al moreno, no quería que el otro se encontrara con "no sé que cosa" que estuviera por ahí.
-¿Vives solo Taehyung? –Preguntó finalmente, una pregunta que no le gustaba responder.
-Yo... vivo con mi madre. –Dijo Tae un poco triste –Pero trabaja demasiado, entonces... no la veo muy a menudo –Terminó, y con esto volvieron nuevamente sus fantasmas, sus dolores.
Sus ojos ardieron nuevamente "¿Por qué ahora me dan ganas de llorar?" "tienes que ser fuerte Tae" Se dijo así mismo. Inclinó la cabeza para que J-hope no se diera cuenta y se dio la vuelta, diciendo que iba a buscar una bebida a la cocina. Al abrir el refrigerador dejó un poco la cabeza ahí, dejando que el viento frio tocara sus calientes mejillas, y abriendo los ojos de par en par para que ese mismo viento, pudiera secar las lagrimas que con tanto fervor querían salir de sus ojos.
Al cerrar el refrigerador se sobresaltó al ver a J-hope ahí, inclinado al lado del refrigerador, haciendo que Tae pudiera verlo con esos ojos inyectados en sangre.
-Tae –Dijo J-hope suavemente, tomando el rostro de este con las frías manos del rubio –No llores –Dijo y con esto chocó sus labios con los de Tae, en un acto totalmente diferente a los besos de antes, era algo más que inocencia, o lujuria, o deseo, o pasión, era algo más, algo mucho más... Profundo.
El beso que J-hope le daba a Tae era lenta y tortuosamente sensual. Las manos de Tae pasaron por toda la trabajada espalda del rubio y consiguiente J-hope pasó sus manos a los hombros del castaño, después a sus brazos, hasta llegar a sus cadera, a las cuales atrajo con un poco más de fuerza hacia él, creando una placentera frotación en la pelvis de los dos. El mayor empujó a Tae contra la pared de la cocina, pero sin separar los labios, el moreno pasó sus manos al cuello blanquecino del rubio e hiso que este profundizara el beso, pero con las lenguas aun jugando lentamente contra la otra, probándose y degustándose con cada lamida que se hacían, tanto dentro como fuera de sus bocas. Sus alientos mezclados al igual que sus sabores, que estaban en la boca de cada uno, los labios de J-hope fueron lentamente al cuello, pasando por su pecho, desabotonando su blanca camisa de la escuela, hasta abrirla casi por completo, J-hope se dio cuenta de los moretones que Tae estaba crenado en su cuerpo, todo era por culpa de esos imbéciles, pasó su lengua por un pezón de Tae, haciendo crispar al otro en placer
-Hope –Gimió Tae. Con una sonrisa siguió el rubio con su tarea, saboreando lentamente el trabajado cuerpo del otro, noto como el moreno tomaba el cabello de este, desordenándolo por completo.
–Eres tan demandante TaeTae –Dijo Hope entretenido por la visión del castaño rogando por que le den placer.
Antes de poder seguir con su tarea escucharon la puerta abrirse del departamento, esto hizo saltar a los dos hombres y comenzaron rápidamente a arreglar sus fachas. Taehyung se abotonó la camisa y trato de arreglarse el cabello, mientras que J-hope solo lo miraba entretenido. Ya que el rubio no se había sacado nada, y su cabello siempre estaba un poco desordenado. Solo lo arregló con sus manos un poco pero nada más.
-¿aliencito? –dijo su mamá.
-Acá! –Grito Tae de la cocina.
-Hij... oh –Dijo una mujer al ver que tenían al alguien más –Tenemos visitas –comentó con una sonrisa en su cara. –Hola –Dijo la madre de Taehyung inclinándose un poco.
-Buenas noches señora Kim –Dijo J-hope. Taehyung se llevó una gran sorpresa, jamás pensó que J-hope se comportaría tan...tan... caballeroso frente a los padres, tal vez era porque no se llevaba muy bien con el profesor de matemática y Tae pensó que Hope era así con todos los adultos, pero se equivocó rotundamente.
-Oh pero que amable –Dijo la señora Kim - ¿No me lo presentaras, hijo?
-EMmh.. err.. si.. Madre, el es mi compañero de colegio, J-hope –No sabía si decir si era su amigo o no, no tenía ni la menor idea de cual exactamente era su relación –J-hope... bueno tu sabes. –dijo finalmente rascándose la nuca y mordiéndose el labio, estaba un poco nervioso por saber que su madre estaba respirando el mismo aire de la persona que le quitaba el sueño.
-Bueno, hijo, me iré a acostar. Que les valla bien –Dijo se inclinó y se fue.
Tae se quedó mirando a J-hope, el cual estaba revisando su teléfono.
-Yo también me voy Taehyung. Gracias–Y al decir esto se alejó del departamento y estaba a punto de tomar el ascensor, antes que el castaño lo tomara por el brazo.
-¿Te vas así nada más.? –Preguntó Tae. Indignado por la rápida y fría salida del rubio
-See. –Dijo, sin ningún arrepentimiento.
-Peroo... Per... -
-¿Qué? –Preguntó J-hope, un tanto cabreado al escuchar tartamudear al chico.
-Pero... no terminam...
-Tae. –Se acercó Hope, para quedar cara a cara con el inocente moreno. –Yo hago lo que quiero, cuando quiero, donde quiero, como quiero, y tu no vas a impedir eso. –Continuó, dejando a un confundido castaño –Así que, si quiero que pase algo entre los dos, es por que yo lo voy a querer, tú no me mandas. ¿Entendido? –Tae estaba completamente en shock, Hope le estaba dando una mirada fría y calculadora, ¿Cómo es que había cambiado tanto? Hace unos minutos estaban a punto de tener algo más que simples besos, y Hope estaba sosteniendo la cara de Tae cariñosamente y estaban en algo un poco más profundo pero... Ahora, todo era frio y calculado, la mirada de J-hope estaba oscura y ennegrecida. -¿Entendido? –Repitió la pregunta, Tae estaba completamente de rodillas por Hope, y si tenía que esperarlo, lo iba a hacer, J-hope era una criatura digna de esperar, y Tae asintió lentamente –Perfecto. –Dijo, devolviendo la mirada al elevador –Ahora, suéltame, me tengo que ir. –Y con eso, Tae soltó al rubio, dejándole el espacio libre para caminar dentro del ascensor que recién se abría.
Y Tae entendió que ese era el precio que tenía que pagar por querer estar con un chico malo. Un precio bastante alto de pagar  

BAD BOY [VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora