Capítulo 3: La madrugada y las desgracias

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Katelyn. Creí cómo una mbécil que iría con toda la alegría abrazarme y susurrar en mi oído de cuánta felicidad le daba al verme. Pasó lo contrario, un acto violento hizo a que yo reaccionará por segundos así esquivando su ataque y que su acción terminará simplemente patética. Abrazó el suelo.

-Con que eres agresiva con la familia, ¿Eh?-Dije así ofreciéndole mi ruca izquierda con la buena intención de poder ayudarla.

La chica de atrás me videaba de una manera contemplada al hecho de esquivar a alguien. Esperen hermanos, no veo cuál es más patética, mi prima o su novia...

De todos modos, la agresividad de mi prima era totalmente incompréhensible y sorprendente ya que en cada reunión familiar, ella era la más callada, educada, tímida y solitaria de la mesa.

No sé demasiado de ella por el misterio que envolvía su carácter débil y reservado, pero algo sí sabía, su familia estaba al borde de la locura y estaba irremediablemente rota su relación con su padre y su hermana. Aun así, prefiero a mi madre que a su padre ya que él no le toma ni la más mínima atención mientras que mi madre actúa en algunas ocaciones cómo
una madre detallista y también tengo la gran suerte de tener un hermano se preocupe por mi a pesar de sus chistes malos y la discriminación continúa sobre el uso de la ruca izquierda.

-¿Eh? ¿Quién eres tú? -Preguntó Katelyn.

La bastarda me sacó de mis explicaciones con su facción de enojo.

-No me recuerdas, que mal...

-Hagas lo que hagas, somos dos y si me haces una estupidez, te juro a que te quedarás hasta sin ropa...

-Calma señorita, si hiciera una estupidez cómo la que hiciste, no me tomaría el tiempo en tenderle la ruca para ayudar a una psicópata. Una psicópata cómo Katelyn.

-Espera, ¿Jane?... lo siento...-Murmuró avergonzada de sus propias palabras.

-Deberías sentirlo que decirlo, así es más fácil de madurar...- Hablé con un tono de burla pero que a esta no lo tomó en cuenta.

Aceptó tomar mi ruca y se levantó de un modo patético.

-¿Qué te trae por aquí?- Dijo arrepentinamente la otra ptitsa con un sentimiento de confianza.

-¿Eh?, ¿Te Conozco?- Pregunté y la videé confusa, ¿Quién cala es está ptitsa?

La chica quedó sorprendida ante mi pregunta y no paraba de repetir mi nombre y el de Alex en voz baja. Es extraña...

-Soy Alexia, la prima de Alex... y Andrew.-Respondió con un tono seco.

-Ah, que bien entonces... espera... parece que tenemos compañía... -Dije un poco sorprendida.

Ellas se dieron la vuelta hacia el vacío y mientras que yo comencé a correr. Ya estoy cansada de estar distribuyendo diálogos a todos...

La brisa que hacía volar mi gloria (cabello) (además que casi pierdo el sombrero) y al igual que mis piernas que daban unos pasos más rápidos que un correcaminos, me sentía viva y libre, lo que más reclamé es lo que más obtuve, LIBERTAD.

Ya habían pasado unos diez minutos que había parado de correr cómo una persona indecente, las chicas no habían pretendido seguir mis pasos entonces ese fue el motivo que no seguí con la carrera.

Me encontraba en una calle muy frecuentada por los brachnos que se dirigían a su rutina, el trabajo...

¿El trabajo a que servía en realidad?¿En gastar la energía propia y su disponibilidad para que se mal interprete cómo una obligación? Que vergüenza me da por ser un ser humano, servimos para satisfacer los gustos de los "superiores" y sus máquinas abundantes de lujos cómo el dengo, petróleo y otras vesches.

~As a Clockwork Orange~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora