Capítulo 4: Un encuentro inesperado

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Una voz muy dulce, más dulce que la azúcar, se escuchaba detrás de esa starria (vieja) puerta pintada de un color blanco, un poco desgastado...

-Andrew, prepara la cena para esta noche, mi jefa vendrá a cenar con nosotros...

-Sí mamá, que te vaya bien en la fábrica!

-Gracias hijo, y recuerda de que hoy asistirás a Clases!

-Si, si, mamá, adiós!

En ningún momento la puerta se abrió, supe que era la señora DeLarge por como la llamaba su hijo, se notaba que había tomado la habitud de hablarle a la puerta de entrada como si fuese una habitación de más de su apartamento. La ultima vez que la vi, tenía el litso ( cara ) pálida, con unas lágrimas que salían sin parar, como una cascada. Tenía un vestido azul con rayas amarillas y encima, su delantal grasiento color mostaza, a ella le encantaba cocinar en aquella época lejana. Me acuerdo de ese instante cuando iba a quitar el piso 11 del edificio 18 de la calle Rimbaud, si, ahí fue cuando ella me abrazó por un largo rato, hasta insistió a mis padres a que me quedara con ellos, ya que yo era una hija más para su familia. Pero mis padres negaban una y otra vez como una máquinas que sólo sabían hacer eso. Alex y Andrew no se encontraban en el apartamento, ellos estaban en la casa de su abuelo. Mi hermano lloraba porque tampoco se quería ir, claro, chilló y crichó (gritó) hasta que llegamos a la nueva casa, ahí noté que paró y se alegró al ver aquella casa de lujo que se presentaba delante de nuestros grandes y indefensos glasos (ojos) y allí concluí qué mis padres no sólo habían comprado la mansión, sino también a mi pequeño hermano y eso me había enfadada demasiado, tan molesta estuve esa noche que preferí dormir en el auto y no comí más que el emparedado que me había dado la señora DeLarge con tanto amor y la botella de agua fresca que había metido en mi mochila.

-¿Jane? ¿Que pasa? -Preguntó el rubio con una cara de preocupación y poniendo la leche en la mesa.

-Recordando algo que no vale la pena que lo mencione.

-Yo quiero saberlo, ¿sabes? Puedes contar conmigo, yo no te traicionaré, no te preocupes. -Dijo Andrew poniendo su mano en la mía.

-Yo...yo... recordé cuando me había ido, fue horrible, recordé a tu madre que me abrazó y a Chandler antes que cambiara, todo por esa estupida casa...-dije, estaba al borde de llorar, no soportaba de que mis padres fuesen tan manipuladores con nosotros...

Sin haber terminado de hablar, Andrew me abrazó tan fuerte que podía oír sus latidos, el gimió un poco a causa del dolor de los tolchoques pero a mi me excitó un poco, era la primera vez que sentía algo así pero tuve que volver a la normalidad...

-Jane, pobre Jane... fuiste tan manipulada...

Ahora slucé un ruido suave que cada vez se hacía más fuerte, me encantaba eso, pero "el ruido" se paró y se slusaba unos pasos en el techo, supongo que es el señor Deltoid...

Miré por la ventana y pude ver que ya la lluvia se había marchado y que el cálido y bolche (grande) sol contemplaba de nuevo en todo Londres, curiosa parte del destino, siempre tiene un plan debajo de la manga, no le importa como eres, como estás, donde estás, ni con quien estás, siempre se saldrá con las suyas para que pensemos con nuestros rasudoques (cerebros) que 《fue por casusalidad》. A mi no me engañas destino, se que te puedo manejar a mi manera, siempre lo he hecho sólo que hoy me descuidé un poco...

Andrew paró el gran abrazo, si se le notaba que le dolía. Nos separamos, lo vidée ( vi ) y el tenía un rasguño rojo en su litso, horrible...

-Andrew, Mael te rasguño bien feo, nunca pensé que fuera tan lerdo...

~As a Clockwork Orange~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora