-Te gustaría...-miraba sus dedos que jugaban entre ellos mientras que yo lo observaba atentamente a su cara.
Mientras, vi en la mesa un numero telefónico que marcaba " No olvidar: Casa", era obvio que era de su casa, quizás el no se acuerde tanto, al igual que yo.
Marqué el numero en la palma de mi mano izquierda porque a lo único que me sirve es de "post-it" y de sostener los cubiertos para comer. El silencio reinaba, ni un sonido se slusaba en la gran habitación, solo se slusaba el klaxón de los autos y los gritos de los nadsat (adolescentes) que pasaban en las calles invadiendo la calma de la ciudad.
Terminé de escribir, lo miré de nuevo a los glasos ( ojos ) y no, no soltaba nada del gorlo (garganta), tenía la mirada perdida como si el estuviese perdido en su universo a el. Ese lugar en que nunca descubriré.
-Andrew, dime, me estas poniendo nerviosa..-Dije, rompiendo el silencio.
Me miró avergonzado.
-Jane, no, no creo que seas capaz de estar en una schaica (pandilla)...
¿Que es lo que acaba de decir? ¿Que soy incapaz de ingresar en una schaica?
-¿Dudas de mis capacidades?- Respondí molesta, eso si que me enoja bastante, creer que nosotras las mujeres somos indefensas, el, el "macho"...
-No, no... lo siento Jane, no quise que lo interpretaras así, créeme, no soy un machista. El problema es que necesito alguien para pertenecer a mi schaica (pandilla) pero no creo que te guste...
-Espera, ¿cuantos son?- Pregunté con un tono seco, todavía estaba molesta.
-Somos tres, falta una persona para que podamos ser un equipo completo.
-¿Y crees que no soy la persona correcta? Sé sincero conmigo...
-Bueno, ok. No te veo como una chica que le guste la bitha (pelea) y eres muy linda para que cualquier veco (sujeto) te tolchoque (golpee) con sus rucas (manos) grasñas (sucias), ¿Entiendes?, lo único que quiero es defenderte...
Lo miré, nunca creí que todavía fuese tan protector conmigo cuanto a Alex, ya ni se acuerda de como me llamó. No podía seguir molesta si el solo quiere mi bien, pero el problema es que me gustaría entrar en su schaica para ver como se siente y para eso, necesito insistir.
-Andrew, no es una mala idea, por favor te lo suplico, quiero entrar! Puedo defenderme sola!
-No Jane, arriesgas tu vida si entras, no es un juego...
-Pero si dices que arriesgar tu vida es un peligro, entonces, ¿porqué tú arriesgas a tuya?
Se quedó mirando me a los glasos, sin palabras es lo que yo no le había dejado. Reflexionaba para responderme algo idiota.
-No sé. No tengo la obligación de explicarte y no lo haré.
-Por qué? Te molesta explicar de como lograste a Entrar? Recuerda Andrew, yo no soy un militso (policía). No tengas pena.
Sentí un escalofrío en mi cuerpo, siento que esto no va a terminar bien para mi.
-Basta! Deja de insistir! Abre los ojos, nos encotramos hace unas horas!- Crichó el rubio, sus manos temblaban de la furia y la verdad es que no sé cómo puede estar furioso.
Andrew se levantó y para que me sintiese inferior a el... Tomé un papel que tenia en mi bolsillo derecho, desvíe la desagradable mirada de Andrew y comencé a notar el teléfono de mi casa y la dirección. Andrew siempre frente a mí arrojó las chaschas ( tazas )al piso y desparramando el moloco en la alfombra, un verdadero idiota. Terminé de escribir, lo miré y el me hizo una sonrisa psicópata, le tendí el papel.
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~As a Clockwork Orange~
Ação《Cuándo una simple decisión cambia una vida》 Historia inspirada en "La naranja mecánica" de Anthony Burgess y de la película de Stanley Kubrick. Jane Holbrook,14 años de edad, estado unidense integrada en la sociedad inglesa a la edad de 6 años. E...