Capítulo 2: ...ser algo más "sencillo"...

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-No, hablo de alguien que yo conozco y que hoy es su día...-Prendió el motor y comenzó a manejar-.

-¿Cómo así? ¿Hoy es día de spaghetti en el comedor?

-¡No! Hoy es el cumpleaños de Jessie! ¿Lo habías olvidado?

¡Oh mierda! Se me olvidó por completo, sabía que no tuve que haber estado toda la naito ( noche ) en la tele peleándome con mi hermano. ¿Que haré? Creo que después de las clases, tendré que hacer un maratón para buscar su regalo y lo peor de lo peor es que no sé si traje mi dengo (dinero) y tampoco sé que regalarle. Soy un desastre como amiga, quisiera alguna vez haber sido un malchico (muchacho)...

-Mael, sí. Aplaude si quieres, soy una idiota...-respondí-.

-Eh... vas a tener problemas... al menos que vayas al centro comercial conmigo, a mi también se me olvidó.

-Entonces eso quiere decir que somos dos... y ahorita no está abierta la panadería?

-¿Para que quieres ir a una panadería?

-Para comprar pan, ¡idiota!

-Tu si que eres un caso perdido, hasta en FBI abandonó tu caso...

-Pues el tuyo hace parte de los casos X ya que no vienes de nuestra galaxia.-Reí-.

-Si, solo vine a ver si había vida aquí -tocando mi golová ( Cabeza )- pero creo que el viaje fue un desperdicio porque no hay ni la sombra de un seso dentro de esa cabeza con pelos...

-Ah, ¿Por qué tu ya haz visto dentro de mi cabeza?

-No, tan solo por verla de afuera se puede ver que ese cráneo pide auxilio...

-Shhh, silencio marciano, ya has dicho mucho por hoy. Mejor llévame a la panadería y te compro unos dulces para que controles tus crisis de sarcasmo...

-Bueno, te espero aquí, terrícola.

-La próxima vez te regalaré un mapa.

-¿Por qué?

-¿Por qué?- imitando su voz con un tono de burla-. La panadería no está aquí y ademas, desde cuando conduces?

-Pues, mi padre se las arregló con la escuela de conducir para que sacara mi licencia de conducir en temprana edad... tu ya sabes como es mi padre, lo que quiera su hijo, el padre se lo regala...

-Un consejo, no abuses...

Había algo que no me gustaba de Mael, el abusa de la generosidad de su padre, claro, es clase alta y a todos aquellos que nacieron en su cuna de oro con sus juguetes de porcelana, sus mantas de seda y sus ropas exóticas, nunca pensaron en ser algo más "sencillos", siempre necesitan marcar la diferencia con los demás, tratar de ser superior sin saber que todos somos seres humanos, seguro que eso, alguna vez en la chisna ( vida), Alex lo habría dicho ya que el era más "filosofo" y el "sabio" de nuestro trío...

-Jane, tu sabes bien, mi padre siempre sabrá como satisfacer mis gustos sin que me lo pidiera...

-Ok, bueno. Aquí hay un puesto.- Dije con un tono seco.

Mientras que Mael buscaba un puesto, no dije nada, solo veía a la gente que salía y entraba de la panadería, pero en un instante, alguien quien se me hacia familiar salía de allí con una baguette y una bolsa quizás de pastelillos y esas vesches (cosas), él tenía el cabello largo y castaño ya que la moda de ahora es de que le crezca la gloria (cabello) hasta al lóbulo de las orejas, un abrigo que parecía de la época de la música clásica como Mozart, Bach, Beethoven... eso si que era raro; ¿será una señal? ¿Necesitaría saber de esa persona que va caminando odinoco (solo) por las calles de Londres?. Necesito saber, necesito ir pero si voy, quizás Mael le diría a mi madre a que estuve con alguien sencillo y ella quizás me mataría.

Iré un dia odinoca por la mañana, puede a que lo vea de nuevo por aquí.

-¿Estas aquí?

-Eh si, ¿Por qué?

-Se hace tarde, ve y compra rápido...

Fui, mi dengo ( dinero ) estaba en mi bolsillo derecho, caminé derecha hasta aquel lugar donde el letrero decía "panadería". Abrí aquella puerta de vidrio que tenía huellas de manos de todos los tamaños, grandes, pequeñas, dedos largos e cortos, quizás mucha gente frecuenta este lugar. Al entrar, había una campanilla que sonaba, eso anunciaba la llegada de un nuevo cliente y claro, era yo...

Un amable joven pelirrojo con unos ojos color esmeralda atendía a una babuchca (anciana) que compraba una tarta de fresas con unas galletas con chispas de chocolate, tardó en contar cada centavo que tenia que pagar pero al menos no era de esas que se les olvida y comenzaban a contar repitiendo el mismo gesto una y otra vez...

Cuando se fue, el joven soltó un suspiro de cansancio por solo haber contado por un largo rato las golis (unidad de monedas) de un céntimo. Yo sólo smequé, el joven me atendió por unos 5 minutos y yo ya casi iba a dar el dengo pero alguien entró y el joven miró sorprendido y le sonrió complice a aquel veco (sujeto) que se hallaba espalda a mi.

Me dí la vuelta y era...

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Les gustó? Duré un poco menos que los demás... a mi me encanta Jane de todos modos...

~As a Clockwork Orange~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora