CAPITULO 20

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Un mes ha pasado de la muérete de Oona, se me ha hecho muy difícil para mí superar su muerte. Han pasado muchas cosas desde ese día, no he vuelto hablar con Eric; cosa que deseo día a día. En la firma de abogados voy bien... Bueno no tanto, quizá me atormenta ahora el temor a fallar en cada paso que doy.

En todo este largo mes no he visto a nadie de la familia, a Alexa la despedí; no quería a nadie cerca de mi, con suerte soportaba las personas en la oficina. Me han llamado han insistido en que sea la misma, pero yo me opongo a ser la misma, yo era responsable de ella y ella ha muerto.

«Es mi culpa»

Es algo que repito diariamente en mí mente, quizá si le hubiese prestado un poco más de mi atención ella no estaría dos metros bajo tierra; quizá uniese llegado a saber que tenía pareja o algo así...

Miro el reloj y son las 17.23

– ¡Perfecto!– exclamó internamente.

Agarro mi bolso que siempre meto en uno de los cagones, meto en el todo lo que tengo encima de mi escritorio: papeles importantes, carpetas, mi laptop, mi cargador y por último mi celular. Me levanto arreglo mi vestido negro con mangas que llevo y me dirijo al baño; debo arreglar mi maquillaje.
Dentro en el baño abro una pequeña repisa en la cual tengo maquillaje de emergencia, también, perfectamente doblado unos cuantos vestidos y ropa interior. Uno nunca sabe... Me miró al espejo dando pequeños retoques a mi rubor, pongo labial rojo en mis labios, una pequeña base de rímel y estamos okey. Me detengo en mi pelo dándole un poco más de movimiento a mis ondas que ya se estaban deformando, arreglo el escote de mi vestido haciendo que mis pechos se noten un poco más.

– ¡Qué gastadora de dinero!–chilla mi subconsciente.

Me distraigo de mis pensamientos al escuchar unos gritos provenientes de la puerta de mi oficina, escucho la voz de Danna y de alguien más que no logró percibir, así que decido salir.

— Señor, no puede entrar entiéndame, la señorita Grey no lo puede atender...— escucho que Danna dice mientras me introduzco en mi oficina.
— Danna ¿Qué son todos esos...— me paro en seco al ver a quién tengo frente a mi.— ruidos...— digo susurrando.— Ándate Danna...
— Si... señorita— dice nerviosa.

Aún no puedo creer quien tengo frente a mi, a quien creí un fantasma, a alguien parte de mi pasado, un simple recuerdo está ahí parado frente a mi; con un traje de corte, bien perfumado, su cabello en un perfecto peinado hacia los lados, barba de unos cuantos días y con unos ojos que inundan de rabia.

— ¡Tu eres la culpable de todo!— me grita.— ¿¡Por qué no la supiste cuidar!? ¡¡¡Tan difícil era!!!

Mi boca no podía emitir ni un sonido, estaba anonada al verlo de nuevo frente a mi. Estaba en un shock emocional. No sabía si odiarle y gritarle por todo o amarle y lanzarme a sus brazos. Así que decidí estúpidamente:

— Jacob...
— ¡TU ERES LA CULPABLE!— sigue vociferando.
— Jacob...
— ¿Es lo único que me dirás acaso?

Entonces en ese momento mi cerebro reacciona.

— ¡¡Eres un estupido!!— le grito.— Como te atreves a venir y echarme la culpa a mí cuando sabes que tu eres el único culpable. ¿Acaso no sabes cómo Oona se puso al enterarse por ti mismo que te casaste con Elena?— mi respiración se acelera por tantas cosas que tengo guardadas para él.— ¿Acaso no sabes cómo estuve yo? ¡TÚ!— le grito y le golpeó en el pecho— eres el único culpable aquí...

Ubico una mano en mi cadera, otra en la cabeza y me detengo respirando. Aún no puedo creer que lo tengo frente a mi y de la peor manera.

Él sigue ahí parado sin emitir ni una palabra... Solo mirándome con, acaso ¿Odio?

Phoebe Grey: El Origen de sus Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora