CAPITULO 15

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—Hola...—dije.
—¿Qué haces por estos lados?
—So...sólo venía a ver.
—¿Estás nerviosa? Mi presencia te pone nerviosa ¿acaso?—me da vuelta y me pega a su pecho.

Espalda con pecho...

—No...—carraspeo—Solo que nadie se me había acercado.
—Eres muy inocente y pura para estar aquí...—me dice pegando su boca a mi cuello.
—S...si...
—¿Quieres que te enseñe?—me pregunta.
—S...si...
—Confía en mí pequeña inocente...
—S...si...—Es lo único que sale de mi boca.

Soy débil... Pero este hombre me hace ser débil. Así como estaba de espaldas a él nos dirigimos hacia las cortinas, en el camino hacia las cortinas va dejando leves besos en mi cuello. Siento como mis bragas se humedecen con cada beso. Al pasar las suaves cortinas de gamuza queda frente a mí un pequeño pasillo largo y ancho la cual se une a un largo círculo que tiene varias  habitaciones, me quedo ahí quieta asombrada con todo lo que hay ahí dentro.

—¿Sorprendida?—me pregunta cerca de mi oído. Yo solo asiento.

Aún no puedo verlo ya que la luz es de un rojo tenue. Las habitaciones están separadas por cortinas y solo cuatro con puertas. Es como si nadie estuviera aquí... Pero lo peor es que si están aquí muchas personas.

—Esas son comunitarias, cualquier persona entra...—dice a mi oído. Yo solo asiento.—Esas con puerta son privadas, pero las puertas son sin seguro, ves eso de ahí...—asiento—Lleva a las habitaciones de BDSM...—me tenso un poco—Alguien como tú no debería estar aquí...
—Nadie... Me obligó...
—Eso espero...pero tú no eres de estos lugares...Ven vamos...

Me agarra de la cintura y nos dirigimos a una de las habitaciones comunitarias. Al entrar a una de las habitaciones dentro se ven tres canas redondas, tres duchas, tres yacuzzis. Todas las camas están ocupadas menos una y nos empezamos a acercar a ella... Al lado de la cama hay una mesa con una pequeña canasta con paquetes  plateados y además algunas botellas de agua y toallas. Las luces hacen que el ambiente sea erotico, el olor a sexo y los gemidos invaden el ambiente y lo hace muy excitante. El chico desconocido me tira a la cama quedando boca arriba.

—¿Quieres de verdad esto?—pregunta y yo solo asiento.—Tomare eso como un sí...

Se acuesta encima mío sosteniéndose con sus codos a ambos lados de mi cara pega su nariz junto a la mía, su aliento golpea mi rostro. Su olor junto al olor de sala se hace embriagante y dulce.

—¿Estás segura?—pregunta y yo respondo arqueando mi espalda haciendo que mi pelvis toque su ya prominente ereccion.—Eso será un si...

Torpemente su boca choca con la mía dándome un ferviente y apasionado beso metiendo su lengua, sentía como ella violaba mi cavidad bucal, se sentía tan bien, mis manos subieron hasta su cabellos, sintiendo la suave cabellera que poseía. Sus manos bajaban por mi cuerpo hasta llegar a mi falda y metiéndose dentro de ella, en un abrir y cerrar de ojos su mano ya estaba tocando mi húmedo centro de placer, se sentían tan bien sus suaves y gruesos dedos tocándome... El beso era cada vez más intenso. Uno de sus gruesos dedos se adentró en mí y gemí de placer... Me daba estocadas profundas y placenteras con sus dedos, seguido así hasta meter tres dedos... Los cuales hicieron que me viniera.
Empezó a sacarme la falda junto con el top y yo hice lo mismo con toda su ropa, él estaba ahí frente a mí con su gran, grueso y venudo falo...Es más grande que el de Jacob–pensé– mi boca se hacía agua quería tenerlo en mi boca, agarro un paquetito plateado de la canasta y los rasgo, al momento en que se lo iba a poner yo extendí mi mano agarrando su ereccion impidiendo el paso del preservativo.

—¿Estás segura?—pregunta.
—Si...—digo asentando mi cabeza.—Yo...yo me cuido.
—Bueno...

Volvió a ponerse encima de mi apoyándose con uno de sus codos, mientras que con su otra mano agarraba su miembro y lo adentraba en mi... Empezó con estocadas suaves y lentas, estas me hacía alucinar. Este hombre lo hace bien...
Después de unos minutos empezó con movimientos más rápidos y rudos haciendo que de mi boca salgan gemidos, los cuales me excitaban cada vez más. El bombeaba y bombeaba dentro de mi, su ritmo empezó a cambiar frenéticamente, mi cuerpo se acoplaba al de él haciendo que seamos un dúo perfecto, su miembro duro y grueso dentro de mí se sentía tan bien, me llenaba, me sentía cómoda, me sentía en casa... Las estocadas rudas seguían haciendo que me llene y me vuelva loca de placer, mi cuerpo seguía por inercia, yo estaba en otro mundo, en el mundo del placer, nuestras respiraciones eran entrecortadas, nuestros alientos, nuestros besos, raramente él no alejaba su mirada de la mía y eso me excitaba mucho. Él me desea y yo lo deseo, eso es lo que importa... Cada que terminaba dentro de mi, sentía como su líquido caliente se derramaba dentro de mi.
Después de tantas horas,minutos, segundos... No sé cuánto tiempo de placer, de unir nuestros cuerpos, su olor a sexo mezclado con su perfume invaden mis fosas nasales haciendo querer esa esencia guardada en un frasco. Es el olor de los dioses.
Estamos acostados en la cama de sábanas de seda, las luces están apagadas, se puede escuchar los gemidos y gritos de los demás que están a nuestro al rededor. Estoy frente a él, al hombre extraño. Estoy con mi frente apoyada en su pecho, cansada de tanto sexo con el; hemos estado aquí quién sabe cuántas horas... El con su mano traza pequeños círculos en mi cadera desnuda pasando por mi tatuaje. Yo solo me dejo envolver por su olor...

Phoebe Grey: El Origen de sus Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora