CAPITULO 22

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— Nena despierta...— escucho a lo lejos— nena... Amor... Princesa...— siento unos labios en mi cara.— Se que estás despierta Phoebe...
— Sigue besándome...— hago pucheritos.— sigue...— abro los ojos observándolo.
Observando al amor de mi vida. Mi futuro esposo.
—  Willkommen bei mir zu Hause, Prinzessin[1]— dice en alemán.
— Te amo Eric... Pero déjame dormir un poco más.— digo acurrucándome en el asiento.
— Nena estás durmiendo mucho últimamente...— besa mi frente.— Vamos Norbert nos está esperando con las maletas ahí dentro.
— ¿Ya estamos en tu casa?— pregunto.
— Si amor, por eso debemos bajar.
— ¿Cuándo estemos dentro podré dormir un poco más?— le hago ojos de gatito.
— Obvio primero cenamos y después podrás descansar.
— ¿Podré esquivar la cena?— mencionó ya saliendo del auto.
— Tu padre me dijo que no te dejará pasar ni una comida del día...— agarra mi mano y empezamos a caminar.
— Pero él no está aquí...— le doy una gran sonrisa.

La casa es la más hermosa por fuera, tiene un gran prado lleno de un espeso manto verde, al rededor de la casa está adornado por unas rosas rojas; más rojas que la sangre misma. Un perrito viene corriendo hasta Eric, el cual saluda con mucho mimo.

— Hola Calamar— juega con el perro.— yo también te extrañe pequeño.
¿Calamar?— pregunto divertida tratando de alejar al perro.
— Se lo puso Flynn de niño, nena no te hará nada
— Ahora entiendo...— vuelvo a esquivarlo.
— Nena no te hará nada...— dice Eric mientras damos vueltas, ya que yo lo estoy tratando de esquivar.
— Nunca he tenido un... Aléjalo Eric...— me lanzo en sus brazos subiendo mis piernas.
— Vamos...— me sube en su hombro como un saco.— Quiero que conozcas mi hogar, donde crecí...— comienza a caminar y me da una nalgada.
— ¡Eric!— pego un chillido.

Entramos y me sorprendo a ver una casa igual o más grande que la mía por dentro; obviamente la estoy viendo de cabeza así que no logro ver del todo completa la casa. En la posición en la que estoy logró divisar unos zapatos; no puedo descifrar si son de sus hermanos o de su papá.

— Eric bájala— escucho la voz divertida de Jud.
— Bueno, bueno— rechista como niño y me baja.
— Hola Eric, Jud...— los saludo sonrojándome. Jud tiene una sonrisa divertida en su cara.— Disculpen a Eric, pero es un niño aveces.
— Te comprendo cariño, eso ya es algo de los Zimmerman...— dice abrazando el torso de su esposo.— Son cariñosos, infantiles, cuando quieren mala leche, pesaditos y unos completos gilipollas.— dice lo último mirando a su esposo.
— Bueno, bueno mucha platica aquí y poca acción— dice el señor Zimmerman.— Vamos a la mesa.
— Vamos.— dice mi querido y guapo alemán. Me agarra de la mano.

Cuando llegamos a la mesa, están todos sentados. El señor Zimmerman se sienta en la cabecera de la mesa, Jud al lado derecho de él y le sigue Paul, Hannah está en el lado izquierdo y le sigue Flynn. Me siento al lado de Paul, mientras Eric se posiciona frente a su papá. Me sorprende ver el gran parecido entre ambos.
Estamos divertidos hablando esperando que nos sirvan. Entra una señora; que por lo que sé es Simona, ubica frente a cada uno de nosotros un plato, se ve delicioso. La boca se me hace agua de solo verlo, no como desde el avión y de eso ya han pasado unas ¿Cinco horas?, que se yo, solo sé que tengo hambre.

Son tus pequeñines hambrientos...– dice mi subconsciente.

Todos nos preparamos para comer, este gran delicioso plato, del cual aún no sé el nombre. Agarro mis cubiertos y me propongo a comer cuando la voz de Eric hace que ponga toda mi atención en el.

— Es rheinischer sauerbraten[2]
— Aja...— digo mientras pruebo bocado de esta rica y deliciosa comida.

Meto un pedazo de esta rica carne a mi boca, la cual se deshace por completo llenando  de placer a mi boca, esta se apunta a la lista de carnes más deliciosas que han pasado por mi boca; obviamente quedando la de Eric en la cabecera de la lista...

Phoebe Grey: El Origen de sus Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora