Apocalipsis ( Baekyeol & Kaisoo)

IV

POV KYUNGSOO

Un asesino es considerado por el mundo convencional como algo casi monstruoso, pero un asesino en sí mismo es sólo un hombre ordinario... Es sólo cuando el asesino es un buen hombre que puede ser considerado como monstruoso.

Mi cuerpo estaba frío, mis manos callosas y mi pelo empezaba a pegarse en la frente incomodándome. Unos hombres enmascarados arrastraron el cuerpo de Baekhyun fuera del camión. Después yo fui el siguiente.

Solía ser muy perspicaz y deduje enseguida que tanto Baekhyun como yo habíamos sido conducidos por diferentes caminos dentro de ese infernal agujero negro llamado '' Casa de subastas humanas. '' No sentía miedo, ¿por qué debería? Al contrario estaba interesado y curioso, ¿qué clase de persona deseaba comprar a alguien como yo? Ese tipo de preguntas no paraban de circular por mi mente vacía y oscura.

—Me pregunto qué habrá visto Kai en él. —susurró uno de los hombres que transportaba un lado de mi jaula. Note como el segundo me observa detrás de esa estúpida máscara oscura repleta de plumas y lentejuelas brillantes.

—Tal vez Kai se aburra, ya sabes dicen que hasta Park está hoy asistiendo la subasta.

— ¡Park está aquí! Los dos mejores asesinos de Arizona reunidos, ¿qué mierdas estará pasando en la ciudad?—añadió asombrado.

—No lo sé, pero algo no huele muy bien en la zona. Hace tiempo que ninguna de las dos bandas realiza un movimiento y huele a que se avecina una guerra en Arizona por la supervivencia, ¿no crees?

—No estoy en ninguno de los dos gremios. Nunca me ha gustado eso de la supervivencia en manada. —rió exageradamente, agache la cabeza y escuche atentamente aquella información tan valiosa. Memorizando por si en un futuro me serviría.

— ¿Adónde dijo Kai que le lleváramos?—preguntó el más cercano a mi cuerpo, el cual lucía la máscara totalmente grisácea.

—A la sala de venta. —respondió el de la máscara de plumas. Conforme caminaban conté un total de 13 puertas, doblaron tres veces a la izquierda y una a la derecha. Cuando por fin llegamos a el endiablado destino, los dos exhaustos dejaron caer mi jaula contra el suelo provocando un sonido ensordecedor en la pequeña sala vacía de personas.

— ¿Por qué no hay nadie?—preguntó el de la máscara grisácea.

—Tal vez os habéis confundido. —hablé por primera vez, ambos clavaron sus ojos en mi cara.

— ¡Cállate escoria!—escupió, esboce una sonrisa y eso les perturbó a ambos. De la nada la puerta se cerró de golpe, ambos se dirigieron hacía esta, pero no consiguieron abrir la puerta metálica.

— ¡Qué mierdas está pasando! ¿Por qué nos han encerrado?—el chico de la máscara grisácea se retiró el antifaz y pude ver su expresión humana... O tal vez no tan humana. Era más alto que el otro, de pelo castaño, cara ovalada y grandes ojos así como finos labios.

— ¡Jin maldito no te retires la máscara!—rugió el otro observándome de reojo, me crucé de piernas y admire la desesperación que consumía a los dos. Tan divertido, pensé.

— Sabes que odio estar encerrado, soy puto claustrofóbico. —escupió casi jadeando. El bajo se retiró también la máscara y la lanzó al suelo con brutalidad. Este lucía el pelo negro, grandes ojos oscuros y una cara más redondeada. Los dos parecían simples adolescentes.

—Cálmate Jin joder. Se darán cuenta de que no estamos en nuestros puestos diarios, vendrán a buscarnos. —reí bajo, no comprendía por qué hacían tanto drama de una pequeñez como estar encerrado en una habitación aunque quizás yo era el extraño... Quizás yo sea el anormal.