Apocalipsis ( Baekyeol & Kaisoo)

VII

POV CHANYEOL

A veces estoy como en un infierno y no me lamento. No encuentro de qué lamentarme.

El calor de un segundo cuerpo junto al mío era algo que no había experimentado desde hace mucho tiempo. Abriendo las sábanas de mi cama pude ver a Baekhyun de pie en la habitación mirando de reojo mi arsenal de armas colócalo en el suelo.

— ¿Vienes o no?—rugí alzando una ceja, los ojos de Baekhyun viajaron más rápidos que la luz por mi habitación y se sentó en la esquina de la cama tímidamente. Suspire y agazapándome sobre la cama a cuatro patas estire un brazo y rodee el cuello de Baekhyun empujado este hacía atrás y apoyando su cabeza bruscamente sobre la almohada. Luego, giro el cuello y me miró sorprendido.

—Sigo teniendo hambre. —me apoye sobre un brazo y le miré con intensidad buscando las palabras más adecuadas para no ofenderle... Bueno, ¡eso qué más da!

— Eres un puto contaminado, no puedes comer a la ligera, varios alimentos están prohibidos. —le gruñí, mi tono de voz pareció molestarle ya que cogió las sábanas con sus manos y se ocultó refunfuñando.

—Llevo tres días sin llevarme siquiera un mísero trozo de pan a la boca, no te puedes ni imaginar la horrible sensación que padece mi estómago. —gritó, con la mirada vacía me acomode en la almohada mirando el techo.

—Me hago una idea de cómo te sientes. —mi voz sonó muy quebrada.

— ¡No, no te lo puedes ni imaginar!—volvió a gritarme removiendo su cuerpo bajo las sábanas. Sonreí de perfil y estiré mi pierna debajo de la colcha hasta llegar a la espalda del bajo y proporcionarle un golpe.

— ¡No me alces el tono!—escupí entre dientes, Baekhyun no dijo nada así que supuse que estaba ofendido — Mañana te buscaré algo de comida, ahora sólo duerme, ¿puedes?

—Lo intentare. —murmullo, apague las luces y cerré los ojos alejándome hasta la otra esquina de la cama y dándole la espalda al bajo pelirosa. Pasaron varios minutos silenciosos y me empezaba a incomodar que Baekhyun no parara de cambiar la postura debajo de las sábanas.

— ¡Puedes parar quieto!—gruñí destapándome, note como el bulto bajo las sábanas se movía, en un arrebato de rabia y cansancio decidí que era hora de que yo interviniera. Cogí las sábanas con las manos y se las arrebate.

— ¡Uhg! ¡No, las sábanas!—gritó enfadado, este se sentó sobre la cama y pude ver su silueta en la oscuridad.

— ¡Qué te ocurre maldición! ¿Por qué no puedes dormir tranquilo como todo el mundo?

—D-dame mis sábanas. —jadeo cogiendo la tela con las manos y estirando de ella.

— ¿Cómo?—alce una ceja y golpee su mano con la palma de la mía, este la retiro ágilmente—, ¿quién te crees que eres? ¿El príncipe de Corea? Mira, que te haya tratado bien hasta ahora no quita que tú seas un puto enfermo que acabará comiendo carne humana, no sé si te estás haciendo una idea equivocada de mi pero mi amabilidad y paciencia tiene un límite y tú en menos de un día estás haciendo estallar mi balance. —sentí como un peso abandonaba la cama y pude ver la silueta de Baekhyun correr hacía la puerta. ¡Mierda!

— ¿A dónde crees que vas?—le pregunté en un tono de voz lo suficientemente agresivo, la silueta salió de la habitación y cerró la puerta de un portazo. ¡Será cabronazo el pelirosa este! Como un huracán me levanté de la cama y cogí el pomo de la puerta estirando de él pero la dichosa puerta no se abría.

— ¡Déjame!—chilló, entrecerré los ojos y conté hasta tres intentando calmar mis ganas de destrozar todo a mí alrededor.

— ¡Mueve tu culo hacia otro lado de la puerta si no quieres morir joven!—grite cerca de la puerta.