Capitulo 18 "La dueña de mis quincenas"

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Tomé un largo baño, mientras imágenes de lo sucedido la noche anterior se repetían, sus besos, sus gemidos, sus caricias, todo lo tenía tatuado en mi mente y en mi piel, me sentía satisfecha como nunca antes y estaba decidida a seguir con él, no podía renunciar a todo lo que me hacía sentir, quizá con el tiempo se olvidaría de las reglas y me mostraría quien era en realidad, pero, extrañamente, yo no estaba muy segura de que él supiera quién era yo, me asustaba la idea de que no le agradara Oriana, la chica correcta y de futuro prometedor en el mundo de la publicidad y ese pensamiento me llevó a Gastón, aún lo amaba, él me completaba de una manera muy diferente, pero en ese instante no quise pensar más, recordé las palabras de Jenny: "Disfruta del momento sin pensar en el después" y eso era lo que iba a hacer.

Después de lavar la ropa y medio recoger el departamento, me tumbé en el sillón a ver televisión, aún tenía un par de horas antes de arreglarme para ir a cenar con Gaston, Jenny y su esposo. Fui cambiando de canal en canal y en uno encontré el anuncio de una nueva marca de ropa juvenil que lanzarían próximamente y de la que nosotros nos estábamos haciendo cargo de promocionar, ese comercial lo habíamos hecho en la agencia y siempre me gustaba ver lo que hacíamos. De repente, el cansancio me venció y me quede ahí dormida, cuando abrí los ojos me di cuenta que pasaban de las seis, tenía el tiempo justo para arreglarme, al levantarme del sillón sonó el teléfono, me recargué en el respaldo y lo contesté.

- Hola.

- Hola mi amor, ¿cómo estás? - exclamó Gaston de lo más amoroso.

- Bien, ¿y tú?

- Extrañándote.

- Yo también - dije tratando de sonar sincera.

- Amor, te tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieres primero?

- A ver, empecemos con la buena.

- Tengo dos pases para el juego de los Gigantes de Nueva York del próximo lunes, en palco preferencial, ¿qué tal, eh?

- Grandioso, sabes que me encanta el futbol americano - exclamé sarcástica.

- Te gustaba cuando íbamos en la escuela, cariño.

- Pero, sólo porque jugabas tú - él formaba parte de la línea ofensiva.

- Vamos, será divertido, además hace mucho que no vamos a un partido de nada.

- Si cierta persona no fuera adicta al trabajo podríamos ir con más frecuencia.

- Por eso ahora que está la oportunidad te estoy invitando.

- Está bien, vayamos al partido y, ¿cuál es la mala noticia?

- Que no alcance vuelo para hoy y no podré llegar a la cena, perdón.

- Está bien, no te preocupes - dije mientras pensaba que esa invitación al partido no era por nada, él ya sabía que nos dejaría colgados en la cena.

- Te mando muchos besos, te llamo cuando llegue mañana, recuerda que te amo.

- Yo también, cuídate.

Moví la cabeza mientras caminaba a mi habitación, no sabía que pensar, quizá por mis propias culpas pero empezaba a dudar que Gastón en realidad estuviera trabajando, cada vez eran más frecuentes esos viajes de fin de semana, de hecho en el último mes y medio no había estado conmigo ningún viernes ni sábado, pero si era así yo no tenía nada que recriminarle. Saqué mi ropa del armario y comencé a vestirme.

Llegamos al estadio y después de estacionar el auto caminamos a nuestros lugares, era un palco privado y me dio una perspectiva completamente diferente de lo que era asistir a presenciar un partido en vivo. Había una mesa larga con mantelenes, botellas, sodas, refrescos y una enorme hielera atestada de cervezas, un par de camareros nos llevaron a nuestro lugar, Gastón saludó y me presentó a las personas que ya había ahí. Nos ofrecieron de beber y, aunque no me gustaba mucho, pedí una cerveza y Christopher un whisky en las rocas, tomamos nuestros lugares y el partido dio inicio.

- Impresionante, ¿verdad? - me dijo él muy orgulloso.

- Sí, la verdad es que sí, ¿quién te consiguió los pases?

- Gastón, que bueno que sí pudiste venir, viejo - se escuchó una voz familiar que me hizo quedarme congelada en el asiento sin voltear.

- No podía desaprovechar la oportunidad - respondió mientras se ponía de pie y lo abrazaba fraternalmente - mira, te quiero presentar a mi novia, ven amor.

Levanté la cara lentamente, quizá podía tratarse de un juego de mi mente como la vez anterior, pasé saliva y al girar mi cuello completamente hacia la derecha mis ojos se toparon con su mirada topacio, el desconocido estaba justo ahí, parado al lado de mi novio con su gran sonrisa en el rostro y yo sentí que todo me daba vueltas. Gastón me extendió la mano y gracias a eso pude ponerme de pie torpemente.

- Cariño, te presento a Julián Serrano, uno de los inversionistas más jóvenes y exitosos del país - su mirada estaba clavada en mí sin inmutarse en lo absoluto - ella es Oriana, hermosa, inteligente y talentosísima mujer del mundo de la publicidad y, lo mejor, es la dueña de mis quincenas - bromeó Gastón mientras me abrazaba sosteniéndome de un hombro y yo me sentía desfallecer.

HANOOOO ESTE CAPÍTULO XFABOR SEÑORES

19.02.16

Grande Tentación - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora