Capitulo 41 "Reconciliación"

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Yo estaba completamente emocionada, entre el oso, las palabras de la carta, lo que acababa de decirme de su propia boca y el gesto de haber volado sólo para arreglar las cosas, no podía hablar, pero entonces, la parte cruel de mi ser salió a flote, quería ver qué tanto más estaba dispuesto a decir o hacer con tal de que lo perdonara.

- Por mí puedes regresarte a tu junta - le di la espalda antes de que la sonrisa sádica se me escapara de la cara y se acabara mi actuación, porque lo que en realidad quería hacer era echarme en sus brazos y besarlo - yo también tengo mucho trabajo.

- No me digas eso Ori, por favor, si tú no me perdonas lo demás ya no importa - me abrazó por detrás y cerré los ojos al sentir su cuerpo pegado al mío, percibí los latidos acelerados de su corazón y su perfume me envolvió por completo - ya perdóname, ¿sí corazón? - susurró en mi oído, sabía bien como desarmarme.

- ¿No más mentiras ni engaños? - dije con un hilo de voz.

- Te lo prometo.

Me di la vuelta y nos besamos frenéticamente, parecía que teníamos meses separados, nuestras bocas se devoraban sedientas del elixir que emanaba de ambos, sus manos viajaban por mi espalda y yo lo tenía sujetado por el cuello apretándoselo con las yemas de mis dedos, mientras sentía como mi cuerpo se excitaba por completo. De pronto, se escuchó que tosían y nos separamos de inmediato, era Agustín y deseé que la tierra me tragara, con pánico lo miré, la expresión en su rostro era seria.

- Buenas tardes - dijo en tono firme.

- Buenas tardes, Julián Serrano - respondió extendiéndole la mano ya que yo estaba en shock sin poder hablar.

- Sí te recuerdo, eres el hermano de Yolanda, ¿no? - exclamó estrechándole la mano.

- El mismo, perdón por lo que acabas de presenciar... - comenzó a explicar.

- No necesito detalles - interrumpió - mañana hablamos Oriana, voy a ver a un cliente - añadió mirándome y sólo pude asentir con la cabeza - gusto en verte Julián, dale saludos de mi parte a Yolanda.

- Claro, con gusto, hasta luego.

Y se fue, yo sentí que estaba a punto de desmayarme, si había despedido a Rocio por el escándalo en un centro comercial, ¿que podía esperar yo si me había pillado en mi oficina en un acto poco decoroso? Vi que Julián se asomó y luego de unos segundos volvió a entrar y cerró la puerta, supuse que lo vio entrar al ascensor, yo seguía paralizada y él hizo a un lado al oso y luego se paró frente a mí.

- ¿En qué estábamos? - dijo sonriéndome mientras me abrazaba.

- Julián, basta por favor, puede regresar, además todavía hay otras personas trabajando - repliqué poniendo mis manos sobre su pecho.

- Tú lo has dicho, trabajando y no creo que tu jefe regrese - me dio unos besos en el cuello - además tú y yo no hemos terminado de reconciliarnos y no puedo esperar - agregó apretando mis nalgas con sus manos.

- Tengo que terminar unos pendientes - respondí acariciando su pecho.

- Este es el más importante, todo lo demás puede esperar.

Volvimos a besarnos desesperadamente, la interrupción hizo que las ansias aumentaran. Me hizo caminar mientras nuestras bocas seguían unidas y yo desabrochaba presurosa los botones de su camisa, sentí que mi espalda chocaba con la puerta, entonces comencé a besar su torso en tanto él deslizaba sus manos por debajo de la falda para quitar mi ropa interior, yo desabroché velozmente su cinturón y su pantalón, deseosa de sentirlo ya dentro.

Levanté los pies para deshacerme por completo de la prenda que estorbaba y él subió la falda casi hasta la cintura, me tomó de las nalgas para que lo rodeara con mis piernas y entró en mí, me mordí el labio para que el grito no se me escapara y apreté sus hombros, él comenzó a moverse con rapidez, era demasiado intenso el deseo como para hacerlo lento, sentía mi cuerpo arder en cada movimiento, lo sujetaba fuertemente de la espalda mientras me perdía en el inmenso placer que estaba sintiendo. Buscó mi boca y me besó ansiosamente, después de unos instantes rompió el beso, pero nuestros labios permanecieron unidos y sentimos como ambos llegábamos al orgasmo exhalando el uno en el otro mientras yo lo apretaba de la espalda, volvió a besarme saliendo de mí y yo bajé mis piernas.

Jelow, me estoy cagando de sueño kejezto, llamen al asiló de ancianos y diganles que se les escapo una, ya fue mañana me voy a jugar Bingo con las viejas del Pami.

17.03.16

Grande Tentación - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora