Me sonrió, deslizando su dedo pulgar por mis labios y luego me besó en tanto su mano bajaba aún más allá de la cintura haciendo que mi pulso se elevara mientras sentía como su cuerpo reaccionaba debajo del mío.
- Julián, por favor, tengo que meterme a bañar - objeté en un susurro.
- Sólo otro beso, ¿sí? - respondió dando la vuelta para quedar sobre mí.
- No quiero llegar tarde - dije mientras sentía como frotaba su sexo con el mío y besaba mi cuello, alterándome más.
- Te prometo que será rápido - musitó en mi oído y luego lo lamió.
- Aún nos queda la noche de hoy - exclamé acariciando su espalda.
- Faltan muchas horas - dijo entrando en mí nuevamente.
- Dijiste que... ah... sólo un beso... - señalé con la voz entre cortada moviéndome a su ritmo constante.
- No puedo evitarlo... tengo hambre de ti... - agregó moviéndose más rápido y besándome frenéticamente en tanto mis uñas recorrían su espalda.
- En serio... ¿no te tomas nada? - pregunté sintiendo aún más la intensidad de sus movimientos dentro de mí.
- No corazón... tú eres mi única droga.
Embistió en mí unas veces más hasta que exploté e instantes después él lo hizo también y luego volvió a besarme en los labios.
- Buenos días, corazón - exclamó mirándome y sonriendo.
- Buenos días, cariño, ¿ya puedo ir a bañarme?
- ¿Es necesario?
- Sí, ya te dije que debo ir a trabajar.
- Está bien - se acostó a un lado y me levanté de la cama - ¿quieres que te lave la espalda? - añadió en tono sensual.
- Hoy no, tengo que ducharme rápido y sé que contigo sería imposible - respondí entrando al baño y cerrando la puerta sintiéndome feliz como nunca antes.
Había sido el mejor despertar de toda mi vida, me volvía loca que me dijera corazón y más cuando pronunciaba esas dos extraordinarias palabras que me hacían flotar, pero no sólo que las dijera sino que me lo demostrara, Julián me amaba tanto como yo a él, ayer me lo había dejado muy claro con todas sus actitudes.
Salí del baño envuelta en una toalla y lo vi acostado en la cama boca arriba, con sus manos detrás de su cabeza, me sonrió al verme, yo le devolví la sonrisa y abrí el armario para sacar la ropa que me pondría, sentí que me abrazó y me dio un beso en el hombro y luego recargó su cabeza.
- Qué bonito cantas - exclamó haciendo que me sonrojara.
- Oh dios, que vergüenza que me hayas escuchado.
- ¿cuántas veces he recorrido tu cuerpo desnudo sin ningún pudor y te avergüenzas porque te escuché cantar? - dijo en tono divertido y más me sonrojé.
- Es que no lo hago bien y no me gusta que me escuchen.
- Claro que lo haces bien, te hace falta un poco más de confianza en ti misma.
- Creo que necesitas que te revisen los oídos o bañarte mejor.
- Me encanta tu sentido del humor.
- Ya déjame vestir que no te encantara verme de malas.
- No importa, ya sé lo gratificantes que resultan las reconciliaciones.
- Julián, apenas tengo el tiempo justo para llegar a la hora exacta.
- Está bien - me dio un beso en la cabeza - ¿almorzamos juntos? - añadió soltándome.
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Grande Tentación - Orian
FanfictionTres simples reglas a seguir: #1 No nombres. #2 No preguntas personales. #3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido da a Oriana en su primer encuentro, pero... ¿Para ambos será igual de simple seguirlas al pie de la letra? 18.12...