Nos levantamos y caminamos a la pista, ahí estaban Pablo y Mariel, que nos vieron y nos sonrieron, al igual que Diana y Oscar, que no podían ocultar su felicidad. Julián puso una mano en mi cintura y con la otra tomó una de mis manos y coloqué la restante sobre su hombro, empezamos a movernos al ritmo de la tranquila melodía, Julián tenía apoyado su mentón al lado de mi frente y danzábamos suavemente, me dejé llevar completamente por él y creo que no lo hice tan mal. Terminó la canción y regresamos a la mesa.
La fiesta siguió, bailamos otras melodías, hablamos y después llegó el momento de aventar la liga. Yolanda se sentó en una silla en medio de la pista y Jaxon se la quitó lentamente mientras los hombres silbaban rodeándolos.
– ¿Sabes?, es la primera vez que Julián se une a ese ritual – dijo Bruna sentándose a mi lado.
– ¿En serio?, ¿no lo hizo en la boda de Pablo? – pregunté sorprendida.
– No, y ni en ninguna otra boda, así que me da mucho gusto que hayas terminado con Gastón y hoy estés aquí.
– Veo que entre tú y Julián no hay secretos.
– No te creas, sí los hay, no le cuento todo lo que hago, ni él a mí tampoco, pero ese no es el punto, la semana pasada me encontré a Gastón en un bar.
– ¿En serio?, ¿y cómo está?
– Bien, dentro de lo que cabe, me contó todo lo que pasó entre ustedes, sus mutuos engaños, te admiro, yo no sé si hubiera tenido el valor para confesar algo así.
– Tenía que saber la verdad.
– Pues sí, de alguna u otra manera se iba a enterar y fue mejor que lo supiera por ti.
– ¿Piensas que soy de lo peor?
– No Oriana, a veces el destino se presenta de una forma extraña, pero las cosas se acomodan de tal forma para que estemos con quien debemos estar y el tuyo definitivamente es con Julián y de la misma forma Gastón encontrará a la mujer con la deba pasar el resto de su vida, su relación sólo fue una experiencia más, por cierto, también terminó con ella, que tipa más desagradable.
– ¿Y ella se lo tomó tan tranquila?, a mí me amenazó.
– Obvio no, estuvo acosándolo, pero él tomó cartas en el asunto y logró que le pusieran una orden de restricción, así que, frustrada, regresó a vivir con sus padres a San Diego.
– ¿Y de todo eso hablaron en una noche?
– La mayoría sí, casi nos sacaron con la escoba y como hablamos muy a gusto intercambiamos números de teléfono y mails, así que hemos seguido en contacto.
– Te gusta, ¿verdad? – dije recordando la escena de ellos viendo el partido de hockey.
– Es muy lindo y tenemos muchas cosas en común, pero no sé, necesita poner en orden su cabeza y su corazón... claro que yo no tengo prisa.
En eso, Yolanda gritó que aventaría el ramo, yo no quería ir, pero Bruna me levanto y nos pusimos detrás junto con varias chicas que estaban emocionadas. Yolanda estuvo jugando un rato a aventarlo hasta que lo hizo finalmente y le tocó a Bruna que gritó entusiasmada, aunque la verdad yo no creía en esa tradición.
Poco después, Yolanda y Jaxon se despidieron, para partir a su luna de miel en las Bahamas, ella me abrazó fuertemente y después me tomó de las manos.
– Me voy muy feliz y no sólo porque me he casado con el hombre que amo, también porque en unos meses seré ¡tía!, pero más por saber que Julián ha encontrado finalmente el amor y me alegra tanto, gracias Oriana por este regalo.
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Grande Tentación - Orian
Hayran KurguTres simples reglas a seguir: #1 No nombres. #2 No preguntas personales. #3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido da a Oriana en su primer encuentro, pero... ¿Para ambos será igual de simple seguirlas al pie de la letra? 18.12...