Capítulo dos.

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En un mundo donde todo gira alrededor de la apariencia y cuanto opine el resto sobre uno, Baekhyun parecía ser una persona desgastada de mente, quizás un poco peligrosa para la gente alrededor, aún cuando la bondad brotaba por cada uno de sus poros, aún cuando su sonrisa abarcaba todo el mundo, aún cuando sus ojos se fundían en cada atardecer y despertaban con un amanecer, pero nadie parecía interesarle.

La verdad él era una persona peculiar, a Baekhyun le gustaban las flores, le gustaban las plantas, le gustaba ver los pájaros y salir a las tres de la mañana por el balcón para fumarse un cigarrillo y quizás escribir un poema o una canción mientras miraba la luna o cuando el viento sacudía con frialdad los árboles a veces sin piedad de sus hojas. Le gustaba cantar una canción a todo pulmón mientras el agua de la ducha caía por su cuerpo. Le gustaba despertarse una mañana y tomar un bus con un rumbo indefinido, también caminar descalzo, tocar las rejas de las casas pasando sus dedos con rapidez haciendo un sonido armonioso ante sus oídos, también le gustaba comer cosas extrañas, tomar fotografías a cosas inspiradoras, pero por sobretodo le gustaba la soledad, disfrutaba del sonido del silencio colándose por las habitaciones, le gustaba el sonido del silencio de las calles cuando salía en sus caminatas nocturnas, le gustaba el silencio en la mañana cuando abría  sus ojos, pero sin embargo, no le gustaba sentirse solo, aunque para él había un brecha tan estrecha entre la soledad y ésta sensación de abandono, una tan pequeña y delgada que a veces vacilaba entre ambas sin saber donde posicionarse o donde iba a parar.

En realidad él era un hombre de gustos sencillos, de emociones palpitantes, de corazón valiente y de espíritu libre, la verdad, no tenía una definición como la mayoría de las personas, no caía en estereotipos, no caía en un esquema predilecto, no encajaba en nada, sólo era él, Byun Baekhyun, el de manos suaves y a veces pies descalzos, corriendo de un lado hacia otro, haciendo lo que se le ocurriera en el momento, lo que en ese segundo o minuto le permitiera sentirse feliz y dichoso de vivir.

Sus ojos eran pequeñas cámaras fotográficas dedicadas a analizar cualquier situación, cualquier lugar, vivencia, espacio donde se encontraba. Trataba de captar hasta el mínimo detalle y quizás anotarlo o guardarlo en su mente por si algún día el lugar llegara a cambiar con el paso del tiempo y así lo hizo aquel día.

La brisa fresca despidiendo la estación calurosa, se estaba haciendo presente, la mayoría de la gente podría haber predicho que el clima frío estaría ad portas de llegar, pero Baekhyun no parecía preocuparse y luego de tomar el primer pantalón de jeans claro y suelto, acompañado de una camisa blanca que quizás era dos tallas más de las que correspondía, salió descalzo de su casa sin antes regar todas las plantas y huertas que estaban dentro del departamento y despedirse de su gata Frida, quien se enredó un par de veces en sus piernas antes que Baekhyun abriera la cerradura de su departamento.

La verdad aquel día no tenía rumbo definido, sólo caminó hacia la estación de trenes más cercana de su casa, bajo la mirada despectivas y extrañas de los demás en su cuerpo, pero poco le importó. Luego de comprar su boleto y juguetear en los escalones que daban hacia el andén, se sentó en el suelo de la estación mientras que el viento que se colaba en el lugar le revolvía el cabello de un lado hacia el otro mientras tenía los ojos cerrados, hasta que el frenazo repentino del tren hizo que se levantara abruptamente.

Miró a su alrededor por última vez, por si algún detalle se le fuese a escapar de su consciencia, hasta que su ojos encontraron su objetivo y sonrió ampliamente. Pero su objetivo no era cualquier cosa, no era un detalle curiosos de algún tren, esos los sabía de memoria tanto incluso como los horarios de llegada o cuantas veces el tren tenía retrasos dentro de una semana. Su objetivo desde hace un buen tiempo tenía una figura alta y delgada, durante las semanas vestía de trajes elegante, siempre de lino negro o gris opaco, camisas de color blanco y corbatas que no salían de las escalas de colores entre el negro y el plateado, muchas veces, realmente diez veces en total contadas por Baekhyun, éste atuendo estaba acompañado de un suéter, también de color negro, pero el accesorio clave de éste personaje era su cara de tristeza que encogía su corazón, haciéndolo sentir menudo y sin fuerzas.

Las calas también marchitan. (Baekyeol/ Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora