Las calas también marchitan. (Baekyeol/ Chanbaek)

Capítulo seis.

Chanyeol sonrió triste, algo en su corazón hizo un click y dolió demasiado intenso, como una especie de angustia pero tan instantánea que ni siquiera pudo anticiparse a la sensación y luego de varios minutos parado mirando la puerta de salida del lugar hipnotizado, se sentó lentamente en su puesto sin ningún momento quitar la vista de donde antes estaba posada y ocultó su sonrisa angustiada y bajó la mirada hasta que algo le sorprendió e hizo que nuevamente tuviera que gesticular una sonrisa pero ésta vez mostrando todos sus dientes blancos perlado.

''Ni siquiera sé cuanto tiempo más significa para nosotros futuro, pero
nos vemos en él. '' La nota estaba acompañada de un retrato de Chanyeol mirando fijamente su libro con el ceño fruncido profundamente y sumamente concentrado en lo que estaba haciendo junto a una flor de cala disecada.

Miles de cosas y preocupaciones pasaron por su mente, si Baekhyun había traído un paraguas o una chaqueta para volver a casa, ni siquiera podía recordar si ésta vez estaba descalzo al igual que aquel día en que por primera vez se vieron o en su encuentro en el supermercado o si estaba con zapatos y que quizás salió corriendo porque no le prestó la suficiente atención mientras estaban juntos.

Sin más preámbulos tomó la chaqueta y sus cosas sin ninguna preocupación de meter ruido en aquel lugar donde el silencio vale incluso más que el oro y corrió hacia la puerta lo más rápido que pudo y tiró de ella generando un tremendo estruendo una vez que salió del lugar y la lluvia lo empapara.

Cuando recién asumió sus acciones fue un poco tarde, estaba empapado de pies a cabeza, estilando y sólo había alcanzado a guardar sus documentos en el maletín. Cuando quiso dar un paso más allá de la entrada de la biblioteca, se dio cuenta inmediatamente que no sabía a dónde ir, no sabía donde vivía Baekhyun ni siquiera podría adivinar sus gustos para encontrarlo en algún lugar que su mente pudiera descifra y se detuvo dramáticamente y pensó en unas cuantas escenas de novelas que alguna vez vio con su madre y soltó una pequeña sonrisa por el recuerdo pero desapareció casi al instante cuando decidió sólo volver a casa pues no había caso de querer fingir un papel de héroe cuando claramente ni siquiera podía salvar a Baekhyun de la lluvia.

Luego de suspirar pesado, comenzó a caminar a casa cubriéndose la cabeza con el maletín, mientras miraba las líneas de la acera y las contaba una por una, luego se fijo en el paisaje, hace tanto tiempo que estaba embelesado por el trabajo que ni siquiera se había dado cuenta de lo frondoso que estaban los árboles en aquel parque donde solía ir cuando era un pre-adolescente, tampoco se había dado cuenta de la hermosa sensación que era caminar lento y pausado mirando sigilosamente todo, las casas, los edificios nuevos, la gente, los árboles y tuvo la sensación como si hubiera estado perdido en el espacio/tiempo, como si hubiera despertado de un coma de diez años y hoy por fin fuera su día de libertad. Un impulso le hizo cruzar la calle y enredarse en el lugar y por primera vez no le importó si se iba a demorar demasiado en llegar a casa y cumplir con el montón de trabajo que tenía pendiente, mucho menos se preocupó de si su padre lo habría mandado a vigilar o algo por el estilo, todo había quedado en un segundo plano, en una dimensión que ni siquiera quería tocar o recordar en aquel placido momento.

Se sentó en una de las bancas en silencio, sólo sujetando el maletín en su cabeza y pasó por su mente que quizás se veía ridículo en aquella posé, pero poco le importó, de pronto cerró los ojos y pudo ver a su madre y al él de pequeño, pudo verla sonriéndole y quizás acariciándole su cabello, también la divisó corriendo detrás de él para alcanzarlo mientras jugaban, también la imagen de los dos compartiendo un helado y otras cosas que le hicieron volver a suspirar botando una lágrima, pero él tenía la convicción de que todo pasaba por algo, por lo menos para éste caso, él nunca perdió la esperanza de que algún día, aquella princesa (Su madre) volvería acogerlo en sus brazos como alguna vez lo hizo y abrió los ojos lentamente disponiéndose ahora sí a caminar directamente a casa hasta que su corazón palpito rápidamente de nuevo.