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Sólo un golpe.

La noche promete. A lo grande.

Aún no estamos borrachos, pero estamos cerca.

Steven y Tom no paran de bailar y cantar, Skyler,  Nora y yo estamos sentadas en el sofá principal con nuestros celulares en mano.

Esto va a parar a YouTube

Esto es una clara imagen de lo que puede ocasionar el alcohol.

¡Si pudieras tomar mi pulso ahora.Lo sentirías como una martillo.Si  pudieras sentir el latido de mi corazón ahora
Te golpearia como un martillo...!- cantaron al mismo tiempo Steven y Tom.

Acaban de matar la canción.

-¡Quiero más vodka!- grito Nora.

-Deberías calmarte  un poco, cariño- dijo Tom.

Digamos que Nora no sabe beber. La última vez que  mi amiga se emborracho porque estaba enojada, lanzó un ladrillo a la ventana de la casa de  nuestro  odioso profesor de Matemáticas.

Terminamos todos pasando la noche en la cárcel por daño a la propiedad.

"Somos uno para todos y todos para uno."

-¡Vamos a bailar!-grito Skyler.

Marry The Night de Adam lambert comenzó a sonar.

Todos comenzamos a bailar... o tal vez teníanos un ataque epiléptico.

Entre risas y comentarios de cuán malo bailamos sonó el timbre.

Tom apagó el reproductor mientras que me acerco a la puerta.

Es muy raro que alguien toque a mI puerta ya que mi casa es la última subiendo la colina. Más allá no hay nada sólo un eterno bosque sin fin.

Lentamente me acerco a la puerta, miro por la ventana izquierda que se encuentra al lado de la entrada. A fuera no hay nada, las luces iluminan lo que es un gran jardín, que mi madre ama tanto.

Por la tormenta de nieve el cielo se encuentra lleno de oscuras nubes.

Abro la puerta extrañada de no ver a nadie.
Porque alguien debió tocar el maldito timbre.

-Steph,¿Quien es?- grita Steven.

Camino unos pasos hasta la escalera que conecta con un camino de piedras al portón principal.

La nieve cae sin piedad alguna, hace demasiado frío

Nada.

No hay nada . Y menos una persona.

Giro lentamente, segura de que tal vez una broma de alguien, cuando veo un auto.

Esta estacionado en la oscuridad. Justo en dónde las luces de la casa no dan.

Camino hacia la casa, siento un escalofrío cuando escucho una rama romperse.

Ahora siento que alguien me observa.

Aumento mi ritmo, necesito decirle a los chicos.

Pero ya es tarde.

Un golpe en mi cabeza es suficiente para que caiga el suelo. Inconsiente.

Una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora