Una noche

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Dos años atrás...

Sophie sabía que algo estaba mal.

No se sentía bien, estaba mareada todo le daba vueltas, al menos recordaba donde se encontraba.

Aún con la puerta cerrada intentó  buscar su móvil, tenía que encontrar a sus amigas, antes de que se fueran sin ella.

No recordaba como llegó allí, al baño del dueño donde se celebraba alguna fiesta sin sentido.

Sujetando su cuerpo con el lavamanos logró estabilizarse sin mayores problemas, pero el mareo aún seguía allí.

No recordaba beber nada que sus amigos no le hayan dado en sus manos.

Siempre fue precavida.

Volvo a remover todo su pequeño bolso de mano para encontrar su teléfono móvil, pero no tuvo éxito. No estaba.
Tal vez se lo habían robado o una de sus amigas lo tenía.

Se miró en el espejo de ese horrible tocador, su maquillaje estaba muy corrido, su cabello rubio  húmedo por tanto bailar.  Su disfraz de pirata estaba a medias ya que tenía calor y se sacó partes del disfraz quedándose con una blusa blanca y su corta falda.

En un intento por tratar de recomponerse  se mojó la cara con agua bien fría para alejar ese mareo, pero también fue en vano.

Estaba más que segura que la habían drogado.

Sin su móvil, tenía que salir  y buscar a sus amigas, Steph o Skyler.

Lentamente caminó hacia la puerta, todo giraba a su alrededor.
Al abrir la puerta, las luces de neón la marearon mucho más, pero al dar un pasó fuera del tocador una persona la empujó con tanta fuerza que logró  derribar a la joven.

Un chico joven vestido de negro de pies a cabeza se abalanzó sobre una muy drogada Sophie.

La adolescente en un intento de pedir ayuda, memorizó cada rasgo de su atacante, no sabía lo que le iba a suceder pero sabía que no sería nada bueno.

En medio de los gritos por su parte pidiendo ayuda, mientras que luchaba por su vida, porque las acciones de aquel misterioso hombre era sólo una; violación.

Sophie no pudo ver ninguna señal o algún rasgo que pudiera ayudarla para luego, más tarde, si lograba salir de esta situación, poder comentarles a la policía de la persona que la sometió a tal situación.

El hombre con toda la ira que tenía acumulada durante meses a su pequeña víctima, la lastimó sin tener una pequeña porción de piedad.

Los gritos de la rubia pidiendo ayuda se mezclaba con la música, ocasionando que sólo sea parte de el resto de las personas que tranquilamente coreaban las canciones más conocidas.

Pero algo muy malo sucedió para que el joven se detuviera.

El cuerpo de su víctima comenzó a sacudirse, un ataque.

La muchacha sufría un ataque.

Con miedo, sin saber que hacer el joven huyó, dejando a la chica morir.

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