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"Supongo que el único momento en que la mayoría de la gente piensa en la injusticia es cuando le sucede a ellos"

Charles Bukowski

Observo las manecillas del reloj girar. Otra hora aquí, secuestrados. La tormenta se ha puesto peor, la temperatura a bajado.
La nieve no para de caer, muy pronto será casi imposible descender  por la montaña. Sería una muerte segura.

Máx y Sean  no dejan de buscar. ¿Qué? No sé. Han revisado mí portátil, teléfono celular, y por lo que parece han dado vuelta mi habitación.  Palabras textuales de Sean hacia Máx.

Nora está cada vez más pálida, su novio le susurra palabras al oído. Ella pronto se dormirá, todos estamos cansados. Según el reloj de pared son las tres de la mañana. Mis párpados se cierran, pero me obligé a mantenerlos abiertos. Estamos en peligro, no es hora de dormir.

— Steph— oigo el susurro de la rubia. Giré la cabeza en su dirección, a su lado esta mi ex. Que sorprendentemente ya no parece tan afectado como antes. A todos nos sorprendió la noticia.

Un bebé.

Creí conocer bien a mi amiga.

¿Será cierto, ella nos engañó?  ¿Durante todo ese tiempo, años? 

Sigo la mirada de mis amigos, sobre la mesa hay un abrecartas. El pedazo de  metal brilla por la poca iluminación de la casa. Ese pequeño objeto bastará para cortar las sogas.

Hay que intentarlo.

Desde el sofá es imposible que lo alcance, más en mi posición. Debo darle la espalda a la mesa de centro. Pero eso también será complicado.

Los secuestradores no están a las vista. Aún no estoy segura de lo que buscan. Tampoco han intentado hablar con alguno de nosotros. No desde el secreto de Steven, secreto que lo compartía con Sophie.

Me pregunto ¿cómo supieron del bebé? Hablo de Máx, Sean e Ian.

¿En verdad Máx creó a una falsa persona sólo para relacionarse con nosotros? 
La pregunta sería ¿para qué? ¿Para qué crear una persona para acercarse a nosotros?

En movimientos lentos para no llamar la atención, intento levantarme, pero las sogas en mis tobillos dificultan la acción.

— No lo hagas — todos nos giramos hacia la voz. Ian nos está observando a unos metros de distancia.

Genial, el casi plan estuvo muy cerca de funcionar.

Él se acerca, observa a su alrededor. Cuando se cerciora de que nadie lo ve, camina hacia nosotros.

¿No quiere que sus amigos lo vean? ¿Por qué? 

— Siéntate — ordena, inmediatamente lo hice.— Sigan las órdenes de Máx. Y no les pasará nada — continuó.

—¿Qué buscan? — Es momento de conseguir información.

Ian nos mira a cada uno, finalmente sus ojos se posan en mí.

— Colaboren y esto terminará pronto. — sentencia. Gira en su lugar. Tengo que encontrar  respuestas. Y él es la única persona que puede ayudarme.

Una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora