Grace
Hoy es un día un tanto... Especial. ¡EL BAILE! No es la graduación, pero aquí usaremos vestidos de gala, de todas formas. El día que se elige un rey... Y una reina de primavera.
Brooke nos consiguió parejas. Es odioso no poder decirle no; de todas formas no iré con un idiota del equipo de fútbol americano, que, supuestamente, me pasará a buscar a las siete. Ya salí con uno como el una vez. Se embriaga y quiere sexo, no soy ese tipo de chicas.
El lado bueno de la situación, es que, le dije a Bruno que me pase a buscar media hora antes.
Ya estaba lista. Llevaba vestido largo, color amarillo, que tenía una abertura en V adelante. Mi peinado estaba recogido de una forma elegante y sofisticada, en un bello rodete, que la amiga de mi madre había echo para mi.
Tocaron timbre. Pude escuchar que mi madre empezó a gritar de la emoción, siempre hacía eso cuando le contaba de Bruno.
Decidí que era hora de bajar. Tomé coraje y tiré el nerviosismo por los aires. Me agarré de la baranda, y cuando por fin divisé a Bruno estaba hablando con mi padre. Pero cuando mi madre giró la cabeza y empezó a llorar, Bruno se dió cuenta que allí estaba. El me sonrió.
— Señor, lo siento, pero debo decirle que su hija está muy sexy esta noche.
— Oye hijo, no te pases —contestó mi padre mirándolo de reojo. Todos comenzamos a reír.
— Niños pónganse que les sacaré una foto —insistió mi madre. Ella tomó la cámara y aunque el flash me cegó, estoy segura que esa foto la guardaré en mi cajón de recuerdos como un tesoro infinito.
Me despedí de mis padres y Bruno me tomó de la mano hasta llegar al auto. El abrió la puerta y me invitó a pasar.
— Enserio no puedo creer que esta noche sea mía una belleza como tú, Gracie.
— Oye hijo, no te pases —dije imitando la voz de mi padre. Los dos estábamos tentados.
Llegamos a la escuela. Todos estaban entrando de la mano con sus parejas. Esto era soñado. Solo esperaba que Brooke no haya llegado, no quería afrontar la realidad frente a ella todavía.
Brooke
— ¡CARAJO! —Esperé al lado de la puerta. Lucca todavía no había llegado. Me plantó el infeliz.
— Tranquila amor, ya va a llegar.
— No le des ilusiones ma —dijo mi hermano, con su visión frente al videojuego.
— Sigue jugando idiota.
— Espero que nunca plantes a tu pareja antes del baile —dijo mi padre aconsejando a mi hermano.
Hace una hora estaba esperando al maldito. Creía haberlo visto, entonces salí a la puerta. El idiota de Montesco ya se estaba yendo con su pareja al baile. El se burló de mí y embarró mi vestido. Lo sé, muy bien jugado, pero ¡MUY IDIOTA A LA VEZ! Tuve que volver a mi cuarto a cambiarme.
De todas formas, mi nuevo vestido se veía más bello que el otro. Este llevaba un escote corazón, era azul. Recuerdo haberlo comprado en mi ultimo viaje a París. Dejé mi pelo suelto con un par de ondas abajo.
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Familias en Guerra.
HumorLos Montesco y los Capuleto son dos familias un tanto... ¿Difíciles? Digamos que nadie sabe bien cómo empezaron las cosas, pero se odian y compiten en todo. Brooke, la mayor de las hijos Capuleto; es sofisticada, sarcástica, bromista y artística. Dy...