13. Fiesta de disfraces.

2.5K 201 10
                                    

Brooke

¡Viernes al fin! Las clases habían terminado esta semana. Y hoy, me tocaba elegir el atuendo para la fiesta. Era de disfraces.

Me había comprado un vestido bastante corto con una abertura en A. Me maquille un poco para que parezca zombie, y me rompí un poco el vestido, para que se vea más real.

— ¿Vamos? —Grace se veía impaciente. Ella, Merlina y Ámbar notaron mi presencia y se quedaron boquiabiertas.— Oh por dios Brooke.

— Vamos —dije con una firme sonrisa de lado.

Grace se había disfrazado de enfermera. Se había puesto una falda corta, y una blusa un poco abierta. Para concretar su disfraz se había puesto uno de esos gorritos de enfermería.

Merlina, llevaba puesto un disfraz de boxeadora. Se había hecho una trenzas en su cabello. En la parte de arriba llevaba un top rojo, y abajo unos shorts.

Y, por último, Ámbar. Ella se había disfrazado de vampiresa. Llevaba unos colmillos de cotillón, y una capa. Arriba se había puesto un top negro y abajo una falda del mismo color.

*Música de Love Myself de Hailee Steinfeld*

Las tres bajamos del auto con mucho glamour. Hasta que Grace se calló al piso.

Idiota.

Se levantó rápidamente, y se volvió a acomodar. Caminando una al lado de la otra.

La casa del anfitrión era una mansión. Todas nos miramos entre sí con la boca abierta, no podíamos creer lo grande que era el lugar.

— Bien —dije.— Recuerden lo que hablamos antes de venir, ninguna de nosotras se va a separar, ¿entendido?

— Si —dijeron todas con seguridad.

Dylan y sus amigos, se aproximaron a nosotras cuando nos vieron entrar en la gran casa.

Dylan llevaba puesto un disfraz de especie de veneciano. Con una de esas máscaras. Solo que con temática zombie, genial me había copiado.

Bruno, vestido de paciente enfermo. Con una de esas batas de hospital. De seguro había elegido uno de esos trajes de pareja, con Grace.

Patrick estaba vestido como Bilbo, del libro El Hobbit. Me parecía un poco patético verlo así, pero me era gracioso.

Y Robert, estaba vestido de filete gigante. Me resultaba súper extraño. Él quería ganarse a Ámbar, pero estaba perdiendo su dignidad frente a ella.

Todos nos miraron con la boca abierta, hasta que Robert rompió el silencio.

— Chicas —dijo Robert.— Vinieron, al fin. Esto se tornaba aburrido —El se acercó a Ámbar.— Te ves sexy —Ella lo ignoró.

— Me obligaron —soltó Ámbar. Todos me miraron.

— ¿Qué? No fui yo. A mí también me han obligado.

— Mer, ¿me acompañas a buscar algo de beber? —dijo Patrick con una mirada pícara. Merlina asintió. Ellos se distanciaron del grupo.

— Bruno, ¿me muestras dónde está el baño? —Maldita Grace. La mataría.

— Ámbar, ¿vamos a tener sexo? Hay muchas habitaciones arriba —Ella puso cara de desconcierto.

— No.

— ¡Oh vamos! Al menos fui directo —Ámbar comenzó a caminar y Robert la siguió.

Genial. Ahora quedábamos Dylan y yo. Jamás me sentí más incómoda. La canción Americano de Lady Gaga comenzó a sonar por toda la casa.

— Capuleto.

— Montesco —lo fulminé con la mirada.

Los dos comenzamos a caminar. Yo hacia la izquierda y el hacia la derecha.

— Brooke —me llamó una voz masculina por detrás.

— Oh carajo, Pier —murmuré.

— Viniste, sabía que no te resistirías a mis encantos. Sabía que no podías decir no.

— Y yo sabía que eras un idiota —sonreí.

...

Hace rato estaba recorriendo sola el lugar. Maldición, si que era grande. No podía esperar ni un minuto más para irme.

— Bébe, bébe, bébe —escuché gritos que provenían del jardín.

Vi una multitud de gente. Ellos estaban rodeando a alguien. Dylan, debí imaginarlo. Todos estaban contando los vasos de vodka que estaba tomando. A su lado había un chico, el parecía destruido.

— ¡Y... 10! —gritaron.— ¿A quién retas?

— Brooklyn, reto a Brooklyn Capuleto —Todos hicieron paso a dejarme a mí como centro de atención.

— Yo no... Yo no tomo —Varios brazos me arrastraron hasta llegar a la barra.

— Te reto a tomar diez vasos de vodka.

— No, gracias.

— Chicos —gritó Dylan.— Parece que hay una gallina en la casa. Ya me tienen como ganador.

Dylan Montesco estaba implementando el método "Brooklyn nunca pierde", el único gallina era el. Vería como estaría de aplastado cuando me vea ganar.

Comencé tomando rápidamente el primer vasito de vodka, y automáticamente comenzaron los gritos y aplausos. Estuve así hasta llegar perfectamente al diez, no sentía nada.

— ¿Quién es el looser ahora, Dylan Montesco?

— Debo felicitarte... —Aplaudió con algo de sarcasmo.

Podía sentir el alcohol circulando por mi cuerpo. Mañana no sería un buen día.

Un chico que vi al pasar, caminaba con una botella de cerveza. Se la saqué de su agarre y tomé un sorbo.

Sentí que me empujaron dentro de un cuarto de limpieza, tal vez sería el de la mucama. Prendieron la luz.

— Montesco.

— Capuleto.

El me miró desafiante y luego de unos minutos comenzó nuestro beso. El beso que antes era pequeño y luego se intensificó. Lo separé de mi, inmediatamente, siendo consiente de lo que estábamos haciendo.

— Dylan no —puse mi mano en su pecho.— No podemos.

— Brooklyn, claro que no podemos —El se separó y salió del cuartito.

Familias en Guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora