— ¿Entonces William y tú...? ¡Oh por dios Brooklyn! —gritó Ámbar. Ella llevaba los cuadernos de la escuela en sus manos. Estábamos saliendo del predio, con el uniforme de porristas, porque acabábamos de entrenar.— ¡Lo sé! —sonreí.
— Además, es súper lindo —agregó Gracie con emoción.
— Yo creí que sería Dylan —dijo Merlina desanimada. La miré mal.
— ¡Nunca estás feliz por mi! ¿Cuál es tu problema?
— Nada, Brooke. No he dicho nada. ¿Qué rayos te pasa?
— Lo siento, estoy en mis días. No culpen que este histérica. Pero... ¡William es el chico perfecto!
El estaba allí parado en su auto. Vino corriendo y me dio un dulce beso en los labios.
— Ellas son mis amigas —Le presenté a todas. Justo un balón de fútbol impacto en la cabeza de Gracie.— Un balón de fútbol... Esto me recuerda algo... —dije mirando cómplice a mis amigas.
Me encaminé hacia los vestidores donde estaban los chicos cambiándose para el partido, o duchándose.
— ¿Q-qué haces? —gritaron las chicas siguiéndome por detrás.
William decidió quedarse en la puerta de los vestidores. El me esperaría allí. De todas formas se escuchaban los gritos y todo.
Vi que Gracie miró a Bruno, que se estaba cambiando. Ella se le acercó y comenzaron a besarse.
— ¡Gracie! —le grité. Ella quedó allí con Bruno.
Luego Merlina. Ella se abalanzó sobre Patrick y se encerraron dentro de un baño.
Robert vió que Ámbar estaba junto a mí y ella se fue caminando afuera del lugar. El comenzó a seguirla.
Solo quedaba yo. Sola.
— Montesco —lo miré.
— Capuleto —me sonrió.
— No vengo por ti esta vez —Hizo un puchero con sus labios y prosiguió con lo que hacía.— Vengo por ti —Señalé a Lucca, mi ex.
Me acerqué a él y estaba tan cerca que podría besarlo. El se acercó más y yo puse la palma de mi mano.
— Aléjate de mi, orangután —Lo abofeteé tan fuerte que todos los demás me vieron asustados. Dylan, que estaba atrás mío, empezó a reír.
— Y eso, ¿por qué fue? —dijo sosteniendo su mejilla.
— Me engañaste. El día del baile —El asintió recordando.— Fue hace mucho, pero sentía que te lo debía. Además, fuiste un novio terrible. Y ahora, que estoy con William que es tan... —Traté de buscar la palabra adecuada.— Caballeroso, atento y amable... Y tú tan... ¡Idiota!
Salí caminando de allí con la frente en alto. Separé a Bruno de Gracie, y a Merlina de Patrick.
— ¡El sexo era bueno! —escuché gritar a Lucca antes de llegar a mi novio. Will se paró firme y se dirigió corriendo hacia el idiota de Lucca. Yo lo seguía por detrás gritando que lo deje.
ESTÁS LEYENDO
Familias en Guerra.
HumorLos Montesco y los Capuleto son dos familias un tanto... ¿Difíciles? Digamos que nadie sabe bien cómo empezaron las cosas, pero se odian y compiten en todo. Brooke, la mayor de las hijos Capuleto; es sofisticada, sarcástica, bromista y artística. Dy...