19- La muerte más silenciosa

292 7 1
                                    

Hace ya un tiempo que todo acabó. ¿Me permití sufrir? Claro que si, soy humana. Tengo sentimientos que me hicieron caer millones de veces, pero sin embargo, recordaba la manera que me miraba: sus ojos clavados en mi a la distancia, siempre lejos... Era frío, me atrevería a pensar que era peor que el hielo; pero, al igual que este, luego de un tiempo quema como si fuese una llama que nunca se apaga.

Fuimos mejores amigos durante 1 año, uno de mis mejores años, a pesar de que ya estaba metida en algo que, la mayoría de las personas creían que era una práctica peligrosa.
Valía la pena nuestra amistad. Nos queríamos y confiábamos uno del otro. No existían los secretos, estoy segura de que esa palabra no pertenecía a nuestro vocabulario.
Al principio, me habló de que no esperara una amistad repleta de risas o cosas sin sentido, porque él no era así. Me negué y le repliqué que iba a cambiar eso: él no iba a hacer así conmigo.

Nuestra amistad se hizo más fuerte, a pesar de que ya no estábamos en el mismo lugar o que no compartíamos las mismas sociales. Eramos mejores amigos y eso no iba a cambiar nunca, o eso era lo que creía mi cabeza, pero ya saben: el destino siempre nos da la contraria, o al menos, así es conmigo.   

Comencé a olvidar mi primer amor, ¿por qué? Muy sencillo: me estaba enamorando de mi mejor amigo. De aquel muchacho de rulos y lentes que se había ganado mi confianza. De aquel muchacho que me había hecho entender que el amor puede sobrepasar cualquier barrera: incluso la de los kilómetros. Confiaba plenamente en él, y es por eso que no me di cuenta que le había entregado todo de mí, sin embargo, él no me había entregado absolutamente nada. 

Era doloroso saber que  no era un amor correspondido, y ahí estaba: luchando contra mis sentimientos de amor y luchando contra sus sentimientos de amistad y compañerismo. Era una lucha demasiado fuerte para una chica con tantos trastornos e inseguridades. Me había rendido, porque comenzaba a creer que no iba a funcionar ni mis fuerzas para seguir luchando por un amor que estaba lleno de dificultades.

El 27 de diciembre, fuera  de todo pronóstico, me dijo que me amaba y fue en ese momento en donde creí que había una posibilidad de ser feliz y más sabiendo que iba a ser junto a la persona que más amaba. Junto a la persona que creí que era el "amor de mi vida". 

Fue tan duro ver cómo todo ese amor que, en algún momento, nos profesamos, se iba marchitando con cada día que pasaba. Y fue más duro saber que había alguien más en su vida. Dolía demasiado...

Y allí fue en donde mi corazón puso una fecha de vencimiento para ese amor que me había hecho tan bien. Fue horrible ver cómo se terminó todo, pero más doloroso fue saber que la única que lloraba aquella noche era yo. 

Fue una muerte silenciosa, pero que me perforó tanto el corazón que no sabía si podía vivir sin él. Y tomé una de las peores decisiones de mi vida. Estaba llena de impulsos y voces que no me dejaban en paz; me refugié en el bello sonido de un piano con la canción que amaba en ese momento y unos profundos dibujos sobre mi piel.

Todo de mí estaba roto...

Fue ahí en donde dejé de creer en el amor verdadero totalmente...


Monólogos de una chica suicida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora