La Caída de Reichenbach

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La hora había llegado. Sherlock ya estaba en la azotea, listo para reunirse con Moriarty y terminar la partida.

Staying alive. El inconfundible tono de llamada de Jim. Sherlock se dio la vuelta y pudo ver al criminal, sentado al borde del abismo. Se acercó a él.

- Staying alive... Es tan aburrido... - dejó caer el móvil, que tardó pocos segundos en chocar contra el suelo de la calle.

Moriarty se puso en pie y caminó hacia Sherlock. Su cara estaba a pocos centímetros de la del detective. Quería besarlo, siempre había deseado hacerlo. Pero se contuvo.

- Siempre te he considerado muy inteligente, Sherlock. Pero me has decepcionado mucho. Has resultado ser normal, como los demás. Aburrido. No te voy a mentir, me sigues gustando, pero este juego ha acabado, Sherlock.

Sherlock seguía callado, se limitaba a mirar a Moriarty, intentado averiguar cuál sería su siguiente paso.

- Y ahora, tú serás el que acabe con todo. Tú solito, no sé si me entiendes. - dirigió una mirada al borde de la azotea. Sherlock captó el mensaje. Moriarty quería que saltarse.

- Tenías que acabar con mi reputación, ¿no? Ese era tu plan, dejarme morir deshonrado. Has puesto a todos en mi contra, el mundo cree que soy un fraude. Y ahora a nadie le importará mi muerte.

- Muy bien Sherlock. ¿Algo más antes de saltar?

- ¿Y si me niego?

- ¿Crees que soy tonto? Todos tus amigos morirán.

-¿John?

- Por supuesto.

-¿La señora Hudson ? ¿Lestrade?

-Todos.

Moriarty se acercó más a Sherlock. Contempló por última vez aquellos ojos azules y esos pómulos que jamás le pertenecerían. Besó suavemente su mejilla. Un beso de despedida.

- Adiós, Sherlock. - sacó una pistola, la introdujo en su boca y apretó el gatillo.

Sherlock retrocedió. Mierda. Moriarty estaba muerto. Sólo le quedaba una opción. Saltar.

Se acercó al borde. En ese momento oyó cómo sonaba su teléfono.

***

John había ido a Baker Street lo más rápido posible para socorrer a la señora Hudson, pero cuando llegó se la encontró tomando el té tranquilamente.

- Señora Hudson, ¿no le habían disparado?

-Oh no, por favor querido, ¿de dónde sacas esas ocurrencias?

-Sherlock me dijo que... - no acabó la frase. Salió corriendo del piso y se subió al primer taxi que vio.

Joder. Cómo he podido ser tan estúpido.

Se bajó del taxi frente al St. Bart's y llamó a Sherlock.

- ¿Sherlock, dónde estás?

Mira arriba.

John alzó la mirada y vio a Sherlock al borde de la azotea.

-No, Sherlock, ¿Qué estás haciendo? Voy a por ti.

No John, quédate justo donde estás. No te muevas. Por mí, John. ¿Lo harás?

- De acuerdo Sherlock, haré todo lo que me pidas, pero por favor...

John, quiero que le digas a todo el mundo que soy un fraude. Que siempre lo he sido. Os he mentido a todos, os he engañado. Nadie podría ser tan listo.

-Tú podrías - los ojos de John comenzaron a llenarse de lágrimas.

No, John. No era más que un truco de magia. Díselo a todos, por favor. Un truco de magia. Perdóname.

- Sherlock, por favor- una lágrima cayó por la mejilla de John. La primera de muchas.

Esta es mi nota. Eso es lo que hace la gente, ¿no? Dejar una nota.

-¿Dejar una nota cuándo?

Adiós, John.



Estaría perdido sin mi blogger [Johnlock Fanfic] - 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora