Destrozada.

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Tu sola mirada me mató en un instante, estabas ahí parado frente a mi viendo mis ojos llenos de ilusiones y en un segundo viste mil demonios dentro de ellos, fue obvia la furia que habías desatado, pero la tristeza ganó por sobre todas las cosas, y es que no podía ocultarte nada, siempre me mostré tan transparente, y tú siempre fuiste como una hoja en blanco teñida de gris, negro y blanco. Aún no entiendo ¿Cómo pasó? Y de los dos soy la más deseosa en que todo esto quede como un mal sueño de verano, pero no lo logró. Ayúdame a desvanecer cada palabra dicha, cada lágrima caída, cada suspiro fuera de mí, cada pensamiento elevado al más allá, cada palabra escrita a mitad de la noche.

¡Ayúdame a olvidarte!

Mi alma rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora