Capítulo 7 : Seres celestiales.

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En el patio del liceo ella se veía tan hermosa, los rayos del sol hacían que sus ojos brillaran, sin duda Tanya es una chica perfecta.

- Bueno ya sabes que me gustan las películas de terror, que mi comida favorita es el marisco, que amo a los animales y no soy muy afecta a demostrar mis sentimientos.- dice Tanya.- Es mi turno para preguntarte.- Agrega algo emocionada.

- Está bien.- Respondí con algo de nervios.

-¿Has tenido novias?

- No, siempre he sido muy tímido, así que nunca he entablado una relación.- Dije con algo de pena.

- Ay que lindo, en serio no te creo, ¿Cómo un chico tan maravilloso como tú no ha tenido novias?- Responde Tanya riéndose un poco.- ¿Cuál es tu mayor miedo?- Agrega Tanya con interés.

-No lo sé, antes era la muerte, pero he visto tantas cosas que ya a eso no le tengo miedo.

-¿Qué?- Grita Tanya- ¿A qué te refieres con eso?- Agrega con persuasión.

- Son tonterías mías, no te preocupes.

- Bueno, tratare de hacerlo.

Me acerqué a Tanya y la besé. Teníamos tiempo haciéndolo, cuando su celular sonó y ella contesto. Luego converso con su abuela, ya que su madre había muerto en labor de parto, cosa que Tanya no se creía porque me lo había contado, además su padre nunca se preocupo por ella, su única familia era esa abuela, que según lo que me había dicho es muy estricta.

- Lo siento Diego, me tengo que ir.- dice Tanya dándome un beso de despedida.

- De acuerdo no hay problema, hablamos luego, intercambiemos números.

-Claro, luego te envío un mensaje.- Dice Tanya mientras corría rápido, creo que estaba en problemas.

Me quedé un rato allí, sentado en el patio, pensaba en su belleza, era única, sé que es muy pronto para estar enamorado, pero enserio me gusta Tanya. Recordé que había leído que cada quien tiene un alma gemela, quizá ella era la mía. Estaba pensando muchas cosas, imaginándome un futuro con ella, cuando escuche ese grito agudo característico de una lunática.

- ¡Diego! Galán, Casanova, rompe corazones, cuéntame ¿Qué paso con esa chica? Dímelo todo, no te guardes detalles, incluso si son sucios.- Grita Diana con mucha emoción.

- Oye mi querida Diana controla tu euforia.- dije entre risas.

- Wow es que ya tienes novia, estas creciendo tan rápido, quiero ser la madrina de su hijo.- Dice ella entre saltos.

- Creo que estas exagerando un poquito las cosas, aun no somos novios.

- Oh, espera ¿Hablas en serio?

- Sí, no le he pedido que sea mi novia, solo nos hemos besado y ya.

- No me vayas a decir que eres de esos hombres mujeriegos que se besa con las chicas y luego las deja.- Responde Diana dándome golpes con sus manos.

- Claro que no, es que todo pasó tan de pronto, que no me dio tiempo de analizar las cosas. Me deje llevar por el momento.

-Que profundo.- dice Diana entre risas.- Bueno, Alán te está buscando, menciono algo sobre una reunión que iban a hacer en tu urbanización, que deben ir para allá.- Dice Diana alzando los hombros.

- Hasta luego.- le dí un beso en la mejilla.

Cuando llegamos a casa mi mamá nos reprochaba a Alán y a mí por haber llegado tan tarde. Al entrar en mi habitación, vi a Marcelo, tenia tanto tiempo sin verlo, estaba emocionado y corrí hacia él para abrazarlo.

El Aura DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora