Evan Bellamy se encuentra cursando su primer año en la Universidad. Tratando de sobrellevar los fantasmas de su pasado, un hermano con problemas de alcohol y la vida sin sus padres, con su actitud ingenua, algo torpe y su mala suerte saliendo a tope...
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Nos encontramos en el patio de la enorme casa bajo unas luces colgantes que cruzan gran parte del espacio trasero. Somos un pequeño grupo selecto de personas, a la que en su mayoría no logro reconocer, pero supongo que son los fiesteros amigos con los que Dalia y Megan acostumbran juntarse. Hay chicos y chicas que nunca en mi vida había visto, y eso me hace sentir incómoda y fuera de lugar, ya que hace mucho tiempo que no salgo a buscar un poco de descontrol, y honestamente prefiero evitarlo a toda costa, pero también hay uno que otro estudiante de la universidad en la que estudio. Algunos están de pie hablando entre ellos mientras que algunos están sentados en el suelo o en alguna que otra silla. Yo me encuentro sentada en un lugar un tanto alejado de toda la gente, pero aún estoy con el grupo de gente. En realidad es como si no estuviera ahí, pero lo estoy. Solo trato de no involucrarme demasiado.
Los típicos vasos rojos abundan en las manos de los chicos del círculo y no se me hace ninguna sorpresa el ver como algunos ya están pasando la línea de la sobriedad a la inconciencia que provoca el alcohol en sus venas. Se ríen por estupideces y hablan cosas que no logro entender, como nombres de personas que faltaron y alguno de sus romances de una noche. No puedo creer que Derek me haya traído aquí sabiendo perfectamente que estos lugares no son lo mío. Pensé que este día lo pasaría bien con él pero resultó ser todo lo contrario. Me quiero ir, pero la parte orgullosa de mi no quiere darle la razón a Megan, por lo que decido quedarme aunque sea un poco más. Solo espero que no se pongan a hacer ninguna estupidez.
Harry se encuentra del otro lado, alejado de todos también, pero en el lugar. Alrededor de él todos hablan. Jamie está con un grupo pequeño de chicos y chicas que beben, conversan y ríen mientras él se dedica a estar sentado tranquilamente mientras lee. Harry es realmente un buen amigo con Jamie. Se necesitaría mucha paciencia para ir a una fiesta en la que no quieres estar sólo para acompañar a tu mejor amigo. Yo me encuentro junto con Dalia, Derek y lastimosamente con Megan también. Pero no hablo ni comento nada. Por un momento realmente envidio a Harry porque tiene algo con lo que entretenerse. En cambio yo tengo que estar sentada aquí esperando a que las horas pasen un poco más y así finalmente irme. Me hallo a mí misma dirigiendo mi vista sobre Harry y en cómo lee. Como pasa las paginas, como sostiene el libro, su ceño fruncido por la concentración y de repente recuerdo lo que siempre me ha fascinado de él, es la forma en la que lee y como parece adentrarse tanto en su lectura que pareciera que nada pudiese sacarlo de su trance. Yo honestamente no podría siquiera considerar la posibilidad de concentrarme con el ruido de la música y los demás, pero Harry pareciera que lo hace a la perfección. Entonces, sonrío involuntariamente.
La vista de Harry pasa de su libro hasta encontrarla con la mía de manera tan inesperada que apenas puedo procesarlo. Me exalto por la vergüenza que eso me ha provocado y enseguida giro mi cabeza para mirar hacia otro lado. Genial, me ha descubierto mirándolo leer otra vez. Trato de calmar el ritmo acelerado de mi corazón para no sentir como si me hubieran encontrado robando o viendo algo indebido, pero no puedo evitar sentirme así cuando he sido descubierta otra vez. Supongo que es una especie de deficiencia que tengo, el no poder mirar a las personas sin que estas se den cuenta o solo me pasa con Harry. Espero un poco de tiempo mirando como las personas que me rodean hablan y hablan mientras juego con mi cabello. Cuando ha pasado el tiempo que creo suficiente vuelvo a poner mi vista sobre Harry, quien tiene una sonrisa burlona dibujada en sus labios mientras lee.
