Capítulo 28: Te extrañé mucho.

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Me apresuro a recoger mis cosas y salir de la sala de clases. A pesar de que la imagen de mi mejor amiga con el profesor Johnson no deja de atormentarme. Estuvieron a punto de besarse, porque no, no lo hicieron sino fuera porque ella apartó su rostro en cuando él intentaba acercarse. Abandoné el lugar tan rápido como pude y aun así he tratado de encontrarle alguna explicación del porqué ellos estarían tan juntos cuando no deberían estarlo.

Cuando voy saliendo del aula puedo ver la figura delgada, alta y rubia de Dalia esperándome afuera y no puedo evitar quedarme en mí lugar como si no pudiera reconocerla. Como si fuese una persona completamente distinta.

Si ella...estuviera con alguien ¿me lo diría? ¿aunque fuera un profesor? ¿confiaría en mí? Somos mejores amigas pero supongo que hay cosas que no le puedes contar a todo el mundo.

— ¿Qué te ocurre? —me abarca apenas salgo pasando por su lado sin decir ni una palabra.

— ¿A qué te refieres? —trato de sonar casual, pero me sale terrible.

—Me estás mirando raro —su ceño se frunce en una mueca confundida.

Me quedo en silencio a medida que seguimos caminando. Trato de idear alguna cosa que decirle y no parecer la peor mentirosa del mundo al decirlo, pero nada viene a mi mente en este momento. Apuesto que luego se me ocurrirán miles de cosas que debí haberle dicho, pero claro, ahora no se me ocurre nada.

—Nada. No me pasa nada, ya sabes, es solo que estoy así —digo sin mirarla. Sino la miro, entonces no sabe qué miento.

—Mientes del culo —me regaña haciéndome detenerme y girarme a mirarla. Se encoge de hombros—. Pero no importa. Al final siempre me entero de todo. Como sea, llamé a Jamie.

Mis ojos se abren con sorpresa y una emoción parecida al pánico llega.

— ¿Qué dijo? —pregunto y me tambalea la voz.

—Dijo que sería mejor que fuéramos a la librería después de clases, o sea, ahora.

— ¿Acaso es muy grave o algo? ¿No te dijo si Harry estaba bien? —las preguntas se arremolinan dentro de mí cabeza y no estoy segura de querer escuchar las respuestas.

—Evan, Harry ni siquiera está en el país. Se fue como hace una o dos semanas de aquí.

Las palabras de Dalia me golpean tan fuerte como un mazo. Lo primero que siento es tristeza, que llega tan rápido como se va y es reemplazada por la ira, el enojo, la furia, como quieras llamarle. Me siento de lo más estúpida, humillada e insignificante. Yo en serio me estaba preocupando por él, todos los malditos días mientras que él se iba de viaje a dónde quién sabe dónde. ¿Tanto costaba decírmelo? ¿Tan difícil era avisarme que se iría? He estado nadando en un mar de angustia, ahogándome en mis propias preocupaciones y navegando en un sin fin de suposiciones de Harry. Me prometió que iríamos a ver a mis padres pero nunca llegó. ¿Cómo he podido ser tan estúpida?

—Iremos a dejar nuestras cosas y podemos ir en mi auto a la librería...

—Está bien —la interrumpo—. No necesito saber más de Harry—mi tono de voz es seco y cortante.

Dalia me mira confundida. —Pero Jamie dijo que era importante, y que...

—Dile a Jamie que Harry se puede ir al demonio. No quiero saber nada de él nunca más —trato de tomar una respiración para las palabras más difíciles que seguramente voy a decir —. Lo que sea que había entre Harry y yo, termina ahora.

Estoy tan enojada, que ni siquiera le doy tiempo a Dalia para que me responda algo. Sólo me dedico a girarme para irme del lugar. Ni siquiera me molesto, en el momento de ir a dejar mis cosas al casillero, en ordenar mis libros. Simplemente saco mi mochila y dejo todo tirado ahí. Camino a paso rápido y decidido. No tengo tiempo ni ganas de darle pase a las lágrimas que quieren salir, y la verdad es que no estoy segura de que haya alguna. El bus que va en dirección a mi casa pasa enseguida, por lo que en menos de media hora ya estoy en mi habitación. Ethan no está en casa y eso me alegra por montones. No quiero que alguien me pregunte qué me pasa, porque no estoy segura si podré responder con calma.

𝐁𝐎𝐎𝐊𝐒: Como si me leyeras ☕︎︎ 𝐡.𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora