Capítulo 31: Feliz cumpleaños.

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Estoy nerviosa. Espero con ansias a que Harry llegue a la puerta de mi casa como dijo que lo haría. Son las tres con cincuenta y siete de la tarde y estoy sentada en el sofá en el living de mi casa. Ethan está también conmigo, mirando su celular con concentración. Aliso de nuevo el pliegue de mi falda de mezclilla a sabiendas de que no lo hará, pero solo lo hago porque estoy muy nerviosa. Sé que Harry no me dejará plantada como la primera vez. Ayer me lo prometió, pero aún así estoy nerviosa como la mierda.

—Son las cuatro con un minuto. —Ethan dice sin despegar la vista de su teléfono.

—Llegará el cualquier momento. —lo defiendo, aunque no estoy segura.

—Eso espero.

Estoy a punto de levantarme para marcarle a Harry cuando dos bocinazos suenan desde a fuera de la casa. Me levanto rápidamente para mirar por la ventana, y veo el automóvil rojo de Harry aparcado afuera. Me ve desde ahí y le lanzo una sonrisa alegre. Me apresuro hasta la puerta sin antes echarme un vistazo en el espejo colgado en la pared. Llevo puesta mi falda de mezclilla, una camiseta color rosa claro y unas zapatillas blancas.

—Ya me voy, Ethan —le aviso a mi hermano.

—No hagan nada inapropiado en frente de nuestros padres. —me mira con advertencia y yo ruedo los ojos.

Cercioro que todo este bien y entonces salgo de la casa. Harry está afuera de su auto, apoyado contra él. Cuando me ve camina en mi dirección y mis manos se estiran para tomarlo de su camisa blanca. Como una niña pequeña recibiendo a su papá. Cierro mis ojos y el me besa.

—Que bueno que llegaste—le digo.

—No iba a fallarte otra vez. —me dice sonriendo. Atrapa un cabello que se escapa de mi coleta y lo pone detrás de mi oreja. —Feliz cumpleaños, por cierto. —me dice.

—Gracias.

—Tengo tu regalo en el departamento. Cuando sea la fiesta de noche te lo entregaré. —me dice acariciando mi mejilla.

—Oh, Harry. No tenías porqué. —le digo un poco avergonzada. Con que se hubiera acordado de mi cumpleaños era más que suficiente. Con que él este a mi lado es suficiente.

—Créeme. Cuando lo veas verás que era necesario. —lo miro extrañada y él solo ríe.

Harry abre la puerta del copiloto para que pueda entrar. Luego sube él y desde ahí pasan cuarenta minutos hasta que llegamos al cementerio. Caminamos hasta comprar unas flores y luego por la manzana en donde se encuentran mis padres. Ya no están las flores que les habíamos dejado nosotros en la visita del aniversario. Debieron limpiar hace poco.

—Aquí es. —me detengo en frente de la lápida. —Harry te presento a mamá y papá. Mamá y papá, él es Harry.

Harry se queda quieto en su lugar. Parece algo incómodo y yo me río de ello.

—Es un...uh...gusto. —dice nervioso y yo estallo en risa.

—Tranquilo. Sé que ellos murieron es sólo que...bueno yo y Dalia siempre que venimos les hablamos. Es como si ellos estuvieran aquí.

Harry me mira con ternura y luego me toma por sobre el hombro para atraerme hacía él. Me pego a su pecho y nos quedamos así por un rato hasta que comenzamos a limpiar la lápida y poner las flores. Mientras hacemos eso no dejo de hablarle a mamá. Le digo que ese es el hombre que me hace feliz y al mismo tiempo me hace sentir tan confundida. Me siento feliz mientras se lo cuento, pero hay un sentimiento que me produce una extraña sensación de incomodidad en el pecho cuando termino. ¿Será que a mamá no le ha gustado Harry? Ignoro ese sentimiento. Quizás estoy simplemente agotada por tantos sentimientos. Cuando terminamos nos quedamos sentados en el suelo mirando el resultado. Estoy feliz en este momento. ¿Quién diría que pasar mi cumpleaños sentada frente a la tumba de mis padres junto con Harry sería el mejor panorama que pudiese existir? Probablemente una loca. Okey, probablemente estoy loca, pero loca por él.

𝐁𝐎𝐎𝐊𝐒: Como si me leyeras ☕︎︎ 𝐡.𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora