11. No se que siento.

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Entro a aquel pequeño apartamento cerrando la puerta tras ella, apoyada y tirada en el piso.

¿Que le sucedía? Era un desconocido con él que había pasado la tarde, y tenia esa estúpida sonrisa en su rostro, saldrían al da siguiente nuevamente, Harry Gaw, el chico alto, moreno, que jamas se fijaría en ella, se intriga por su vida, por que es ella, un nuevo logro, y él, la miraba como algo propio, algo que le perteneciera, y así era, le sonreía, y no sabía que le pasaba, no le pasaba por la cabeza, no entendía por que esos sentimientos.

Se levantó del piso y se desvistió con el fin de tener una ducha relajante, el agua estaba fría, y corría por todo su cuerpo.

No entendía, que, que sucedía, ella lo desconcertaba, era clara y directa, sencilla pero alegre, fría y muchas cosas más, era hermosa, le encantaba. Freno el auto frente a la casa, aún con esa sonrisa que tenía desde la tarde, cuando se la topo por casualidad, abrió la puerta con total silencio, pero su sonrisa se desvaneció al escuchar esa chillida voz, hay, Amanda, su ex novia, aun no entendía que no quería nada con ella ¡Mierda! Se estaba volviendo insoportable.

-Me termino señora Micaela, ayer por la tarde...- sollozaba- no entiendo por que, yo lo amo, y él solo...me, me dejo de la noche a la mañana.- sus humos se subieron ¿Que mierda hacia ella hay? ¡Después de lo que hizo! ¡DIGNIDAD! era lo que le faltaba.

Cerro la puerta haciendo que su madre y su exnovia dirigieran su vista a él, la chica con los ojos rojos se levanto y se a balanceo sobre el.

Hizo una fuerza que hizo que se separara.

La miro fijamente.

-¿Que haces aquí?- esa mirada, la dejo helada, era la primera vez que la miraba así.

-Vine a arreglar las cosas, no estabas y me quede con tu madre.- dijo con su mano sobre su boca.

-Oh, por favor Amanda- gritos y nuevamente ese puñal esta en su espalda, se adelanto al centro de la sala.- Me pegaste los cachos ¡Por amor a Dios! Te encontré encima de mi mejor amigo ¿Que quieres? ¿Que te felicite? Por Dios, confíe en ti, Amanda, cuando... Ese día horrible, fuiste la única que me apoyo, creí que me amabas, creí que darías todo por mi, como yo lo hacia - empezo a caminar- ¡Siempre me dijeron que eras una prostituta! ¡Nunca creí! - la chica lo miraba horrorizada, mientras el ambulaba por la grande sala, y se sobaba la cabeza con sus manos- ¡Crei que me amabas! - le grito mirándola y tirándose al piso, con las lágrimas en su ojos- te ame...- susurro

-Yo...- el la interrumpió ya frente a ella

-Larga te Amanda, vete, no me busques, ten dignidad.- salió de la gran sala, subiendo las escaleras hacia su habitación. No olvidaría ese día nunca.

Salio de la ducha, una muy larga ducha y quedo en un profundo sueño acostada en su pequeña cama.

De su mente no salia esa chica, flaca y muy linda, morena que lo impactaba.

-No se que siento.- murmuró para si mismo.

Tú no me conoces [CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora