¿Sólo amigos? (Jaime y tú)#2 [TERMINADA]

XXVl ~Maratón piola 5/5 ~

Me desperté de un salto al escuchar como él Edgar cerraba la puerta de golpe, cabro culiao maldadoso. Estaba tapada con un polerón, por el holor era de él Jaime. Me enderecé mientras me rascaba los ojos, ya habían salido todos del auto, me tomé el pelo mientras intentaba acostumbrarme a la luz, miré la ventana ya que alguien la había tocado, él Nico me hizo una seña con la cabeza para que me bajara.

Cerré la puerta de golpe mientras cerraba un ojo, medio sol conchetumare, ayer parecía diluvio anal y ahora parece horno.

Bienvenido a Chile.

[...]

Ya nos habíamos instalado, las cabras ya estaban en traje de baño al igual que los cabros, yo estaba sentada sobre la toalla aún con ropa.

-Yapo __, empelotate po. -se acercó él Naiko.

-Siempre que venimos a un lugar relacionado con agua, termino allá. -apunté el mar. -por culpa de esas weas de allá. -apunté a los cabros.

-¿Pensai quedarte así todo el rato? -pregunto con una sonrisa.

Puta la wea, tiene razón. Me levanté para poder desabrochar mi pantalón, me lo saqué al igual que la polera quedando en traje de baño, me lo había prestado la Cata ya que soy tan inteligente que se me olvidó.

Busqué entre las cosas del Jaime sus lentes, me tiré de espaldas mientras me los ponía, lentes culiaos lindos weon.

La Cata se puso a mí lado, dejándome al medio.

-Tengo hambre. -se sentó la Cata.

-Vo pasai con hambre, anda a comprar po. -la miré.

-Edgar. -gritó mientras se levantaba. El macabeo culiao corrió hasta donde su polola. -¿Vamos a comprar?

El Edgar se puso su polera y tomó de la mano a la Cata.

-¡Traiganme algo! -grité.

Me mostró el dedo de almedio sin dejar de caminar, maraca culia.

[....]

-¡Los alcanzo en un rato! -caminé hasta la orilla de la playa.

La tarde la habíamos pasado entre risas, bromas y estupideces. No estábamos preparando para irnos a la casa, quería quedarme a ver como se escondía el solsito, pero como los cabros son unos amargados culiaos prefirieron ir a comer, nunca había visto esto así que me quedé.

Me acerqué lo suficiente como para no mojarme las patitas, ya estaba con zapatillas, que lenda es esta wiah.

Me quedé un rato pega mirando como se escondía el solsito, una presencia maligna se posó junto a mí.

-¿No vai a ir a comer? -él tenía que ser po, él Jaimito.

-Quería quedarme un rato. -hablé sin dejar de ver.

Asintió con la cabeza mientras miraba, ninguno habló durante un rato, hasta que rompió el hermoso silencio con su voz de lerdo.

Narra Jaimico:

¿Se lo pregunto? No mejor no. No, mejor sí, es que tengo curiosidad a qué me dirá.

-¿Qué somos? -la miré.

Su respiración se cortó por un par de segundos, hasta volver a su ritmo normal.

-Amigos, supongo. -miró sus zapatos. -amigos. -suspiró.

Mi negro corazón se quebró, oh mai gosh. ¿Sólo amigos? ¿Nada más que amigos? Por último amigos con ventaja.

-Amigos. -murmuré mientras metía mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

Sentí su mirada sobre mí un par de segundos, luché por no mirarla pero no me resultó.

-¿Por qué las cosas son así? -se dio vuelta, haciéndonos quedar frente a frente. -¿Por qué siempre tenemos que ser los weones que siempre pelean? ¿Qué se caen mal en algún momento? ¿Por qué no podemos ser como él Nico con la Maca? ¿O como el Edgar con la Cata?

-Porque ellos están pololeando. -me giré como ella.

-Ya, allí siempre cae el problema. -no dijo más, me miró por un par de segundos más y empezó a caminar rumbo hacia la camioneta.

-Nosotros somos el problema. -murmuré mientras volvía a mirar el mar.