Ruido. Mucho, mucho, mucho ruido. Los pasos, ruido. El canto de un pajarito, ruido. El viento golpeando contra la ventana, ruido. Un bocinazo que se escuchara de afuera, ruido, y sentia que me desmayaba.
Intenté incorporarme en mi cama. La cabeza me dolia demasiado. No, no me dolia, sentía como se tuviera un fierro invisible atravezado en ella. No quería abrir los ojos porque temía que la luz me dejara ciego.
Cuando finalmente me decidí a abrirlos me di cuenta de un pequeño detalle: no estaba en mi cama.
Mi reacción fue, y no esperaba menos, la desesperación absoluta. El hecho de no saber donde estaba, mas el dolor insoportable de cabeza, mas el miedo de saber que mi padre debia estar preocupado.
Miré a mi alrededor, una habitación gigante y elegante, una gran ventana, un gran espejo y una gran alfombra bordó que cubria el suelo. Al costado de la ventana, habia un enorme escritorio de madera, con una laptop encima, y tres cámaras fotográficas de distinto tipo.
La habitación estaba decorada con cuadros y fotografias, y del techo colgaba un gran candelabro. Yo estaba sobre una cama de dos plazas y media -por lo menos- cubierto con una frazada de piel sintética. A mi lado me encontré con una fina mesa de luz, arriba había una bandeja con un desayuno que parecía preparado en un hotel y al lado, mi celular, que era uno de esos a los que ya se los podia llamar "reliquias".
Miré la hora, 12:45 del mediodia. DEL MEDIODíA. Mierda.
Me empezé a hacer una idea bastante acertada de en donde me encontraba, y la idea fué confirmada en el momento en que lo ví apoyado sobre el marco de la puerta.
—Buenos dias Troye. ¿Del uno al diez?
Connor estaba despierto, peinado, cambiado con unos pantalones tipo bermudas y una musculosa blanca pegada al cuerpo, que le marcaba su increible figura, con una mano sosteniendo una taza de café y la otra en el bolsillo de su pantalón. Y me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Del uno al diez qué?— pregunté yo. La garganta me raspaba al hablar.
—Cuanto te duele la cabeza, del uno al diez.— me respondió.
—Once.Se sentó delicadamente en el borde de la cama, y me ayudo a mi a incorporarme. Me sentía como un abuelito, en serio. Y como uno muy idiota. Estaba en su casa, su cama, con su pijama puesto. Me sentía una especie de abusador, pero a la vez me encantaba estar tan rodeado de sus cosas y de todo lo que tuviera que ver con él.
—No te preocupes por tu padre. Mi papá se encargó de hablarle, tuve que ver el número en tu celular, perdon. —Me estaba pidiendo perdon por haber usado mi celular cuando yo estaba metido en su cama siendo tratado como un rey.—Tranquilo, solo le dijo que ya era muy tarde para que te volvieras solo y que te trajimos acá. Lo único que no sabe es que faltaste a la escuela, pero bueno, no quería despertarte.
Entonces todo volvió a mi cabeza. Bueno, no todo, algunas imágenes.
Ayer. Ouch, solo de pensar en esa palabra sentía como la verguenza me teñia la cara de rojo. Traté de repasar los hechos: Me emborraché, como nunca antes. Le grité a todo el mundo como un desquiciado. Y no sentía verguenza por eso, de hecho estaba bastante orgulloso, aunque no haya sido yo del todo ya que los efectos del alcohol hicieron lo suyo, logré hablarle a un monton de chicos como si nada. Bueno, no hablarles, gritarles.
Seguí repasando los hechos. Connor me llevó al baño, me ayudo a ¿bañarme? No. Supongo que solo me lavó la cara. Despues vinimos acá, no se por qué medios. Y... dormimos en su cama. Juntos. No pasó nada mas. ¿O si? Mis recuerdos estaban demasiado confusos, pero me acordaría si hubiera pasado algo con Connor.
—Perdón.— fué lo único que dije. Y lo dije en serio.
—¿Perdón por qué?
—Por haber sido un idiota. No pude controlarme, no se que me pasó. Y encima ahora estoy acá ocupando tu cama, y seguro fuí una molestia enorme para vos. Y seguro mi papá va a matarme cuando llegue y me duele todo y...— Y comenzé a llorar como un bebé al que le sacan el chupete.Connor me acarició una mejilla, y yo seguí llorando. Entonces me tomó entre sus brazos y me atrajo hacia él con mucha fuerza. Me abrazo por la cintura y yo apollé mi cara a su cuello, sin dejar de llorar.
—Troye.— me habló muy bajo y con la boca pegada a mi oido.- No fuiste una molestia en ningún momento, ni por dormir con migo, ni por usar mi ropa ni por haber estado diciendo incoherencias toda la noche.— dijo para que yo ría, y lo consiguió, apenas. —y mas allá de que te lo deba- continuó-La verdad es que lo hago porque me gusta... me gusta estar con vos, me gusta hacerte a hablar como nadie mas puede. Me gusta sentir que te ayudo. Me gusta estar cerca tuyo. Y me gusta que uses mi ropa.
Se separó apenas de mi solo para podes mirarme a la cara, que por estar llorando estaba horrible.
Era demasiado en muy poco tiempo. No se si era el hecho de que me trate tan bien, o porque últimamente estabamos pasando mucho tiempo juntos, o que sea el primer chico que me habla, o si eran esos ojos, o ese olor tan particular y hermoso que tenia. Pero me estaba perdiendo en él, y no había vuelta atras.
—Podría acostumbrarme a eso— susurré.
Perdon por lo corto, iba a subir el sabado pero HOY ES MI CUMPLEAÑOS!!! Asi que nada decidi subir hoy besos
Tw: tronnorsings

ESTÁS LEYENDO
Colorful Life || tronnor
Fiksi PenggemarSer rico o pobre, popular o antisocial, extrovertido o tímido. Cuando es cuestión de vida o muerte, estos factores pasan a segundo plano. Y lo que comienza a tener importancia es el fuerte color del amor. Pero, dejemos que Troye Sivan Mellet y Conno...