Capítulo 3
Durante la cena con su familia se encontraba en completo silencio, movía la comida de un lado a otro en el plato sin probar bocado alguno. Había estado toda la tarde en su habitación pensando en Louis. Era extraño, sentía algo de pena por ese chico e incluso la necesidad de ayudarlo.
Comenzaba a sentir un dolor moral muy grande, era como si estuviese traicionando a su patria pensando que tal vez todas esas ideas anti-judíos eran erróneas. No había pasado más de dos horas junto a Louis, pero eso le había sido suficiente para darse cuenta de que no era un mal chico.
—¿Cómo te fue con las motocicletas, hijo? —Preguntó su padre sacándolo de sus pensamientos.
Se encontraban en el comedor principal de la enorme residencia. En la mesa los acompañaban algunos colegas de su padre y su abuelo, quien anteriormente había servido para el ejército nazi.
Les habían asignado dos nuevos sirvientes, ambos judíos. Uno era un hombre de aproximadamente 40 años que se encargaba de servirles en la mesa y hacer los trabajos sucios que las demás personas rechazaban. La otra era una mujer joven, no sobrepasaba los 30 años y su función en la casa era ayudar a Sofía en todo lo que ésta le pidiera, desde la cocina hasta la limpieza de la casa. Para cualquier judío ese trabajo era una maravilla, estar fuera del campo de concentración les daba muchas esperanzas de vida.
Harry lo pensó por un tiempo, realmente le había ido muy bien, no bien en la manera que esperaba, pero al final de cuentas bien. —Me ha gustado, Louis es muy bueno en la mecánica. —Mencionó para después dar un sorbo a su copa de vino y continuar—. Creo que he aprendido más hoy que lo que aprendí toda mi vida en el colegio. —Trató de gastar una broma.
Todos los hombres presentes se quedaron atentos tras las palabras del chico
—¿Louis? —Preguntó el comandante dejando sus cubiertos sobre la mesa—. ¿Tan rápido le has puesto nombre a tu mascota? —Los soldados comenzaron a reír escandalosamente, hacer chistes estúpidos sobre judíos era común en ese hombre.
No le dio ni un poco de risa, tragó saliva y miró hacia su plato de comida. —Pues sí... —Comenzaba a incomodarle demasiado que hablaran de Louis, sin embargo sabía que estaba muy mal molestarse por aquellas burlas. Louis no podía ser nada más que un sirviente, una mascota o un esclavo que no tenía valor como ser humano. Estaba convencido de que sería así y él tendría que acostumbrarse a eso.
La charla continuó entre su padre y los soldados, hablaban de guerra y política, temas que comúnmente hubiesen interesado a Harry, sin embargo esa noche había algo más interesante que ocupaba su mente: Louis.
Tenía ese color azul de sus ojos clavado en la cabeza, los minutos pasaban a su alrededor sin que se diera cuenta. Trataba encontrar una explicación a su gran interés por ese chico, sin embargo le era imposible. Sí, Louis era muy atractivo, pero no era sólo eso lo que mantenía a Harry pensando en él todo el tiempo. Tal vez se trataba de la combinación de todo lo que representaba el chico, es decir, Louis era un judío, un enemigo, una persona con la que nunca podría tener si quiera una convivencia amable, Louis era un hombre, por lo tanto, completamente prohibido.
Un sirviente se acercó hacia el chico y cuando intentó servir más a su copa de vino, éste sin darse cuenta hizo un movimiento con el que provocó que el hombre dejara caer el líquido sobre su ropa. Harry se puso rápidamente de pie y comenzó a limpiarse antes de que el líquido se esparciera más por su cuerpo.
—Perdón, joven. Perdón, ha sido mi culpa, perdón. —Mencionaba el hombre con pánico, tratando de limpiar al chico con una servilleta de tela. Ese error le costaría la vida y lo sabía.
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Eres Mi Religion. (Larry Stylinson) *EN EDICIÓN*
FanfictionHijo del comandante nazi August Styles, Harry, un chico de ciudad, es obligado a mudarse al campo cuando su padre decide que será el mejor lugar para conservar su tranquilidad en tiempos de guerra. Preso del aburrimiento, recibe un peculiar regalo...