Capitulo 17.

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Harry:

Colgué la llamada de Zayn y trate de tranquilizarme, pero no podía, es que esos imbéciles no podía hacer nada bien sin mí. Les dije bien claro que no me molestaran estas tres semanas y que se las arreglaran por si solos, pero ¿Qué hicieron ellos? ¡Llamarme justo el primer día que me fui solo para joderme la vida!

A veces no podía creer lo idiotas que eran. ¿Qué habían hecho? Los muy idiotas habían descompuesto uno de mis camiones en los que transportaba la mercancía.
Si, lo sé, no era la cosa del otro mundo, pero lo que si hacía que quisiera agarrarlos y matarlos a todos yo mismo, era el hecho de que para repararlo se necesitaban ¡más de diez mil dólares! Y eso no era todo, el camión se les detuvo en medio de la carretera, y como era peligroso que algún policía llegara y quisiera ayudarlos y notara que ese camión transportaba cocaína, tuvieron que deshacerse de toda la que este camión contenía. Ósea miles y miles de dólares perdidos por el simple hecho de que son unos imbéciles de mierda.

Entre a la casa para volver con Holly, y como era de esperarse ya no se encontraba ahí.
Mierda y más mierda. Finalmente la tenía toda para mí, tenía su precioso cuerpo acostado sobre la mesa de la cocina y esos deliciosos senos siendo devorados por mis labios, oh joder.
Iba a matarlos, iba a matar a cada uno de los que habían arruinado mi momento con Holly.
La chica se había hecho tanto tiempo la difícil conmigo, y cuando finalmente estaba a punto de poder de quitarle sus bragas y penetrarla con todas mis fuerzas, tenían que arruinarme todo.

Bufe indignado por la situación y tome algo de vodka que había en la estantería de bebidas, lo vertí sobre una copa y lo bebí todo.
Mire en dirección a mis boxers y pude notar que seguía excitado ¡Maldición! La muy maldita me había dejado duro como una piedra, y ahora no podía hacer nada para que se me pasara. Bebí mas vodka esperando que eso me tranquilizara e hiciera que mi erección bajara, pero nada paso.

¿Ahora que mierda hago? Podía hacerme una paja aquí misma y solucionar mi problema, pero no, yo quería que Holly solucionara mi problema.
Por más enfermo que sonara, quería que ella con sus mágicos labios lamiera todo mi pene hasta hacerme llegar al mismísimo paraíso.

Solté un gruñido al darme cuenta que pensar en eso hacía que mi bulto creciera cada vez.
Oh no Holly, de esta no te ibas a escapar.
Salí de la cocina, y comencé a subir las escaleras con un único objetivo en mi cabeza, hacer mía a Holly. Escuche ruidos provenientes de nuestra habitación, vaya la chica era lista, la había encontrado por si sola.
Entre en ella y mire su maleta abierta con algunas cosas dentro y su ropa ordenada en el closet. También mire mi maleta la cual se encontraba cerrada y aun con todas mis cosas dentro lo cual agradecí, quería que respetaran mi privacidad.
¿Dónde diablos estaba Holly?

Escuche el agua caer en el baño y me acerque a la puerta de este. Pude escuchar su melodiosa voz cantando a todo volumen, se estaba duchando. Oh joder esto no podía ser más perfecto. Imaginarla completamente desnuda mientras agua caliente se deslizaba por su cuerpo y... ¡Basta Harry! Te chorrearas aquí mismo si no dejas de pensar así.

Con cuidado de no hacer nada de ruido abrí la puerta del baño y entre.
Una vez dentro, podía ver el vapor saliendo de la regadera, y escuchar como ahora tarareaba una vieja canción.
Iba a entrar con ella a la ducha, iba a hacerla terminar lo que inicio haya abajo sin importar nada.
Me quite mi bóxer y lo lance lejos, quedándome desnudo. Silenciosamente me acerque hacia la ducha y deslice la puerta lentamente introduciéndome en ella y volviendo a deslizarla para cerrarla. Al mirarla sentí como toda mi sangre se iba a un punto fijo y hacia que este se levantara más de lo debido.

Ella se encontraba de espaldas a mí, el agua caída por su cuerpo, y sus ojos permanecían cerrados mientras se encargaba de deshacerse de todo rastro de shampoo que hubiese en su cabello. Ni siquiera se había inmutado de que yo estaba ahí. Mirándola.
Estaba completamente desnuda, y podía jurar que nunca había visto algo tan perfecto.
Mi mirada se centró en su perfecto trasero, oh dios, quería correr y darle mil nalgadas a ese trasero.

"Mi Perdición"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora