Pase ratos hablando con mi tío, lloramos, reímos, recordamos.
Y joder, como dolió.
Después de todo él se fue, pero prometió volver, y confíe a ojos cerrados en sus palabras.
No volví a ver a Jeff, me eh sentido vacía desde entonces, mas de lo que ya.
Tampoco eh vuelto a matar ni mucho menos; pero aún así, mi mente no se salva de los malos pensamientos.(...)
—¡Vamos Sco! —dije entre risas mientras le tiraba agua.
—¡Joder, que está fría! —soltó sonriendo, sabia que pronto se metería
—Ven, no seas bobo —reí una vez más y él fruncio el ceño mientras sonreía, adoraba eso de él; jamás quitaba su sonrisa de su cara, por más mal que estuvieran las cosas, siempre sonreía.
—Esta bien..
Se rindió por fin, y aunque inseguro, entró corriendo al agua.
—¡Ahh! —gritó a causa del frío que el arroyo le proporcionaba a su cuerpo, yo estallé en carcajadas; grave error.
El chico me fulminó con la mirada y luego se hundió lentamente en el agua para comenzar a nadar bajo ésta hacia donde yo me encontraba.
Contuve la respiración al sentir sus manos en mi cintura, me hundió de repente y comenzó a hacerme cosquillas haciéndome soltar todo el aire que tenia en mis pulmones.
No podía respirar y él se dio cuenta puesto que me saco a una velocidad increíble del arroyo.
—Mierda, lo siento, ¿estas bien? —soltó rápidamente con preocupación.
Yo sonreí apenas mientras una toz ronca se escapaba de mi garganta.
—Estoy bien —murmuré, él me envolvió en sus brazos y yo correspondí.
Pero, algo pasó, en medio del abrazo sentí una mirada fija en mí, en nosotros.
Busqué con la mirada y me congele al ver al chico de la sonrisa matándonos con la mirada.
Esto no iba a terminar bien.