La verdad

1K 67 18
                                    

—¿Un secreto? —Levy no sabía porque le iba a confiar un secreto, quizás no era nada importante.

—¿Recuerdas el día en viniste aquí? —Levy asintió con una pequeña sonrisa en los labios.

—Aunque no lo recuerdo con mucha claridad pues era muy pequeña —dijo Levy mientras tocaba un mechón de su pelo.

—Si, solo tenías cuatro años, un año más que Lucy, aunque no lo creas yo se tu historia joven Levy.

Levy miró a Makarov extrañada y sorprendida, nunca pensó que algún día le contarían de donde venía.

—¿Qué sabes de tus padres? — Mientras Makarov le hacía preguntas iba caminando alrededor de ella, despacio y con tranquilidad.

—Eran unos humildes granjeros.

Makarov dejó de caminar, se acarició la barbilla y soltó un suspiro.

—Es mejor que te sientes, lo que voy a contarte quizás sea algo repentino.

Levy dejó el mechón de su pelo y se sentó con las manos entrelazadas en su regazo.

—Hace diecisiete años al norte de aquí vivía y aún vive ahí un temido Lord, su segunda esposa estaba dando a luz, esperaba con ansias que fuera un varón, pues su primera esposa le había dado una niña y acabó con la vida de la madre y de la pequeña niña.
Cuando la segunda esposa dio a luz las comadronas anunciaron a la madre con mucha pena que había concebido a una niña.
La madre desesperada le pidió a una de esas comadronas que se llevara a la niña y le dijeran al Lord que el niño no había logrado sobrevivir.
Pero la comadrona que aceptó llevarse a la recién nacida le dijo que si le decían al Lord que su hijo no había sobrevivido mataría a la madre igualmente, así que decidió hacer un cambio, la hermana de la comadrona había dado a luz un día antes que ella.
La segunda esposa le dio las gracias a la comadrona y le prometió que el hijo de su hermana tendría una buena vida. La mujer que crió a la hija de Lord Phantom sintió miedo de estar bajo el mismo techo que el padre de aquella niña, pues era una de sus criadas. Cuando tuvo oportunidad escapó y yo le ofrecí un sitio aquí pero solo dejó a la niña, luego desapareció.

—Señor Makarov, ¿Porque me cuenta esto? —preguntó Levy intentando aguantar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, pues sabía exactamente porque se lo contaba.

—Levy, tú eres aquella niña, la hija de Lord Phantom.

Las lágrimas de Levy cayeron descontroladas sobre su vestido morado dejando pequeñas manchas oscuras.

—Antes me ha dicho que también incluye a Lucy. —Makarov asintió.

—Lucy, mi hermosa Lucy. Lo que voy a contarte quiero que no se lo digas a nadie, a no ser que yo muera, si yo muriera quiero que se lo digas a Lucy.

Levy se secó las lágrimas y asintió volviendo a poner las manos en su regazo.

—Cuando comuniqué que había sido padre a todo el mundo le pareció extraño, pues nunca había anunciado que eso pasaría. Y esa es la verdad, yo no soy el padre de Lucy.

—¿Quiénes son los padres de Lady Lucy?

Makarov miró con tristeza un retrato de Lucy.

—El padre de Lucy era hermano de Lord Phantom.

Levy abrió los ojos de par en par asumiendo lo que Makarov acababa de confesarle.

—Señor Makarov, eso me convierte en la prima de Lady Lucy.

—Así és, al nacer Lucy, sus padres estuvieron muy contentos de haber traído al mundo a una niña, pero Lord Phantom no quería que su hermano tuviera niñas, según él tener hijas era señal de debilidad y le sugirió a su padre que la matara. La madre que era mi apreciada hermana menor, Mavis, pensó en mí y ya te imaginas qué pasó después. Lord Phantom asesinó a los padres de Lucy.

—Y su padre ¿Cómo se llamaba?

—A pesar de ser de la familia Phantom era un buen hombre, su nombre era Zeref.

—¿Quieres preguntar algo mas Levy? —Levy se quedó pensativa y luego asintió.

—Solo una pregunta más, ¿Qué nombre le pusieron al bebé que cambiaron por mi?

—Nunca lo olvidaré, Gajeel ese es el nombre, puede que muy pronto oigas ese nombre varias veces entre las paredes de este castillo.

Levy se levantó con dificultad, pues las piernas le temblaban.

—¿Porque dice eso? —preguntó Levy.

—Algunos de mis hombres lo han visto cerca de aquí, ellos creen que intentará atacarnos, yo estoy seguro de que lo hará.

—Irá a por Lucy, ¿Verdad?

—Si, es posible y solo espero que no sepa la verdad sobre ti, porque si lo sabe también irá a por ti y hará lo que quería hacer cuando ambas nacisteis, os matará.

                            ***

El sonido de dos espadas batiéndose en duelo resonaban en la sala de armas.

—Lo que había oído de ti es cierto, eres increíblemente fuerte y rápida Erza Scarlet.

Erza sonrió a su nuevo alumno y con un movimiento rápido hizo que su oponente soltará su espada y cayera de espaldas, Erza le puso un pie en el pecho y la punta de la espada en su cuello.

—Tampoco lo haces nada mal Jellal, pero te distraes con facilidad y eso es muy peligroso en el campo de batalla.

Jellal dibujó una sonrisa ladina en sus labios y tiró del brazo de Erza, la cual cayó sobre Jellal y seguidamente él se puso sobre ella.

—El problema és que nunca antes había luchado con una mujer, solo he luchado contra hombres, a las mujeres las reservo para... otras cosas.

—¿Y que son esas cosas? —preguntó Erza jugueteando con el pelo de Jellal.

Jellal fue acercando sus labios a los de Erza, hasta que sus labios se rozaron, en aquel momento Erza lo apartó y se levantó.

—No has venido aquí a divertirte, aquí se viene a entrenar para luchar, si lo único que quieres es perder el tiempo ya puedes irte.

Jellal miró sorprendido Erza y agachó la cabeza.

—Lo siento Erza, no volverá a ocurrir.

Erza asintió y Jellal salió de la sala, Erza envaino su espada y se llevó una mano a los labios, dibujando una sonrisa al recordar el roce de los labios de Jellal con los suyos.

Hasta aquí otro capítulo, después de estar un mes sin publicar en esta historia he pensado que publicar dos días seguidos compensaría mi tardanza, espero que os haya gustado.

¿Os gusta cómo avanza la historia?
Si hay algo que no os guste solo tenéis que decírmelo.

Besitos xx























Amor MedievalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora