Él

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El poco tiempo que llevábamos de conocernos se me hacían años hermosos.
La simple presencia de Lety iluminaba parte de mí; pero la otra parte gritaba desesperada, añoraba un beso, un abrazo, caricias que jamás se darían con una amistad.
Ya no podía más con el secreto, tenía que decírselo, tenía que intentar lo que podría ser el chasco más doloroso de mi vida hasta ahora.
En vísperas de año nuevo me carcomía la ansiedad, tenía ganas de correr a su casa, tocar a su puerta y arrojarme a sus labios para que en un beso apasionado ella supiera que yo estaba total y perdidamente enamorado; jamás había experimentado tanta nostalgia ni había delirado con los pros y contras de nada. Se me hacia la decisión más importante de mi vida y ni siquiera entrar a la universidad se me antojaba tan vital.
El primero de enero me arme de valor, tome el celular y le hable, ni siquiera me importo lo tarde o temprano que fuera. Contestó y le dije casi casi gritando: "Este año si cumpliré mi sueño. ¿Te veo mañana donde siempre?" Ni siquiera le di tiempo a contestar, colgué y espere a que ella fuera al siguiente día.

Golden SlumbersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora